De hecho, justo por su cultivo en pequeñas fincas el productor recoge el café en su punto de maduración más óptimo y lo seca en las llamadas ‘camas africanas’, que mantienen al grano alejado del suelo y ventilado en el proceso.
Este método garantiza un secado uniforme que propicia un café más consistente, del tipo ‘honey’ (miel) o natural, que valoriza al que intenta recuperar su antiguo título de ‘grano de oro’ en El Salvador.
Las exportaciones de este café premium comenzaron a crecer en la cosecha 2009-2010, cuando fueron vendidos 8.8 millones de quintales, y aumentó de año en año, salvo en 2014, cuando las plagas afectaron la producción.
Hugo Hernández, director ejecutivo del mencionado Consejo, dijo que el precio promedio del café diferenciado aumentó un 24.4 por ciento en nueve años, pues el quintal pasó a cotizarse de 252.25 dólares en 2009 a 333.80 en 2017.
Durante ese período, Reino Unido compra casi el 60 por ciento de las ventas de El Salvador, donde existen condiciones para producir más microlotes, sin abandonar otras formas de cosecha y comercialización. (PL)