El fujimorismo y los evangélicos en el Perú

Por Hedilberto Aguilar De la Cruz, Sociólogo, antropólogo y latinoamericanista- México.

Con motivo de la segunda vuelta electoral en las elecciones presidenciales del Perú, algunos evangélicos del Perú se han organizado para hacer conferencias en torno al fujimorismo, principalmente para desmarcarse de la identificación que se hace de ellos con esta corriente. Ello no implica una negación de la relación histórica entre fujimorismo y sectores evangélicos, sino que este grupo religioso está lejos de agruparse en torno a una sola corriente política; por el contrario, hay un importante sector evangélico antifujimorista. 

Una de estas conversaciones por internet fue la organizada por Pública (teología en la vida pública), dirigido por la psicóloga evangélica Yenny Delgado, en la que invitó a una joven abogada Jhosselyn Rojas y Darío López, el teólogo y pastor evangélico con quien ya hemos conversado en varias ocasiones para tomar el pulso político de los evangélicos peruanos.

Se preguntó si con el pastor Humberto Lay -quien fundó un partido político evangélico- se consolidó un elemento de conexión entre los evangélicos con el fujimorismo. Sin embargo, se desmintió esa versión, ya que si bien se trata de un político de derecha no es fujimorista. Dado que muchos evangélicos se involucraron en la campaña de 1990 con Alberto Fujimori, se hace una relación mecánica entre fujimorismo y evangélicos, pero desde esos años hubo políticos evangélicos en el APRA y la izquierda, además que los evangélicos carecían del poder numérico y político para hacer ganar a un candidato.

En esta conversación se apeló a las inconsistencias de los evangélicos fujimoristas que a su vez son provida, pues fue Fujimori quien dio la orden para disminuir el crecimiento poblacional de los más pobres esterilizando a mujeres y haciendo vasectomías entre los quechuahablantes en peores condiciones de marginación económica. También se señaló que desde los púlpitos ciertos pastores condicionan la condición de cristianos a quienes votan por candidatos provida, lo cual es considerado un acto de manipulación. Por tanto, se observa que para los evangélicos que adoptan una política provida no importan los actos contradictorios de los candidatos provida, sino sólo su narrativa.

Del otro lado, los comentaristas señalaron que no observan a Pedro Castillo por su calidad moral, sino por sus planteamientos, aunque reconocen que el elemento religioso puede tener mucho peso en el electorado peruano. Darío López matizó que es necesario obviar la relación de la familia de Castillo con la Iglesia del Nazareno, ya que no debe ser la religión de un candidato/a lo que debe motivar el voto de un evangélico, sino una conciencia ética y social.

Un elemento que es interesante analizar es ver qué evangélicos han estado cerca de Keiko Fujimori y quiénes son los que están más cerca de Pedro Castillo. Desde una perspectiva teológica, a Fujimori la rodean quienes promueven la teología de la prosperidad, mientras que la Iglesia del Nazareno no es pentecostal, ni su teología es de la prosperidad, sino que procede de los movimientos de santidad de origen wesleyano.

Para la doctrina nazarena-wesleyana el proceso de santificación es personal, pero tiene implicaciones en la vida social, pues el ejemplo y doctrina de Juan Wesley cuyo “templo es el mundo”, apela al trabajo en favor de los más desfavorecidos de la sociedad. Si bien su trabajo ha sido más asistencialista que orientado a una transformación de las estructuras sociales, su Ministerio de Compasión bien organizado en el norte del Perú, ha respondido oportunamente ante desastres como inundaciones, asistencia a venezolanos y despensas para los más necesitados dentro y fuera de sus templos.

A diferencia del calvinismo estudiado por Weber en el que la prosperidad económica podría ser una evidencia de la salvación, entre otras más, para los wesleyanos las buenas obras forman parte del perfeccionamiento cristiano, a la par de la oración y la evangelización. De acuerdo con una tesis realizada por Zambrano (2019) en Cajamarca, lugar de origen de Castillo y bastión de los nazarenos, al norte del Perú, el 94.5% de los nazarenos e Iglesia de los Peregrinos “realizan actividades fuera de la iglesia, para apoyar a los más necesitados” (pág. 83), siendo lo más frecuente donaciones y visita de enfermos y presos. Estas acciones corresponden a una retribución por la “misericordia” recibida por Dios y su iglesia, pues el 66.5% de ellos han recibido apoyo de parte de la iglesia en situaciones difíciles como enfermedad, desempleo, problemas emocionales y familiares. Estas iglesias, además, están conformadas en dos terceras partes por mujeres, lo que se corresponde con la obra social que ha mencionado Darío López, pues son ellas las más dispuestas a este tipo de actividades.

La herencia wesleyana para pentecostales y nazarenos, concluye Darío López es “pienso y dejo pensar, pero primero pienso”, por lo que la tendencia a la responsabilidad personal y no el voto corporativo de los nazarenos es lo más importante en iglesias pentecostales de origen wesleyano y nazarenas.

Fuentes: 

Pública, “Los evangélicos y el fujirmorismo”, 22 de abril de 2021: https://fb.watch/575JW2I21R/

Zambrano, Deisy (2019). Acción social de las iglesias evangélicas de los Peregrinos del Perú y del Nazareno en la ciudad de Cajamarca. Tesis de licenciatura en Sociología. Universidad Nacional de Cajamarca.

                                                 

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