Expertos en materia religiosa consideran que el conteo que se realizará en marzo próximo está diseñado para no reflejar la diversidad de creencias que hay en México, y le ven fallas al diseño y a las preguntas del conteo.
Expertos en el tema religioso pusieron en duda los resultados del XIV Censo General de Población y Vivienda 2020 en la materia, al considerar que no reflejará la diversidad de creencias que existe en México desde hace varias décadas.
“No refleja nada. Es una cosa de locos. Y además está diseñado para que no refleje”, aseguró Elio Masferrer, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, opinión que respalda Iván Franco, académico del INAH-Yucatán, quien también cuestionó la metodología del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que del 2 al 27 de marzo visitará los hogares de 210 mil localidades urbanas y rurales de los dos mil 465 municipios del país.
“La metodología de ellos genera unas cosas descabelladas. Por ejemplo, (el Censo 2010) dice que Asambleas de Dios tiene 26 mil miembros. Que la (Iglesia Interdenominacional) son dos, que una tiene diez mil y otra cuatro mil. ¿Usted puede creerlo? Es algo surrealista. Nosotros le dijimos: tu metodología no funciona”, ejemplificó el experto en materia religiosa.
“En 2010 se presentó el personal del Inegi a la oficina de Norberto Rivera (entonces cardenal primado de México) a que les aprobara cómo iban a publicar los datos. Eso me lo dijo el personal del Inegi, que estaba indignado, porque no estaba de acuerdo que el señor Santaella, el presidente de Inegi, avalara este tipo de trampas.
“Nosotros somos profesionales y estamos haciendo el ridículo, me dijeron en corto, en privado. No lo iban a publicar en el periódico. La gente, como usted comprenderá, no tiene interés en perder la chamba”, agregó.
“La metodología del Inegi tiene un evidente catolicocentrismo, porque está pensada para entrevistar católicos, pero no para entrevistar a las alternativas religiosas”, consideró el autor del libro Pluralidad Religiosa en México, Cifras y Proyecciones.
“Los del Inegi y los de Gobernación no quieren pelearse con la Iglesia católica y se hacen guajes, así de sencillo (…) es un acuerdo en la cúpula, es una simulación”, indicó el experto en religiones.
En el mismo sentido, el doctor Iván Franco, miembro de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones, respaldó la opinión de Masferrer, quien concluyó que “el censo de 2010 no reflejaba la diversidad religiosa del país, sobre todo en una parte central, que es la polémica por el número de católicos”.
Describió que “a la hora que los encuestadores pasaban casa por casa registrando, en este caso, la religión o la práctica religiosa o la creencia religiosa que había en esa casa, si la gente decía cristiano equis, no había la opción de registrar cristiano ortodoxo, por poner un caso.
“Entonces, los que levantaban el registro lo ponían como ‘creyente católico’. Se dio un registro muy poco creíble del volumen de católicos, porque con el cotejo que se dio con otras fuentes no coincidían las tendencias del descenso de la feligresía católica romana”, describió.
Expresó que uno de los problemas que más se ha criticado de la realización de los censos es la metodología, que la capacitación de los que toman nota no es suficientemente precisa.
Inegi: hay garantía
En contraste, Édgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográfica del Inegi, aseguró que técnica y metodológicamente el Censo reflejará nítidamente la diversidad religiosa que hoy vive México y que ha ido cambiando tan vertiginosamente en los últimos años.
El Censo “va a ser la mejor aproximación que se tenga a la realidad religiosa” que hay y habrá en México, consideró Édgar Vielma, Édgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográfica del Inegi, porque ningún otra institución, academia o personas va directamente con todos los mexicanos a preguntarles su religión.
Aseguró que cada una de las preguntas del Censo son revisadas para ver si hay necesidad de hacer ajustes, de adecuarla a las nuevas necesidades de la población.
En el caso de la religión, precisó el funcionario federal, se adecuan los catálogos de las asociaciones, porque en una década hay nuevas corrientes o pensamientos y es fundamental que refleje el amplio espectro de religiones y esté actualizado.
Capacitación
Los encuestadores del Inegi han recibido diversos tipos de adiestramiento para el Censo:
- Capacitación en manejo de dispositivos móviles.
- Manejo de productos cartográficos y mapas digitales.
- Cómo aplicar una entrevista de encuesta en campo.
- Temas de buena salud y cómo cuidarse en campo.
- Instrucción conceptual sobre cada reactivo.
SERÁ UNA PREGUNTA ABIERTA
Édgar Vielma, director de Estadísticas Sociodemográfica del Inegi, aseveró que se convocó a académicos, investigadores y a funcionarios de Gobernación para que el Censo refleje fielmente las respuestas del ciudadano y clasificarlas.
En materia religiosa, la pregunta será abierta, como en 2010, porque “es una pregunta que nos permite ser más precisos. Cumple con un principio de la metodología, que es reducir adrede directo, precisamente para no confundir al informante.
“La ventaja de tener una pregunta abierta es que no queda sujeta al criterio de una persona (el entrevistador) que tal vez no conozca de religión, y entonces con el riesgo de que la clasifique mal o la malinterprete o haya un sesgo previo.
“El entrevistador escribe textual lo que le hayan respondido y entonces ya nosotros, a nivel central, primero con nuestro grupo de expertos y después con un grupo de expertos mucho más amplio, los contenidos son discutidos y hay observaciones sobre lo que se está captando.
—¿Qué tipo de capacitación reciben los entrevistadores?
—Las personas reciben capacitación en manejo de dispositivos móviles; manejo de productos cartográficos, electrónicos y mapas digitales; conocimientos sobre cómo aplicar una entrevista de encuesta; temas de buena salud y cómo cuidarse en campo, porque sin duda van a trabajar de una manera muy intensa durante un mes.
“Además, reciben capacitación de manera conceptual sobre cada uno de los reactivos que están levantando, en este caso en materia religiosa, sobre todo en aspectos muy ambiguos donde no podamos tener elementos de clasificación.
“Por ejemplo, ¿qué religión tiene usted?, ‘la de mi papá’. Pues eso no me dice nada. Ese tipo de respuestas etéreas a nosotros no nos servirían para tratar de entender el fenómeno religioso en el país.
“Por eso la responsabilidad (de la clasificación) recaerá en una persona altamente especializada (…) para evitar un riesgo de mala interpretación”.