(Por: Salvador Augusto López Torres)
En el auditorio Elba y Celina Ramos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) se presentó el libro: «Sobre el pensar decolonial-intercultural. El proyecto intercultural-decolonial del pensamiento maya contemporáneo en Guatemala».
La actividad académica estuvo a cargo en principio por Óscar Ponce, egresado de doctorado en Filosofía de la UCA, quien comentó el libro, y luego fue la participación del autor, el Doctor Juan Blanco.
La labor del filósofo Juan Blanco consistió en explicar que para la elaboración de su libro, estudió seis textos realizados por académicos mayas para rastrear el pensamiento reflexivo, y no partió de las comunidades o cultura ágrafa maya, esto lo aclaró para evitar malinterpretar a estos pueblos originarios que no poseen esfuerzo intelectual producido desde la academia con resultados investigativos de maestría o doctorado. «Los académicos mayas están pensando en ser maya, en un sentido bastante dinámico. Es decir que la historia del pueblo maya no se detuvo con el proceso de la invasión, sino, que a la historia del pueblo maya le corresponde también los episodios de resistencia, de articulación y de acoplamiento» , planteó Blanco.
Como mayas se han formulado preguntas que responden al proceso de colonialismo de los últimos quinientos años y son capaces de responderse desde sus propios horizontes, donde el devenir de la historia y de las condiciones materiales les permiten ser mayas y asumen preguntas contextuales que surgen de estar en la vida, entre estas: «¿Qué significa ser maya? ¿Qué significa ser maya después de quinientos años en lo contemporáneo)? ¿En qué nos hemos convertido? Y ¿Cuáles han sido las estrategias de resistencia ontológica?», formuló el filósofo.
De acuerdo a Blanco, este ser maya no implica únicamente hacer arqueología y buscar una esencia prehispánica, sino, tomar en cuenta el idioma, participar de las instituciones y rehacerse de las estrategias del poder colonizador. En este sentido, implica que no hay un único proceso de decolonización.
De esta forma, si el mundo colonial ha utilizado todos los medios y mecanismos para colonizar, los académicos mayas saben que también pueden pornerlos a favor de la decolonización. Estos intelectuales mayas son estudiosos que tienen la facultad de reconocerse y tienen el poder de decolonizarse. Luego, Blanco, citó el mito de la caverna de Platón en clave intercultural refiriéndose a lo simbólico de la luz, el sol -del saber-, las sombras, el bronceado, esto para proponer otros horizontes epistemológicos. En lo concerniente al otro tipo de sol es el que no elimina el sol del colonizador, sino que ambos son diferentes formas de saber y de igual forma producen otras sombras. De las sombras, añadió: primero, los idiomas originarios que fueron dejados en el olvido, en la oscuridad y que no permitían teorizar la realidad -de acuerdo los colonizadores-, y segundo, a los modos de organización comunitaria.
Por otra parte, los académicos mayas asumen el posicionamiento de sofistas, amplió Blanco, en el sentido de debatir y contrarrestar el posicionamiento de los filósofos que tienen la pretensión de verdad. Y lo han hecho desde la misma universidad, es decir, desde las instituciones fundadas por occidente, de este modo se han valido de la cultura colonizadora para decolonizar y a la vez para acreditar el conocimiento maya, y ponerlo en una simetría de validez con el del pensamiento occidental.
La participación de académicos mayas en la universidad es un proceso creativo ya que la decolonización se hace desde dentro, y no desde la huida de lo occidental para luego regresar al vencedor, como una especie de salida de la caverna de Platón, después regresar y plantarse con otra actitud, señaló el humanista.
Al final, el Doctor, expuso que la metodología de su trabajo fue hermenéutica.