De acuerdo con Fitch el país está al borde de una baja de su nota a ‘C’ junto con Irak y Sri Lanka, que le deja a un peldaño de insolvencia.
La economía salvadoreña cerrará el año con una deuda de más del 90 % con relación al PIB si el país logra colocar la totalidad de los $3,000 millones en nuevos préstamos que la Asamblea Legislativa autorizó tramitar al Ejecutivo.
De acuerdo con la agencia Fitch Ratings, este panorama eleva el riesgo y deja a El Salvador a un paso de la calificación «C».
En la escala de clasificaciones de Fitch, la categoría “B” indica que el riesgo de impago está presente, pero se mantiene un limitado margen de seguridad. En este caso las obligaciones financieras se están pagando, pero la capacidad para continuar honrando compromisos es vulnerable al deterioro en las condiciones económicas.
Actualmente la calificación de El Salvador está en «B-«. En caso de seguir un deterioro las condiciones la agencia puede degradar la calificación a «CCC» ( donde incumplimiento es una posibilidad real); «CC» (incumplimiento de alguna índole parece probable) y «C», que ratifica que el «incumplimiento de un emisor es inminente».
Si el deterioro continúa puede degradarse a «RD» nota que considera que el emisor «ha experimentado un ‘incumplimiento restringido’ o un incumplimiento de pago no subsanado de un bono y en el fondo está «D» que indica «incumplimiento o impago».
COVID-19 impacta la capacidad de pago y aumenta el riesgo de caer a «D»
La crisis económica asociada a la pandemia del COVID-19 está golpeando a varios países alrededor del mundo. De hecho tres países ya incumplieron sus pagos en 2020: Argentina, Ecuador y Líbano.
Fitch, citada por CNN Business, explica que esto coincide con el récord de un solo año (de 2017), un deterioro temprano ya que apenas se está en el quinto mes del año. «Es probable que haya más incumplimientos este año», dice la agencia.
En un panorama global, la calificadora ya rebajó la deuda de 29 países en 2020, ocho de ellos tienen una deuda en el rango «superespeculativo» o «C», naciones «con alto riesgo de incumplimiento».
La agencia dijo que el número de países que cayeron a ‘C’ incluyen a Gabón, Mozambique, República del Congo y Zambia, mientras que hay un creciente riesgo para El Salvador, Irak y Sri Lanka.
El problema con dicha nota es que al caer en ella es cuestión de tiempo para caer en impagos. «En promedio, la tasa de incumplimiento para esos países con calificación ‘C’ ha sido del 26.5 % en los últimos 25 años», dijo Fitch en su reporte especial «Sovereign Defaults Set to Hit Record in 2020«.
La calificadora alerta que «por lo general, dejan de pagar rápidamente: se tarda un promedio de solo siete meses para que un país deje de pagar después de bajar a una «C».
En los últimos cinco años, la tasa de incumplimiento para los países peor calificados se elevó a 38.5 % y solo cinco naciones degradadas a las C han evitado el incumplimiento.
Hacienda con menos ingresos
La semana pasada el ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, confirmó que el apagón preventivo de la economía está deteriorando con fuerza los ingresos del fisco. Solo en abril la recaudación cayó en 31.9 %, según un informe publicado en el Portal de Transparencia Fiscal.
Fuentes estimó que la crisis provocará un desplome de entre $950 y $1,000 millones de los ingresos del fisco. El ministro explicó a los diputados de la Comisión Hacienda, de la Asamblea Legislativa, que el Ejecutivo ha recurrido a la emisión de deuda local para mantener las operaciones del aparato público durante los primeros meses del año. Según explicó, estos compromiso forman parte de la brecha de $645 millones de financiamiento que debía buscar el Gobierno para el presupuesto de 2020.
El Ejecutivo aún busca acuerdos para lograr colocar bonos o contratar préstamos multilaterales para alcanzar el cupo de los $3,000 millones autorizados por los diputados. Los fondos ayudarán a empujar un plan de reactivación económico, atender la emergencia sanitaria y a llenar el déficit de ingresos por la crisis económica.