Francisco Parada Walsh.
A una adolescente en un país pobre es algo que creí que nunca vería y menos atendería, no pensé escribir una segunda parte sobre este fatídico acontecimiento pero es mi deber señalar una cruda realidad que vive el pobre de pobres en Guanaco´s Land.
¿Cómo inicia esta cadena de sucesos?: Es miércoles 2 de mayo, por la tarde llega un vehículo con una adolescente mordida por una serpiente llamada timbo, serpiente exclusiva de la zona montañosa y exclusiva para el pobre y muy común de la zona alta de Chalatenango. Viajaré hasta el día en que la paciente es dada de alta del hospital Rosales sin ninguna complicación.
¿Cómo hizo la paciente y su madre para regresar a su casa de la montaña?: Pidiendo dinero.
¿Estoy aburrido y hastiado de ver esas grandes limitantes y carencias económicas del paciente en el ejercicio de mi profesión?: No, no estoy aburrido, al contrario, vivir en carne propia hace mimetizarme como se mimetiza la serpiente con la hojarasca con el dolor ajeno, esa pobreza que estremece y que cada vez es más ofensiva.
¿Cómo puede ser que una adolescente no tenga cinco dólares para comprar un par de botas de hule?: Pues no los tiene, a la madre de la paciente le lleva tres días reunir ese dinero vendiendo ajeno de casa en casa.
¿Cómo puede ser que no haya transporte en la Policía Nacional Civil ni en la unidad de salud?: No hay, los carros andan en diferentes misiones, eso es parte de nuestra jerarquía de valores; se vive de la improvisación, de hacer las cosas a salir del paso pero se hicieron, ¡Que siga la fiesta!.
¿Cómo puede ser que haya suero anti ofídico en el mejor hospital de El Salvador?: Ni idea, algo surrealista. ¿Cuál es mi sueño?: Que haya suero anti ofídico en cada cantón, en cada caserío y mientras el paciente es remitido al hospital ya se le haya suministrado tan importante antídoto.
Desde que volví a ejercer la medicina en un lugar tan lejano donde en segundos una persona vive o muere aprendí que lo que aprendí cuando era estudiante se sabe o no se sabe y entra la práctica de una medicina rural de choque, de decisiones y de honestidad para conmigo mismo.
¿Por qué decidí inyectar dos frascos de uno de los esteroides más potentes del mundo a la paciente adolescente?:
Por lógica, por deducción y por la mayor compasión que puede tener mi persona con otra; no es el precio del medicamento usado lo que importa, NO SON MIS HONORARIOS, es la vida de una adolescente que vale e importa como importa la vida de la hija de la reina Leticia de España. Así es la vida, nadie está por encima ni abajo pero cuesta entenderlo y cuando a la niñez y adolescencia se refiere no hay argumento válido para no dar todo lo que tenemos. Ya con la pobreza y violencia que vivimos es suficiente huella neuronal para que un joven lleve su vida cuesta arriba por lo que es deber del adulto aupar, arropar a nuestros jóvenes como arropa la gallina a sus polluelos.
¿Por qué decido usar esos medicamentos?:
Debido que dar veneno a perros y gatos es una es una práctica común y enfermiza que sucede en la montaña he sido testigo de ver sufrir y morir a amigos perrunos pero cuando mi perra callejera “Ministra” fue engañada por un psicópata al ofrecerle un manjar rebosante de veneno al verla sufrir le di las gracias por su infinito cariño hacia mí, la contemplaba en sus últimos momentos cuando vi el severo broncoespasmo que tenía y la espuma que salía de su hocico entendí que sufría el mismo espasmo que sufro cuando el asma bronquial aparece y decidí probar ese potente medicamento con mi amiga perruna; a los veinte minutos estaba sentada, a la media hora se paró a tomar agua y ahora vive feliz en un albergue perruno, está gorda, peluda, dientuda, rabuda y siempre la colmo de buen forraje por eso cuando vi a la adolescente con su pie izquierdo morado e inflamado pensé: “Si el esteroide que he usado ha podido contrarrestar un veneno creado por el ser más perverso y malo que es el hombre, ¿Cómo no va a dar buen resultado en una mordedura de serpiente?”; pensé que por más venenosa y mal intencionada que sea una serpiente siempre hay unos minutos o horas para que el veneno cause la muerte, entendí que no puede haber culebra que sea más mala que el hombre y recordé cuando un joven amigo ingirió VYDATE no duró ni 15 minutos cuando sufrió una falla multisistémica y falleció.
Mis sencillas y quizá ligeras conclusiones ayudaron a que la joven no muriera, creo que hice lo que se debe hacer.
Hoy soy inmensamente feliz cuando veo a la joven venir acompañando a su madre a venderme tamales “ticucos” y tamales de pollo con pollo. Recién hablé a la División Nacional de Medicamentos gracias a la cooperación del QUIJOTE JORGE MARCHESSINI quien me envió el contacto y en julio seré el primero en comprar el suero anti ofídico para que no falte.