Soberanía Alimentaria en tiempo de crisis En el contexto del Coronavirus: El Caso de El Salvador

Por: Adolfo Hurtado, Julio Carpio y Pedro Hernández

INTRODUCCIÓN:

La actual pandemia de Coronavirus, denominada COVID 19, hasta donde se tiene registros oficiales, surge de deficiencias de un sistema alimentario en interacción con una sociedad humana altamente globalizada. En este caso específico la deficiencia del sistema alimentario se expresa en la carencia de domesticación de la diversidad alimentaria de producción de proteína animal (siendo el Pangolín el principal sospechoso) e insuficiente modernización de los mercados de consumo alimentario populares (safe food).

Las características de alto contagio, a pesar de la relativa baja tasa de letalidad, produce una demanda de los servicios de salud nacionales que los hace colapsar1 e incrementa la mortalidad del impacto del COVID 19. El perfil de morbilidad2 amenaza principalmente a poblaciones con enfermedades preexistentes que afectan a adulto mayores, los desnutridos del pasado y mal nutridos del presente (obesidad) expresado en personas con problemas del corazón, hipertensión, diabetes y cáncer3. Cabe resaltar que una parte importante de la población que presente índices de masa corporal altos son debido a deficiencias de la cultura alimentario e inadecuaciones del sistema alimentario.

El impacto de salud del COVID 19 ha llevado a gran parte de los países a tomar medidas restrictivas y fuertemente restrictivas que se ha expresado en la quiebra de la dinámica económica global calculado una contracción entre -3 y -4% a nivel mundial (Barcena 2020), trayendo como consecuencia un panorama de empobrecimiento. El Sistema de Naciones Unidas4 calcula que el impacto económico del COVID-19 elevará a 265 millones el número de personas expuestas a inseguridad alimentaria aguda (130 millones personas más de a los registros en).

Para América Latina y el Caribe las proyecciones de contracción oscilan entre un -1.5 y -3.8%, afectándola a través de La disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales, Caída de los precios de los productos primarios, Interrupción de las cadenas de valor mundiales, fuerte contracción de la demanda de servicios turísticos, reducción de las remesas y, intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales (Barcena 2020) lo que podrá repercutir en 67% de las economías nacionales y afectar el 64% del empleo. Para Centroamérica implica un panorama sombrío de contracción económica proyectado en torno de -8,4% (CEPAL 2020).

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advierte que este año, por primera vez desde 1990, que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) va a retroceder. La pandemia de covid-19 impacta de lleno y de forma simultánea en todos los elementos de la existencia con los que se mide el desarrollo humano: la salud, la educación y los ingresos de las personas. Lo que no solo provocará que el mundo retroceda, sino que además lo hará de una forma «significativa, equivalente a las variaciones de seis años de progreso»5

Centroamérica es una región altamente vulnerable en este contexto, y el cuánto y cómo nos afecte dependerá de cuánto hemos avanzado, o no, y de cómo nos encontremos actualmente en el desarrollo de nuestros sistemas alimentarios, así como la inclusión e integración social desde la última crisis de los precios de los alimentos y del petróleo hace una década atrás, cuando como región nos comprometimos a fortalecer el sistema alimentario con mecanismos de incrementos de producción (SICA 2008) a renovarlo con un enfoque integrador de actores (SICA 2010), territorial y con gestión de conocimiento (SICA 2012).

¿Cómo nos encontramos ahora en El Salvador y que nos queda por hacer? Esa es la reflexión de este documento realizada en tres pasos: Primero, identificando las poblaciones vulnerables de la actual crisis del proceso de la pandemia del COVID 19; Segundo, cómo nos impactará esta pandemia en el marco de nuestras vulnerabilidades regionales y como país, y tercero, analizar el avance de las propuestas desarrolladas en los estudios del estado de la soberanía alimentaria realizada por la Alianza por el Derecho Humano a la Alimentación de Centroamérica 2014-2016 (ADHAC 2016) presentado al Sistema de Integración Centroamericana en noviembre de 2016

LAS POBLACIONES VULNERABLES AL COVID 19

La morbilidad del COVID 19 afecta de forma directa con alto riesgo a personas que presenta enfermedades preexistentes relacionadas a la población de más edad (20,48% de la pob. Salvadoreña es mayor a 50 años6) principalmente aquella que enfrentó desnutrición crónica infantil (56,7%, INCAP 1967) y mala nutrición expresada en índice de masa corporal alto (62,3% ♀ y 57% ♂, OPS/OMS 2018) como son problemas de corazón (54.2/100 mil hab, OPS/OMS 2018), diabetes(48/100 mil hab, OPS/OMS 2018), hipertensión (+/-18.5/100 mil hab, OPS/OMS 2018) y cáncer, o personas con deficiencias específicas como enfermedades respiratorias crónicas y deficiencias inmunológicas.

Este cuadro es en gran parte resultado del modelo de desarrollo seguido por el país en los últimos 70 años. En este período se pasó de una situación de hambre crónica observable en la talla de las poblaciones mayores a una situación de malnutrición crónica observable en el índice de masa corporal de las poblaciones adultas y jóvenes. De ahí que las poblaciones mayores de 50 años que experimentaron una alta y muy alta prevalencia de la pobreza y la desnutrición crónica infantil padecen enfermedades como hipertensión, diabetes tipo II7, problemas cardíacos y alto índice de anemia ferropénica8 en un número considerable de la población. Las actuales poblaciones adultas, pero sobre todo las jóvenes, vivieron el impulso del modelo de la revolución verde y la apertura del comercio alimentario internacional bajo el único argumento de alimentos baratos (que se basó fundamentalmente en el incremento de la ingesta de carbohidratos y azúcares) en el marco de un deterioro de la cultura alimentaria y la exacerbación de la mal nutrición resultando en los actuales índices escandalosos de obesidad que ahora vuelve vulnerable a una juventud frente al impacto del COVID 19, que de otra manera no lo sería.

Así también se tienen poblaciones que de manera indirecta se encuentran en condiciones vulnerables por sobre exposición al pertenecer a sectores de servicios esenciales como profesionales del sector de salud, del sector agroalimentarios y otros sectores considerados de servicios esenciales. En gran parte, estos grupos de población enfrentan situaciones de bajos ingresos, bajos niveles de protección social, deficiente cultura alimentaria y deficiente abastecimiento del sistema alimentario, elementos necesarios para enfrentar la situación del COVID 19 en las mejores condiciones posibles.

Según estudio del PRESANCA 2010 El Salvador hacia 2003 presentaba una gradiente de vulnerabilidad en la SAN a partir de los niveles de ingresos de la población, presentando una desnutrición crónica en menores de 5 años en torno de 8% en los ingresos más alto a aproximadamente 22% en los de ingresos medios y 39% en los ingresos más bajos. Considerando que al 2003 la guerra había concluido y no se registran tragedias de interrupción de abastecimiento de alimentos en los 6 años anteriores puede suponerse de manera razonable que la DC presentada por el nivel de ingresos más alto deriva de insuficiencias en la cultura alimentaria y que las condiciones de pobreza empeora en las poblaciones de menor ingreso.

LA INSTITUCIONALIDAD SALVADOREÑA FRENTE AL COVID19

La crisis del COVID19 llega a El Salvador en un momento de debilitamiento de su institucionalidad. El nuevo gobierno, que cumplió un año en medio de la Emergencia, no ha publicado ningún plan de desarrollo de país, en el área agrícola o de SAN, y no parece reconocer la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018-2028, heredada de la anterior administración.

El Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONASAN) no da indicios de que funcione. Su página web no está activa9 y su fan Page10 no evidencia su trabajo. Si bien esta estructura tenía limitaciones, su desactivación significaría un retroceso.

El instrumento público más cercano a un plan de gobierno es el Plan Cuscatlán, presentado por el entonces candidato presidencial como plataforma de gobierno

Este Plan dispone de varios capítulos temáticos o sectoriales. En el capítulo MEDIO AMBIENTE se asumen compromisos coincidentes con las demandas ciudadanas como la no privatización del agua y su reconocimiento como derecho humano, pero es muy tibio en cuanto a la exigencia a la empresa privada contaminante quedándose en un ámbito de “sensibilización”. No presenta estrategias de gestión de biodiversidad y hay falencias en las propuestas de medidas de adaptabilidad al CC aplicables a comunidades y agricultores/as.

El capítulo AGRICULTURA es mucho más débil que los demás. Este se divide en estrategias organizadas en 6 rubros/cultivos. No menciona la reducción de los monocultivos de agroexportación, sino que los potencia. Únicamente para la caña se plantea la creación de reservorios de agua, como supuesta medida paliativa a su alto nivel de consumo y extracción. Solo para caña y ganadería, sectores donde están los mayores capitales, se propone incrementar la seguridad (patrullaje) y mejorar el acceso vial y de energía eléctrica. En granos básicos, hortalizas y frutales no hay mayores apuestas. En 23 páginas del capítulo AGRICULTURA hay palabras que no aparecen ni una sola vez: mujer, género, juventud, agroecología, ecología, biodiversidad, soberanía, participación ciudadana, inclusión, biodiversidad, monocultivo, derechos.

La Mesa por la Soberanía Alimentaria de El Salvador señalaba, en mayo 2020, que: según la Encuesta Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional 2019, 126 mil hogares equivalentes el 20% de la población se encuentra en inseguridad alimentaria y un 65% se encuentra en riesgo de inseguridad alimentaria; El presupuesto asignado al Ministerio de Agricultura y ganadería es el menor de los últimos 8 años; Desde la primera propuesta de Ley de Soberanía Alimentaria presentada a la Asamblea Legislativa, han pasado 12 años y 12 propuestas diferentes de Ley SSAN sin que se aprueben, al igual que 8 años transcurridos para que se reconozca el Derecho Humano a la Alimentación (DHA) en la Constitución; Mencionan además su preocupación por la abrupta suspensión de la entrega de paquetes agrícolas 2020/2021, sin un plan de contingencia; Así como el nivel de improvisación del ejecutivo que no contribuye a garantizar la producción de granos básicos suficiente para el país.

IMPACTO DEL COVID 19 EN LA SAN

Las fuertes medidas a nivel internacional y nacional para contener la pandemia están dando como resultado la contracción económica global que afectará las condiciones de la alimentación de diversas maneras y afectando las dinámicas sociales y económicas vinculadas a la seguridad alimentaria y nutricional, en el marco del estado de la soberanía alimentaria del país. Esta afectación se produce a través de cinco ejes reconocibles, que abordamos a continuación.

a) Incremento de vulnerabilidad por contracción económica y pérdida de empleo. Se calcula en unas 600 mil personas el incremento de la población pobre, proyectándose el incremento de la pobreza de 28% a 39% (BID 2020). Este impacto será provocado entre otros elementos por:

• Contracción económica por reducción de las remesas (BID 2020), que representan en torno del 20% del PIB nacional, con una contracción de las remesas estimada en 10% por cada punto porcentual de contracción de la economía norteamericana11 (con una contracción proyectada entre -1.8% y -3.5% como efecto de la pandemia). Esto tendrá un impacto directo en el hambre y la violencia en la sociedad salvadoreña. Durante abril de 2020 las remesas familiares enviadas al país cayeron un 40%, respecto a igual período de 2019 (BCR, 2020);

• Contracción económica de cadenas de suministros (maquilas) y de servicios (call centers) representan en torno de 100 mil trabajadores directos y unos 50 mil indirectos (FUSADES 2020);

• Contracción económica de industria turística, un sector que había representado una fuerte expansión en la última década, que al 2018 representaba 20% del PIB más de 55 mil empleos directos y un salario promedio por encima del nacional (Arene 2019). El turismo es compuesto por poco menos de 60% de turismo centroamericano y 35% de turismo proveniente de EUA;

• Contracción económica de la economía en general que se proyecta entre -2% y -3.9%. “la industria manufacturera, construcción y servicios profesionales, que se han visto afectadas por las medidas de prevención de expansión de la pandemia, representan cerca del 50% del PIB (BCR, 2019) y de ellas proviene cerca del 67% de la recaudación fiscal (MH, 2014) (BID 2020 p18). Los ingresos fiscales al Estado cayeron 4.7 % en abril 2020 y el Ministerio de Hacienda pronostica una pérdida de ingresos estimada en $990 millones en relación con el presupuesto 2019;

• Contracción económica de los principales destinos de exportación de Honduras (EUA 42% y Europa 4.7%) afectando los volúmenes de compra y los precios de materia prima, y cadenas de suministros.

El Gobierno de El Salvador, para abril 2020 ejecutó un programa de apoyo a los hogares vulnerables con un monto de transferencia mensual de 300 millones de USD previsto a llegar entre 70 y 75% de los hogares catalogados como vulnerables (BID 2020). Un riesgo que se evalúa, son las limitaciones del programa para llegar a la población de trabajo informal calculada en torno de 2/3 de la fuerza laboral. Mismo que para mayo 2020 fue sustituido por la entrega directa de bolsas solidarias12 con un valor aproximado de $35, con una cobertura mayor que la transferencia monetaria, pero con una reducción sustantiva del monto percibido por familia beneficiaria. Así como el programa de transferencia financiera, este también enfrenta las debilidades de los sistemas de información existentes. Este instrumento, aunque cierra la brecha de la posibilidad de enfrentar hambre no alcanza el grado de suficiente para prevenir la malnutrición, abriendo una ventana de vulnerabilidad para las generaciones futuras que sean gestadas en este período. Estas debilidades podrían ser balanceadas con el programa de transferencias monetarias, pero se necesitaría fortalecimiento de la gestión de conocimiento en el marco de la cultura alimentaria, que presentaremos en las propuestas complementarias al final de esta reflexión.

En las crisis de 2007-2011 (de precios de los alimentos, energéticas y económicas) que provocó una contracción en los ingresos, las poblaciones de Centroamérica respondieron reduciendo la cantidad y la diversidad de los alimentos en la ingesta (Hernández et Al 2011).

b) Ruptura de las cadenas de suministros:

• Reducción de disponibilidad de agroquímicos: afectación a la producción tradicional;

• Reducción de disponibilidad en cantidad y diversidad alimentaria como por ejemplo en el abastecimiento de verduras de Guatemala y/o carnes y lácteos de Nicaragua, entre otros. En valor de importaciones se descomponen como presentado por FUSADES (2020);

Así también el Gobierno de El Salvador desarrolla el Programa de Paquetes Agrícolas estimado en 400 mil paquetes para el ciclo 2020/2021, (con una reducción de 22 mil paquetes, en comparación con periodos anteriores) abasteciéndolas de semillas de maíz y frijol. Esta entrega va acompañada de fertilizantes, y se priorizan productores con grados de tecnificación y riego. Esta iniciativa es importante, pero no suficiente para una seguridad alimentaria y nutricional de la población salvadoreña, pudiéndose nutrir de los conocimientos territoriales en diversidad alimentaria ya existente en el CENTA y UES.

Bajo fuertes restricciones de movilidad decretadas por el Ejecutivo se retrasó, hasta finales de mayo, la entrega de los paquetes agrícolas, provocando que muchas siembras se hagan hasta los primeros días de junio, ya con un mes de retraso. Que, en términos agrícolas ese periodo de retraso significa posibles escenarios: plantas demasiado grandes producto del calor y vulnerables al vuelco, producto del viento; plantas mayoritariamente vulnerables a efectos adversos de la canícula que generalmente se presenta en julio o agosto; menores plantas con mazorcas de tamaño ideal, lo que implica menor producción.

Las restricciones no fueron las mismas para la agroexportación: “Los decretos ejecutivos que habilitan las cuarentenas catalogaron a la agroindustria azucarera como uno de los sectores esenciales, lo que permitió que las últimas semanas de la cosecha se desarrollaran y finalizaran con normalidad y sin ningún atraso significativo”13. Una vez más se protegen los monocultivos y no se prioriza la agricultura campesina y familiar.

c) Según lo señalado por ORMUSA14, apoyados en fuentes de FNUAP, se calcula que en el primer semestre de 202015 unas 53 mil mujeres no han tenido acceso a métodos anticonceptivos por interrupción de los servicios de salud por lo que proyectan en por lo menos 11 mil embarazos no deseados. Las condiciones de contracción del mercado laboral a causa de la pandemia, las vulnerabilidades de las mujeres en este y los subregistros derivados por el encierro incrementan de manera sustantiva el riesgo de gestaciones en condiciones de hambre, abriendo brechas epidemiológicas a futuras en el marco de la tragedia presente.

d) Se enfrenta una paralización de servicios, Incremento de la deuda de los Estados16 y contracción fiscal proyectada en cerca del 1.5% del PIB (BID 2020), lo que podrá tener como consecuencia a corto y mediano plazo:

• Interrupción de servicios de SAN (ej. Merienda escolar) por suspensión de las actividades escolares;

• Menos recursos para atender a las poblaciones más vulnerables (pérdida de acceso económico);

• Menor capacidad de contener la contracción económica (estímulo de la demanda) y protección de la base económica;

• Menor capacidad de acceder a recursos frescos o riesgo de ralentizar el desarrollo económico posterior;

ELEMENTOS PARA UNA ESTRATEGIA SAN PARA ENFRENTAR EL COVID FORTALECIENDO LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

La actual tragedia de los adultos mayores con enfermedades preexistentes que los vulneran frente al COVID son un fuerte recordatorio que el hambre que no se evita ahora definirá las victimas a futuro de un nuevo brote epidémico con este perfil morbológico, vinculado a las familias de coronavirus.

Una solución integral demandará un diálogo social y político amplio con una adecuada de gestión de conocimiento. De ahí que la inclusión de Productores agroalimentarios y consumidores, a partir de instrumentos como Mesa de la Agricultura Familiar son relevante. Así como una articulación institucional en torno de la unidad responsable del gobierno Central, el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional de El Salvador, los Gobiernos locales y las Universidades.

1. Para el Fortalecimiento del estado de la Soberanía Alimentaria: Sistema Alimentario

Para el desarrollo de una estrategia para atenuar el impacto por hambre que el COVID 19 puede provocar en El Salvador, se propone en principio los siguientes elementos en base a las propuestas desarrolladas por la Alianza por el Derecho Humano a la Alimentación de Centroamérica 2014-2016 (ADHAC), Capítulo El Salvador, y plasmadas en el Estudio del Estado de la Soberanía Alimentaria de El Salvador de 2017.

a) Cultura Alimentaria: Educación & Difusión

• Optimización de los recursos alimentarios disponibles;

• Optimización del uso de la diversidad alimentaria tradicional;

• Técnicas y productos de transformación y almacenamiento alimentario;

b) Mercados alimentarios incluyentes: Inteligencia de Mercado & Difusión

• Fortalecimiento de los mercados de agricultura familiar (diversa);

• Acortamiento de las cadenas de suministros y fortalecimiento/desarrollo de los cinturones verdes;

• Sistemas de información de estacionalidad (temporalidad) y precio de los productos alimentarios

Para ello, es de importancia Revisar el plan piloto de agricultura familiar los avances y restricciones que tuvo el implementado en ELS. Rescatar lo bueno y solicitar apoyo internacional para reconstruirlo

c) Producción alimentaria sostenible: Disponibilidad, Acceso & Estabilidad

• Estimulo de la producción agroecológica y orgánica, orientado a reducir costos y atenuar el impacto en potenciales rupturas de cadenas de suministros de agroquímicos;

• Ordenamiento territorial: optimización territorial de la producción alimentaria (cantidad y diversidad) y gestión sostenible del agua;

• Fortalecimiento y desarrollo de la producción de huertas familiares como parte del fortalecimiento de la agricultura urbana.

Para este punto es de la mayor relevancia Hacer partícipe a las organizaciones que trabajan en la producción agroecológica y orgánica, e involucrarlos en el reparto de actores importantes.

d) Apoyo para las poblaciones más vulnerables: Niñez, vejez, pobres

• Compras locales de alimentos y optimización de recursos alimentarios disponibles;

• Incremento de capacidades productivas alimentarias autónomas (huertos familiares orgánicos), transformación y almacenamiento;

• Apoyo Financiero Directo

Es de importancia tomar en cuenta a todas las personas según el ciclo de vida, pues los jóvenes y adultos son fuerza fundamental para el desarrollo socioeconómico

2. Para el Fortalecimiento del estado de la Soberanía Alimentaria: Elementos para el Desarrollo de un Plan de Acción

Algunos elementos básicos para un plan de acción en la intervención comunitaria, podría esbozarse en torno de:

3. Para el Fortalecimiento del estado de la Soberanía Alimentaria: Marco institucional

La crisis actual producto del COVID 19, y la vulnerabilidad mostrada por las poblaciones mayores que sufrieron de desnutrición crónica, así como las nuevas generaciones impactadas por la mal nutrición y el flagelo de la obesidad, resaltan la necesidad de un reconocimiento constitucional del derecho humano a la alimentación y al agua, así como la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, oportunidades que se perdieron en la primera mitad de la década pasada y que amenaza la calidad de vida de futuras generaciones con el actual impacto del COVID 19.

Así también tendría que ir siendo impulsada una la actualización y desarrollo de una nueva Política de Soberanía y seguridad alimentaria, que junto al marco jurídico tendría que estar orientado a:

a) Hacer el sistema alimentario nacional sostenible, lo que hace necesario:

i. el aprovechamiento de los RRNN alimentarios disponibles localmente;

ii. adecuada gestión de agua municipal, nacional y regional, para calidad, caudal y estabilidad;

iii. fortalecimiento de la agricultura originaria, campesina y de agricultura familiar;

iv. adecuación de la economía ambiental al cambio climático y las condiciones agroambientales de los territorios: diversidad, estacionalidad, cobertura agroforestal;

v. fortalecimiento de la cadena de producción, transformación y consumo: encadenamiento, fortalecimiento frente a eventos globales (protección y resiliencia), y basada en una economía social y solidaria;

vi. Que oriente el fortalecimiento de sistema alimentario centroamericano.

b) El fortalecimiento de una cultura alimentaria que maneje adecuadamente las necesidades alimentarias y nutricionales, según ciclo de vida y ciclo ambiental;

c) Incremento sostenido y sostenible de la productividad y salario mínimo, emparejado a la estabilidad intra anual del mercado laboral;

d) Cambio a una economía territorial ambiental que tenga como resultado una mayor y mejor gestión de la biodiversidad, cobertura forestal y agua, y preserve los recursos naturales alimentarios y de salud;

e) Armonización de los instrumentos regionales pertinentes a los intereses de la SobAl y SAN de El Salvador, como propuesto en la PolSAN;

f) Programa de gestión de conocimiento basado en la gestión de la biodiversidad alimentaria, la adaptabilidad climática vinculando, inteligencia de mercado y fortalecimiento de la cultura alimentaria, articulado entre la comunidad de derecho (sector agroalimentario y consumidores), la comunidad académica (relacionadas con todas estas áreas) y la comunidad política (Gobierno nacional, asamblea, justicia y gobiernos locales)


1- Cuando esta crisis termine, entre las muchas cosas que tendrán que ser repensadas está la teoría económica de los bienes públicos. Este abordaje actualmente se encuentra solo pensada desde la demanda o consumo, y en el marco de lo que más aborrece el pensamiento económico imperante: la imposibilidad de exclusión Tendrá que agregarse el lado de la oferta y discutir las características de disociación de eficiencia y eficacia, que el mercado no logra suplir. La actual carencia de recursos de salud (vacunas y equipos) es un ejemplo de esta disociación, donde a mayor mercantilización de la salud parece mayor el fracaso de atención y contención de la epidemia (creo que hasta se puede hacer un gráfico que demuestra esto). Pero esto es otra reflexión.
2- https://www.worldometers.info/coronavirus/coronavirus-age-sex-demographics/
3- El señalamiento de personas que padecen de cáncer hace referencia a todo tipo de cáncer. Entre los cánceres relacionados a la seguridad alimentaria tenemos los de colon y recto, y aquellos derivados del mal manejo de agroquímicos o agroquímicos tóxicos que han sido prohibido en sus países de origen, pero continúan comercializándose en los nuestros.
4- https://news.un.org/es/story/2020/04/1473172
5- https://elpais.com/elpais/2020/05/20/planeta_futuro/1589966420_653612.html
6- https://www.populationpyramid.net/el-salvador/2019/
7- La insuficiencia renal crónica (IRC), que es un padecimiento típico en poblaciones que viven en acuíferos con más de 50 años contaminados con todo tipo de agrotóxico, dado el impacto del COVID 19 en las vías renales es razonable pensar que este es un factor de riesgo no visibilizado en las poblaciones rurales pobres de CA.
8- Los últimos hallazgos sobre el COVID 19, es que sus toxinas producen trombos en la sangre, los que coagulan órganos grandes como los pulmones. Una sangre débil para transportar oxigeno esta mayormente expuesta a una sangre con mejor hematocrito y hemoglobina.
9- http://www.conasan.gob.sv/
10- https://www.facebook.com/CONASAN.ElSalvador/
11- En esta proyección no se estima la tasa de mortalidad de la población remesante en EUA, con históricos de desnutrición crónica y mal nutrición, expuestos a los llamados trabajos esenciales y sin seguridad social que les facilite el resguardo. Así como tampoco proyecta el impacto del endurecimiento de las políticas de deportación de EUA sobre la población Centroamericana.
12- Contenido: 2 libras de harina de trigo, 4 de harina de maíz, 2 de frijoles, 8 latas de atún con vegetales, 1 botella de aceite, 5 libras de arroz y algunas sopas instantáneas. El paquete presenta carga calórica con carbohidrato y grasa vegetal, suplementos proteínico básico y ausencia de componentes suficiencias de vitaminas y minerales.
13- https://diario.elmundo.sv/agroindustria-azucarera-logra-zafra-record-17-9-millones-de-qq/
14- Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz; https://ormusa.org/
15- https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/El-Salvador-Primer-semestre-del-ano-dejo-258-embarazos-en- ninas-de-entre-10-y-14-anos—20200819-0033.html
16- El Salvador es el país de Centroamérica que más incrementará su deuda pública para enfrentar la emergencia de salud por la pandemia de covid-19, la crisis económica derivada del confinamiento de la población y el cierre de la mayor parte de las actividades económicas, según advierten varios organismos locales y regionales. Al cierre de 2020, la deuda pública salvadoreña podría superar el 87 % como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB). https://www.eleconomista.net/economia/El-Salvador-con-historica-deuda-para-paliar-crisis-economica- 20200506-0001.html
17- Política de seguridad alimentaria y nutricional.” Garantizando el derecho a una alimentación saludable con
inclusión y equidad” 2011-2015.GOES. El Salvador
18- Tipo 1: «Muy Alta sensibilidad a padecer inseguridad alimentaria nutricional/ Muy Alta sensibilidad a tener seguridad alimentaria nutricional; Tipo 2: «Alta sensibilidad a padecer inseguridad alimentaria nutricional/ Alta sensibilidad a tener seguridad alimentaria nutricional; Tipo 3: “Baja sensibilidad a padecer inseguridad alimentaria nutricional/ Baja sensibilidad a tener seguridad alimentaria nutricional.


BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES

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Alicia Bárcena (2020); Coyuntura, escenarios y proyecciones hacia 2030 ante la presente crisis de Covid-19; Secretaria Ejecutiva de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 3 de abril de 2020

Alberto Arene (2019); El crecimiento del turismo en la última década y su impacto en la economía salvadoreña; La Prensa Gráfica de El Salvador; 23 de Mayo de 2019 (https://www.laprensagrafica.com/opinion/El- crecimiento-del-turismo-en-la-ultima-decada-y-su-impacto-en-la-economia-salvadorena-20190522- 0509.html)

BCR El Salvador 2020: remesas; abril https://www.bcr.gob.sv/esp/index.php?option=com_k2&view=item&id=1482:las-remesas-familiares- alcanzaron-u$16007-millones-al-mes-de-abril-de-2020&Itemid=168

BID (2020), Vicepresidencia de Países; El impacto del COVID-19 en las economías de la región; CID Departamento de Países de Centroamérica, Haití, México, Panamá y República Dominicana;

CEPAL (2020) Informe Especial COVID 19 #5;

FUSADES (2020); El impacto del COVID-19 en la economía de El Salvador: algunas consideraciones de política macroeconómica para hacer frente a la crisis; versión al 25 de marzo de 2020; Serie de Investigación (http://fusades.org/sites/default/files/El%20impacto%20del%20COVID- 19%20en%20la%20economi%CC%81a%20de%20El%20Salvador_marzo%202020.pdf)

Hernandez Manuel, Robles Miguel, Torero Máximo (2011); Más allá de los números. Cómo respondieron los hogares urbanos en Centroamérica a las crisis globales recientes; Resumen temático del IFPRI #67, enero 2011; file:///C:/Users/ADOLFO~1/AppData/Local/Temp/p15738coll2_124968.pdf

Hurtado Adolfo (2017); Estado de la Soberanía Alimentaria de El Salvador. Repensando la gobernabilidad regional para un desarrollo rural incluyente, integrado y sostenible frente a los grandes retos de la globalización; ADHCA / OIKOS / UE / UNDEF;

INCAP (1967) Encuesta Regional de Alimentación y Nutrición;

Observatorio de Complejidad Económica (OEC) https://oec.world/es/

OPS/OMS (2018); Indicadores Básicos. Situación de Salud en las Américas. 2018; https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/49511/IndicadoresBasicos2018_spa.pdf?sequence=2&i sAllowed=y

Pirámide Poblacional: https://www.populationpyramid.net/

PRESANCA (2010); Análisis de Situación de la Seguridad Alimentaria y nutricional de Centormaerica y República Dominicana;

SICA (2008), XXXII Declaración Esp. Reunión Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de Países del SICA.
SICA (2010), XXXVI Declaración Reunión Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de Países del SICA.
SICA (2012), Declaración Reunión Extraordinaria Managua de Jefes de Estado y de Gobierno de Países del SICA; Worldometer-Coronavirus; https://www.worldometers.info/coronavirus/coronavirus-age-sex-demographics/

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