El cuerpo humano posee un segundo cerebro, ubicado al final del tracto digestivo y compuesto por un sistema neuronal que regula de manera autónoma las contracciones musculares necesarias para expulsar las heces. Así lo sugiere un estudio realizado por científicos australianos, publicado en la revista The Journal of Neuroscience.
Los expertos analizaron cómo los movimientos de los intestinos dependen de una intrincada red de millones de neuronas que pertenecen al sistema nervioso entérico. Para ello, registraron los impulsos eléctricos en el músculo liso de ratones de laboratorio con la ayuda de imágenes neuronales de alta resolución y electrodos. Así, los científicos observaron cómo estas células cerebrales disparan su señal de manera rítmica y sincronizada para regular el trabajo del colon.