Por: Miguel A. Saavedra.
Durante la campaña electoral de 1930, el Ingeniero Arturo Araujo, propuso cambiar el país, bajo la bandera del laborismo británico (socialdemocracia) y la reforma agraria, marcando claro distanciamiento, con los gobiernos anteriores: sus partidarios, en masa, con euforia cargada de fanatismo gritaban VIVA ARUUJOO…., Un año después, El Salvador fue un caos: inflación, inseguridad jurídica, no se pagó a los empleados públicos, todo agravado por el “crack económico de 1929”. Así recuerdan ancianos de más de 100 años. La crisis generada por Araujo, se estabilizó hasta después de los sangrientos hechos de 1932. Todo debido a la incomprensión de las Leyes de la economía y, de la función social del Estado.
Noventa años después la historia se repite: Bukele, hijo de un poderoso empresario, que manejaba los hilos de las diferentes fuerzas políticas, como lo hiciera, el padre de Araujo (Ministro de Hacienda del General Tomás Regalado, el más influyente de su gabinete). Araujo y Bukele, ganaron la Presidencia, ofreciendo reformar el Estado, rompiendo con el pasado: pero al ir en contra de las Leyes de la economía, olvidaronse de los principios de la “prudencia política” (aplicación de principios ideológicos, sin romper la estructura del Estado), sólo puede haber caos: anarquía y pobreza, generando violencia social que deberá reprimirse, para supervivencia del Estado.
Para lograr los apoyos de un grupo de familiares y allegados, Bukele ha tenido que permitir la corrupción a niveles mucho mayores que los hubo, durante el siglo XX en nuestro país, pues los señalamientos internacionales sobre ello, implican el uso de monedas extranjeras y bienes, que circulan en el ámbito internacional, causando la preocupación de la OEA, Estados Unidos y la UE, en continuos señalamientos, que no son por las acciones políticas nacionales, sino por las derivadas de la delincuencia, que tiene relación con la emigración: amenazando la seguridad interna de Estados Unidos y de otros Estados.
El cambio climático y, la falta de oportunidades laborales, por el descenso de la economía (ambiente económico adverso) disminuido por la sangría que causan las extorsiones, obligan a la emigración, pues las condiciones de vida en el país, se vuelven estériles y amenazantes: si consideramos, que de no pagar la extorsión, se nos asesina, dando ejemplo de forma de “Derecho punitivo primitivo” ejercido por el crimen, que facilita el tráfico de droga y, crea la plataforma para el terrorismo internacional.
Cada crisis pierde importancia, frente a una nueva; hoy por el efecto del Bitcoin (extrema corrupción), se olvida la corrupción anterior del presente Gobierno que, según estudio del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), hará recaer el riesgo sobre el usuario, existiendo la posibilidad de que el sistema monetario, sea drenado de los dólares físicos, por el virtual y especulativo. A este riesgo, hay que agregar el costo de un 2% a 10% su conversión a dólar físico, creando un factor más, de inflación. El cambio en la Sala de lo Constitucional y del Fiscal General de la República, impide efectivamente, recurrir a dichas instancias, para alegar las inconstitucionalidades que se están cometiendo, pues los tres poderes del Estado, obedecen a un mismo criterio.
Se rumora en los pasillos de la Asamblea Legislativa y, en las redes sociales, que se puede desarrollar una continuidad de la Reforma Agraria, lo que crearía, una crisis mayor que la que se cierne sobre el sistema económico nacional. Existen ahora unas 600,000 mz de tierra ociosa, que no se trabajan, debido a los malos precios internacionales de nuestros productos, rematado esto, por las compras de granos, realizados por el Gobierno.
Todo indica crisis: la salvación de la nación, exige estabilidad ¿Cuándo la tendremos?