Sebastián Salgado: El fotógrafo del mundo silente

Por Maribel Acosta Damas, Resumen Latinoamericano.

En enero de 2002 las calles de Porto Alegre se llenaron de un mar de gente que caminaba junta bajo el lema de Otro mundo es posible. La cámara no alcanzaba a recoger el espíritu de lo que allí estaba sucediendo. El movimiento Sin tierra marchaba al lado del Partido Troskista, al lado del Partido Comunista, unido al Movimiento Gay, al lado de las Mujeres campesinaso de los Movimientos de los pueblos originarios… Comenzaba el II Foro Social Mundial de Porto Alegre… Lula había ganado las elecciones en el gigante Brasil. La negra favelada Benedita Da Silva era la gobernadora de Río de Janeiro. El escritor Eduardo Galeano hablaba de poesía y de América Latina… Porto Alegre, con ese aire pampero o europeo; verde de verano sudamericano, estaba literatamente abierto a otro mundo posible, mejor, más justo…

En las múltiples jornadas de trabajo, palestinos e israelitas compartían proyectos de planeta… la carpa de Cuba era un enjambre de visitantes, al menos unas 200 personas constituían la delegación cubana. Vilma Espín compartía las sesiones de trabajo con mujeres de todas partes… Porto Alegre era la anfitriona de 50 mil hombres y mujeres de una gran red que venía cristalizando para enfrentar el neoliberalismo global desde la unidad diversa de la contrahegemonía global… En esos días de finales de enero y principios de febrero  Sebastián Salgado presentaba su obra, la de las imágenes de los desconocidos del mundo. Apenas había lugar para escucharlo. Allí estaba un hombre que rompió el mito de los silentes… El que decía una y otra vez frente a sus fotografías de ojos y pies de la tierra: «Más que nunca, siento que solo hay una raza humana. Más allá de las diferencias de color, de lenguaje, de cultura y posibilidades, los sentimientos y reacciones de cada individuo son idénticos.»

Más allá de los premios, el fotógrafo brasileño que nació en Minas Gerais en 1944, economista en los 70, descubrió África en misiones afiliadas al Banco Mundial. Allí empezó a tomar sus primeras fotografías. Abandonó su cómoda posición de economista y comenzó su periplo de explorador cámara en mano por África, Europa y América Latina. En 1977 inició un largo ensayo fotográfico sobre los indios y campesinos de América Latina.

A su fotografía sociodocumental siguió su trabajode medioambiente y ser humano. En muchas de sus obras,  Sebastián Salgado ha sido un adelantadoa los grandes desafíos del planeta. El fotógrafo de blanco y negro armonizó belleza y tristeza, desamparo y justicia… Arropó a los desposeídos, les dio alas, movilizó las sensibilidades a través de los surcos de arrugas sabias de los invisibles. Dispuso su cámara para dignificar América Latina con sus pueblos originarios, con su carga de tierra seca y desolada…  Sebastián Salgado, con su fotografía del alma humana y de la Pacha Mama,ha dado voz a los silentes de la tierra.

Fuente: Cuba en Resumen

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