Rodolfo Solano, canciller Costarricense llamó a la embajadora de El Salvador en el país, Ana Patricia Pineda Salinas, para expresar la “legítima preocupación” por las declaraciones “sin fundamento” esgrimidas esta semna por el presidente Nayib Bukele en Cadena Nacional.
El mandatario salvadoreño alegó que Costa Rica tomó una “decisión política” de reducir la cantidad de pruebas diarias de COVID-19 y que eso está dando la falsa sensación de un aplanamiento de la curva de contagios.
El canciller costarricense dijo que Costa Rica tuvo la capacidad de identificar el nexo epidemiológico en más del 90% de los casos confirmados, lo que permite limitar el peligro de que ocurra una transmisión comunitaria sostenida en el país del virus, rompiendo las cadenas de transmisión. “En cambio, el Gobierno de El Salvador (que fue uno de los últimos en reconocer que tenía presencia de COVID-19 en el país) debió optar por la realización de ‘pruebas masivas’ y del confinamiento obligatorio de su población al reconocer que están en una etapa de ‘máximo contagio comunitario’, expresó Solano.
El canciller agregó que la estrategia costarricense contra la pandemia ha sido ampliamente elogiada por propios y extraños y añadió que Bukele fue mal asesorado y suministrado con datos incorrectos.
Solano además envió varias indirectas hacia el mandatario salvadoreño, incluido el que la institucionalidad costarricense se ha mantenido durante la atención a la pandemia y también el respeto a los derechos humanos.