Si Estados Unidos puede: ¿Por qué no El Salvador?

René Mauricio Mejía.


El finalizar la guerra civil de China, en octubre de 1949, el territorio continental quedó bajo la jurisdicción de las fuerzas comunistas de Mao Tse-Tung, fundando la República Popular de China mientras que en la isla Formosa, hoy conocida como Taiwán se instalaron las fuerzas de Chiang Kai-shek, las que lograron mantenerse por el apoyo militar ejercido por los Estados Unidos.

El desarrollo acelerado del Estado fundado por Mao, le agenció el también acelerado reconocimiento internacional de la ONU cuyos Estados miembros, por mayoría de votos de dos tercios. aprobaron el 25 de octubre de 1971, una resolución que reconocía a la República Popular de China como «el único representante legítimo de China ante las Naciones Unidas». Posteriormente, en enero de 1979, Los Estados Unidos trasladan su sede diplomática a Pekín, reconoce el comunicado de Shanghái, sustentado por la República Popular de China, acerca de la existencia de un sólo gran país llamado «China», del cual Taiwán forma parte y el uno de marzo de 1979, se establecieron formalmente en Pekín y Washington, las embajadas de los Estados Unidos y la República Popular de China, relaciones que se mantienen vigentes.

Nos preguntamos por qué el congresista Marco Rubio y los funcionarios de ARENA, no le reclaman al Presidente Trump, el hecho de mantener relaciones diplomáticas con China Popular, por qué no le reclaman a Canadá y a México, Estados fronterizos, con los Estados Unidos, su decisión de mantener relaciones diplomáticas con China popular.

Las amenazas o presiones que funcionarios ultraconservadores de los Estados Unidos y de El Salvador, como el presidente legislativo Dr. Norman Quijano, realizan en contra de la decisión soberana del Estado de El Salvador de iniciar relaciones diplomáticas con la República Popular de China, carecen de solvencia y atentan contra el principio y derecho de autodeterminación de los pueblos.

Consideramos que la decisión soberana del Presidente Constitucional profesor Salvador Sánchez Cerén, está a tono con el desarrollo de los tiempos, en tanto desde que la República Popular de China fue reconocida oficialmente por el concierto mundial, ha demostrado capacidad de cooperación, no participa en aventuras militares y se perfila como la primera potencia económica del mundo, con un potencial comercial del cual ya se benefician empresas salvadoreñas, que libre de ataduras puede crecer de forma exponencial para beneficio de todos los salvadoreños.

El pueblo salvadoreño debe tener confianza en la gestión del Presidente Sánchez Cerén y su partido de gobierno el FMLN, quienes al establecer relaciones con la República Popular de China, abren grandes oportunidades y tener presente que si los Estados Unidos se beneficia de las relaciones con China Popular, también lo puede hacer El Salvador.

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