COVID 19 dejará a El Salvador una deuda alta y una desaceleración económica, señalan economistas.
Rommel Rodríguez, del Área Macro Económica de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo (FUNDE), señala que el panorama económico para el presente año no es alentador.
El Ejecutivo ha señalado que necesita recursos para enfrentar al coronavirus, son 5 mil millones de dólares los que ha solicitado. Sin embargo los diputados negocian darle 2 mil millones. Independientemente cuál sea el monto de negociación dichos recursos incrementarán la deuda para el país, que podría alcanzar el 75 % del Producto Interno Bruto (PIB), indicó Rodríguez.
El economista añadió que los mercados internacionales no verán atractivo adquirir los bonos que El Salvador colocará en el mercado internacional, este último se verá afectado también por la pandemia.
“Nosotros como país tenemos un alto nivel de deuda que anda rondando el 70 % del PIB – sin incluir certificados de inversión previsional “B”, si los incluimos, alcanzamos la deuda del 75 % del PIB”
Según el especialista el problema del virus es paralizar la economía y es que las fuerzas dinamizadoras, “los trabajadores”, se han visto afectadas tras la cuarentena.
El representante de la FUNDE señaló la importancia de impulsar una reforma fiscal expansiva, que ayude a reducir los impactos en la economía salvadoreña, que se verá afectada por la pandemia, tanto a nivel interno como externo.
Para el analista económico del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Ricardo Castaneda, la crisis del COVID-19 afectará el envío de remesas para El Salvador, por ende afectará la economía del país, que depende y se mantiene por los ingresos de las remesas, indicó.
“Las remesas van a caerse considerablemente. Ya que la mayor parte de salvadoreños en los Estados Unidos no tienen un trabajo permanente, ni seguro social. Por lo tanto no podrán trabajar y no tendrían mucho dinero para enviar a El Salvador. Esto impactará debido a que habrá menos ingreso y esto afecta también la liquidez de la economía, por no tener nuestra propia moneda, si no el dólar”, agregó el analista del ICEFI.
Castaneda también manifestó que el Gobierno debe ser más claro con el apoyo económico que dará a los grupos más vulnerables para esta crisis, con $300 dólares. Debe verse la forma en que otorgarán el apoyo para beneficiar a quienes lo necesitan. Sí el uso de la energía es el indicador, entonces, ¿qué pasa con aquellas familias pobres que no tienen luz?, cuestionó. “No se verían beneficiadas y se dejaría de lado a quienes más lo necesitan, detalló el analista”, añadió el analista.
El economista agregó que se viene una crisis más grave que las vividas en 2008 – 2009, por eso las medidas del Gobierno deben ser más estructurales.
Asimismo el economista instó a apostarle al sector agrícola para garantizar la seguridad alimentaria en El Salvador. Las medidas que anuncie el Gobierno deben tener en cuenta los efectos en la economía.