A un paso de la reforma previsional

El plan Cuscatlán refería en el tema en particular cierta jerarquización, y por decirlo de alguna manera bien arriba los trabajadores(as), bastante abajo el Estado, y muy pero muy por debajo las AFP, cuál es el significado de esta promesa de campaña de Nayib Bukele, que claramente ponía en relieve a la clase trabajadora “dueña de los fondos de pensión” en primer lugar—en consecuencia estaríamos hablando dentro de un análisis técnico de la variable beneficios, es claro que si el sistema previsional es insostenible y no presenta una rentabilidad suficiente en su administración financiera de los fondos, no es posible una suficiencia de beneficios—

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Es el caso que mucha de la lucha laboral se centra en que los montos de pensión son risibles, lo que ocasiona que nadie quiera pasar a ser clase pasiva, pues no se vive con el monto actual, sobre todo cuando la variabilidad salarial es muy baja y es un promedio salarial arriba de los 400 usd, lo que no ocasiona la suficiente rentabilidad y por consecuencia no provoca una acumulación que lograría una tasa de reemplazo mayor al 60 % e inclusive ni del 45% como lo establece la OIT. Y el punto es que muchos que se pensionaron con el anterior sistema de reparto del INPEP alcanzaban con 40 años de servicio el 100% de tasa de reemplazo—prácticamente se jubilaban con el salario—

En 2° lugar el Estado, la deuda previsional es colosal, y esto tiene a la base los altos costos de la transición, los cuales no fueron absorbidos por el nuevo sistema de capitalización individual, sino quedaron a cargo del Estado, es decir de la población en general que paga renta e IVA en su desarrollo existencial en sociedad. Luego que los fondos del sistema anterior se agotaron se recurrió a deuda previsional bajo lo que se denominó bonos y luego el fideicomiso de obligaciones previsionales, lo cual fue “el robo del siglo”, en tanto el sistema de cuentas individuales necesitaba iniciar y por esa razón absorbió a toda la población cotizante menor de 35 años—lo que implicaba un buen período de cotización acumulada, antes de proceder al otorgamiento de pensiones.

Y luego las AFP, que se quedaron con la administración del sistema, sin preocuparse si el sistema funcionaba, o si era necesario una mayor rentabilidad para mejorar los beneficios. Es claro que la AFP, solo integra el porcentaje de la cuota previsional, la que en sus inicios era considerablemente alta, y a base de lucha social y presión se fue bajando hasta hoy estar en 1.9% del total de cuota previsional (15%) que ha ido aumentando, siendo una de las más altas entre quienes reformaron los sistemas de reparto a cuentas individuales.

La propuesta de reforma previsional, aun no tenemos claro a donde está apuntando, lo que hemos oído es que la Presidencia con la propuesta está estableciendo una prioridad, dejar el negocio a las AFP, pero reducido en su ganancia, creándose una competencia bajo el sistema de reparto, lo que conlleva la eliminación de la irreversibilidad, es decir que la movilidad de cotizantes ya no sólo sea entre AFP (CRECER-CONFIA), sino pueda trasladarse a una institución pública renovada, en quizás una fusión INPEP-ISSS en la parte previsional. En esto hasta la actualidad no hay competencia y el duopolio es predominante para que no la haya.

Bukele, en sus lineamientos no tocará directamente el duopolio, pero propondrá ser parte del negocio, y las opciones pudieran ser o retirase plenamente, lo que deja al Estado la plena administración del negocio, o se quedan con parte del sistema y coexisten pacíficamente. Esto para entender un poco lo de la categorización en el referido plan Cuscatlán.

La reforma previsional avanza y entre bitcoin, ley del agua, se acerca lo del presupuesto de la nación, lo que carga el mes de septiembre—la mesa está servida con varias cuestiones difícil de masticar, tragar y hacer una buena digestión, métanle lo de la reforma constitucional para acabar de ser un ahogo cuasi perfecto. Y claro otras tantas vainas que siguen presionando, y en esto la pandemia que está campante y sonante en todo el ámbito nacional.

No obstante, el sistema de educación, de vivienda, el sistema económico de salud, van por inercia acompañando a ver en qué momento se retoman con claridad, tal parece que luego del reparto de las computadoras, las nuevas generaciones se continúan preparando “conscientemente” hasta alcanzar la ofensiva final. ¿Será tanto así?

*Sindicalista salvadoreño

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