Para el evento religioso, los responsables de la diócesis exigieron un protocolo sanitario, que constaba de un máximo de cuatro personas por coche (que hayan estado confinadas juntas) o la prohibición de salir del vehículo, entre otras medidas.
Mientras las autoridades mantienen prohibidas las reuniones religiosas por el coronavirus, este domingo se celebró por primera vez en Francia una “misa en coche”, a la que, según los organizadores, acudió medio millar de fieles católicos en el aparcamiento del parque de exposiciones de Chalôns en Champagne, al este de París.
Unos 200 vehículos se sumaron a la eucaristía convocada por el obispo de la localidad, François Touvet, para las 10.30 hora local (8.30 GMT) de este domingo en el estacionamiento sur del conocido como Capitolio de esta ciudad, a unos 150 kilómetros de la capital.
La iniciativa se repetirá al menos los dos próximos domingos, según informó en su página web la diócesis de Chalôns en Champagne, que reconoce la inspiración de esta celebración en el concepto de los “autocines”.
Las medidas de distanciamiento social vigentes en Francia prevén que las reuniones religiosas no podrán celebrarse presencialmente hasta el próximo 2 de junio.
Los responsables de la diócesis pusieron a disposición de sus fieles un protocolo sanitario y de seguridad para la celebración de la misa como permitir un máximo de cuatro personas por coche (que hayan estado confinadas juntas) o la prohibición de salir del coche.
También exigieron a los asistentes desinfectarse las manos antes de comulgar, acto que se hizo sin salir del vehículo.
Para seguir el desarrollo de la misa todos los asistentes debían sintonizar la radio RCF Coeur de Champagne, en la frecuencia 88.6 de la FM, en los aparatos de sus automóviles. Quien quisiera comulgar debía encender sus luces de emergencia para hacérselo saber a los sacerdotes encargados de dar la comunión.
Los organizadores publicaron en su página web los cantos previstos para la eucaristía, que los fieles debían llevar impresos de casa.
La desescalada que comenzó el pasado lunes en Francia permite a la gente desplazarse hasta cien kilómetros en torno a sus domicilios, algo que la diócesis de Chalôns en Champagne no quiso desaprovechar para “mostrarse inventiva, dentro del respeto de las normas sanitarias, y reunir a los fieles de forma que les permita estar estrictamente separados”.
Más de 28.000 personas murieron en Francia debido a la epidemia del coronavirus desde el 1 de marzo, 483 de las cuales en las últimas 24 horas, informó este domingo el Ministerio de Salud. Este es el balance diario de fallecidos más alto en las últimas semanas, y se debe principalmente a los decesos registrados en las residencias de ancianos (+429 respecto al sábado), mientras que en los hospitales se registraron 54 fallecidos en las últimas 24 horas, lo que llevó el balance total de muertos a 28.108.
La Dirección General de Salud no pudo precisar a la AFP las razones de esta subida importante, y se limitó a indicar que todos los balances diarios se realizan con una “actualización de los datos transmitidos por las agencias regionales de salud” a la agencia sanitaria nacional. En cambio, las hospitalizaciones y los ingresos en cuidados intensivos continúan bajando.
Actualmente, hay 2.087 enfermos graves de COVID-19 en unidades de cuidados intensivos en Francia, mientras que hace una semana había 2.776. Este domingo, ingresaron 24 nuevos casos graves en cuidados intensivos (contra 38 una semana antes).
Desde que empezó la epidemia, 98.569 personas fueron hospitalizadas, 17.500 de las cuales en cuidados intensivos. Más de 61.000 sanaron.
Con información de EFE y AFP