¿Sorpresa alemana?

Se realizaron los comicios parlamentarios en Alemania que marcan la salida definitiva de la esfera política de la canciller federal, Angela Merkel, y que podrían ser también el final de 16 años consecutivos de un gobierno de corte conservador en la llamada locomotora europea.

Por: Guillermo Alvarado

Para algunos, no muchos, fue una sorpresa la victoria del Partido Socialdemócrata Alemán, SPD por sus siglas en ese idioma, que logró 25,7 por ciento de los sufragios y que le aportarán 206 escaños, de los 735 que forman el Parlamento Federal, o Bundestag.

La coalición que lidera el ejecutivo actual, Unión Demócrata Cristiana y Unión Social Cristiana, CDU-CSU, tuvo uno de sus peores resultados de los últimos años y perdió cinco puntos respecto a 2017, al lograr 24,1 por ciento de votos y 196 diputados, algo no esperado.

Unos y otros, sin embargo, quedaron lejos de la mayoría de 368 bancas, por lo que en un sentido estricto nada está ganado o perdido por el momento.

Ambos contendientes, el social demócrata Olaf Scholz y el demócrata cristiano y delfín de Merkel, Armin Laschet, anunciaron que iniciarán negociaciones con los verdes, que tienen 118 puestos, y el partido Liberal, con 92, y tratarán cada uno por su lado de armar un nuevo gobierno.

Esto será un proceso largo, que puede demorar semanas, incluso meses, durante los cuales seguirá gobernando la actual canciller federal.

Si bien algunos opinan que podría haber inestabilidad política en Alemania, cosa poco común, yo soy de los que piensan que Merkel (en la foto) seguirá ejerciendo el poder como hasta ahora, con mano firme, y no va a permitir que las cosas se salgan del cauce al final de su mandato.

Avala esta idea el hecho de que ninguno de los dos grandes partidos políticos de Alemania cuestiona el modelo de país que existe hoy día, eso está fuera de cualquier duda. Las diferencias son de estilo, de matiz o de algunos temas puntuales que para nada ponen en peligro al sistema.
La extrema derecha, representada por Alternativa para Alemania, bajó ligeramente su votación y quedó con 83 escaños, que no ponen en riesgo la mayoría, sea de quien sea.

Una buena noticia es que el Partido de Izquierda, Die Linke, salvó su representación en el Parlamento Federal, donde estará con 39 miembros.

En cuanto al legado de Angela Merkel hará falta un trabajo aparte, quizás cuando entregue el cargo.

De momento hay que decir que su nombre no bastó para impulsar a su candidato Laschet, desgastada, quizás, por 16 años de poder y sucesivas crisis financiera, migratoria, económica y de salud pública por la pandemia.

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