Retomando la frase de nuestro recordado y querido Arzobispo, que nos advirtió a todos los salvadoreños, de no transitar por aquel camino que muchos enarbolando el poder de los fusiles decidimos caminar, como única vía (según nosotros), para lograr las grandes transformaciones que El Salvador necesitaba, para salir de la pobreza, marginalidad y violencia, es curioso que la frase pronunciada por nuestro Arzobispo mártir, la saquemos de nuestros recuerdos para recordársela a los que nuevamente quieren convertir a nuestro país en un campo de batalla en donde no se combatan las ideas, se impongan a la fuerza sus posiciones y decisiones.
Por: Igor Iván Villalta*
La población salvadoreña observa como los canales de información y expresión están sujetos a ataque, las instituciones controladoras de la gestión pública del estado se han desarticulado, la independencia de poderes no existe. Muchos aplauden las medidas como si fueran estos avances en el desarrollo de la población, sin darse cuenta de que estamos perdiendo los derechos ciudadanos.
La frase que sirve como título de este artículo, se da en un contexto de desesperación en donde el derecho que se estaba perdiendo era el derecho a la vida, ya los ciudadanos no teníamos más derecho que ese, que en esos momentos se estaba conculcando a muchos de nuestros compatriotas. En ese sentido los que vivimos esos acontecimientos tan duros y dolorosos, nos vemos en la obligación de trasladársela a las nuevas generaciones, que muchos sin darse cuenta, comienzan a trajinar por ese camino ya tan conocido.
Los gobiernos autoritarios y dictatoriales inician con pequeñas acciones sin que la población recienta o repare que se están tomando medidas que afectan directamente su vida, entonces el autócrata se ve reforzado cada vez que emprende una medida para avanzar en su proyecto dictatorial, lo cual lo lleva a tomar otras y otras medidas y la gente avala y aplaude, proyecta la imagen de líder fuerte y poderoso, que cada vez necesita caminar un poco más para lograr sus metas.
En esa lógica desprecia a las minorías que no están de acuerdo con sus medidas, porque al fin y al cabo ¿porque debo escucharlas? Si sólo se trata de un 3%. Tomando en cuenta la historia reciente, en una conversación con un compañero de lucha me comentaba que en una ocasión le preguntaron a Anastasio Somoza que, ¿si era cierto que existían guerrillas en Nicaragua?, le respondió a son de mofa: “sí, hay como diez y siete en la Segovia, allí los tenemos para que se entrene a la Guardia Nacional”.
En la novela Roquiana del Doctor Miguel Hernández, cuenta una anécdota que, por supuesto a él se la contaron, debido a que era imposible que se encontrara en ese evento. Se trata de los embriones de la guerrilla salvadoreña. Al finalizar la reunión clandestina muchos de los revolucionarios históricos de nuestro país, hacían alarde que en poco tiempo se lograría la derrota del régimen militar, Roque Dalton llama a la reflexión: “no hombre, si nos reunimos todos nosotros no alcanzamos siguiera a llenar un bus”. Y ya de todos es conocido en lo que finalizaron ambos eventos
El buen político posee características como la no exclusión, sabe escuchar, no impone sus criterios únicamente porque cuenta con la mayoría. En política, como en la vida misma, nada es absoluto, todo es relativo. Puedo obtener la victoria, pero no he obtenido toda la victoria, los que perdieron fueron derrotados, pero no han sido derrotados totalmente.
El pretender borrar a sus opositores políticos conduce al fortalecimiento de estos, el brindar circo a sus seguidores maltratando a los derrotados, humillarlos públicamente, mofarse de ellos, sólo conduce a que las fuerzas de oposición crezcan, se reorganicen mejor, que se unan, que se fortalezcan, eso es habilidad política. La guerra nos enseñó a no ver a las personas simplemente como enemigos, porque esa concepción mental automáticamente te lleva al aniquilamiento del contrario, estos actos generan violencia, y “la violencia engendra violencia”. Aprendimos a que no se trataba de “enemigos” logramos verlos como adversarios.
Llegamos a la convicción que todos queríamos seguir viviendo en nuestro país, que deseábamos establecer una familia en este pequeño pedazo de tierra, y ver prosperar a nuestros hijos creciendo en nuestra cultura, para lograr ese objetivo de paz nuestros esquemas mentales como el odio, la exclusión, la intolerancia deberían de dar paso a otros valores como la comprensión, la inclusión, la tolerancia, no existía otra manera de lograr la paz.
Lamentablemente ese bien de la humanidad tan básico e importante para la convivencia de la especie humana, en muchos de los casos sólo la valoramos cuando la hemos perdido, no lleguemos a perder ese bien tan preciado, debido a que es fácil perderlo, retomarlo es el camino difícil, y resulta que los arquitectos de la destrucción de la paz por su retórica violenta, son los primeros en salir corriendo, cuando ven que ya no es posible hacer negocio, que no van a obtener ganancias, porque en un esquema de guerra social, todo mundo pierde.
Y si hablamos de valores, me llamó mucho la atención las declaraciones del expresidente Saca, al culpar a todos sus colaboradores, excluyendo a los que ahora pertenecen al partido de las Nuevas Ideas, de haber defraudado el erario. Y no cuando los llamó a formar gobierno su slogan era: “Hagamos equipo” y unos años después los inculpa de un crimen que sólo existe en la mente del presidente y su cuerpo de abogados, que ahora desea meter a la cárcel a todo aquel que no repita su discurso, no se preocupe presidente los que hemos luchado por la paz y democracia en nuestro país, estamos dispuestos a eso y mucho más.
Considero que los seguidores y funcionarios del señor Bukele deben poner sus “barbas en remojo”, y deben analizar si van a tener todo el apoyo de su líder; si la cosa se va poniendo peluda. ¿Si el valor de la lealtad es un valor fuerte para el presidente? si éste no traicionó a los que le brindaron todos los espacios para que el prosperara en política. De acuerdo con el Licenciado Paul Monroy, en entrevista televisiva en TVX, cuestionaba: ¿por qué el FMLN no recriminaba al presidente Bukele? si las empresas de la familia del presidente iban en franca decadencia, y me consta que estaban quebrando, cuando se meten a la política y reciben jugosos contratos de sus “socios” del FMLN.
Los dictadores, así como poco a poco van implementando sus medidas dictatoriales, es menester cometer delitos, luego no pueden dejar el poder porque han generado tanto odio, descontento y resentimiento que se ven obligados a seguir detentando el poder, diez, veinte, cuarenta años y si se puede muchos más. Si existen problemas constitucionales que no se adapten a las pretensiones dictatoriales, pues se debe cambiar la constitución “sui generis” a la medida del dictador.
Nuevamente los estudiantes universitarios salieron a la calle en la conmemoración de la masacre de estudiantes el 30 de julio de 1975, ya saldrán los seguidores del presidente proponiendo la tesis que todo esto es una farsa, así como se pretende hacer con la masacre del Mozote. Y cosa curiosa, los estudiantes que apenas tres años antes lo habían recibido con toda algarabía, ahora protestaban el hecho de porque no otorgan 20,000 becas para que otros jóvenes puedan estudiar una carrera universitaria, en lugar de hacer crecer a las fuerzas armadas. Por tradición, en el lugar en donde las tanquetas aplastaron a los estudiantes, en donde fueron recibidos a balazo limpio, se quema la figura de un gorila vestido de verde olivo, lo que sucedió en esta oportunidad es que el gorila cambio de color, se transformó en color cian y en su cuerpo exhibía la N de Nuevas Ideas.
Es importante observar este hecho debido que tradicionalmente las expresiones de los estudiantes en estas marchas son reflejo de cómo se siente la población en general, y esto va en consonancia de una encuesta que circula en redes sociales en donde se expresa el descontento por la gestión de las municipalidades en un 62%, debido a que el gobierno aniquiló el Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los municipios de El Salvador (FODES), con este mecanismo se descentralizaban los fondos públicos, y se es más equitativo en la distribución de los mismos.
En resumen, el gobierno de Bukele se está topando con la cruda realidad, algo que no pueden cambiar sus troles, que no pueden tapar sus influencer. La realidad que no tiene negociación, ya que estas no te están cuestionando si estás de acuerdo o no, la realidad se impone a los seres humanos sin pedir permiso, las diferencias tendrán que estar en nuestras respuestas y actitudes de reacción ante las mismas.
En consonancia con el anterior párrafo, analicemos nuestro entorno sin preceptos o prejuicios, sin fanatismos, y tratemos de pensar hacia donde nos conducimos, serán caminos de grandeza y desarrollo; o transitaremos por el tortuoso camino de la violencia y la muerte. Las noticias no son buenas para el país, de acuerdo con las calificadoras de riesgo país hemos caído en calificación “C” en consonancia con esto, los bonos país son considerados bonos basura, lo que implica que nuevos préstamos internacionales podrán ser adquiridos con altos intereses, o recurrir a los famosos fondos buitre. El presidente pierde cada día más espacios políticos al interior del país, ya no se diga en el exterior, y sus tiempos políticos están terminando.
Recordando aquel día en que los salvadoreños nos vimos como hermanos, nos estrechamos la mano y nos dimos un abrazo franco y sincero, aquellos hechos de ese glorioso día en que frente a la Catedral Metropolitana rendimos tributo al hombre que nos mostró el camino, que predicando en el desierto nos dijo “por allí no” “La fachada de catedral se cubría con una gran manta con la venerada imagen de Monseñor Romero, el pueblo rindiéndole un merecido tributo al hombre que predicó en el desierto, al hombre que elevó su palabra para decirnos ¡por allí no, por allí no! Y vaticinando su propio martirio, nos enseñó la parábola del beduino, que decía estas mismas palabras a sus hermanos, un fariseo molesto por la insistencia de este hombre saco una daga y se la clavó en el pecho, más este seguía gritando ¡Por allí no, por allí no!”
*Docente Investigador (tomados de mi libro Varilla Negra).