Varias asociaciones de víctimas de abusos sexuales por parte de miembros del clero en Italia exigieron al gobierno una investigación independiente sobre los abusos contra menores de edad cometidos por sacerdotes.
Por: Camila Mic
En una rueda de prensa, las asociaciones de víctimas de los abusos por parte del clero y algunos movimientos católicos anunciaron la creación de un consorcio para exigir «una investigación independiente liderada por una persona de gran capacidad» para la «que se abran todos los archivos de diócesis y conventos y monasterios». En total son nueve organizaciones que se unieron para pedir una comisión que investigue los casos (Página 12, 16/2). Asimismo, se anunció que el semanario italiano «Left» publicará este viernes la primera base de datos con los nombres de sacerdotes condenados o investigados por abusos a menores y que se irá actualizando.
Para la base de datos se partirá del archivo de la asociación Rete L’Abuso, fundada en 2010 por Francesco Zanardi, víctima cuando era niño de un sacerdote de Savona y quien hizo el primer mapa de delitos de pederastia en las diócesis italianas, del que «surge que al menos 360 sacerdotes han sido denunciados en los últimos 15 años», explicó el activista durante la rueda de prensa online.
«El gobierno debe actuar, debe aprovechar el impulso creado por las investigaciones imparciales en otros países», comentó a la agencia de noticias AFP Francesco Zanardi en referencia a lo ocurrido en Alemania y España. Y advirtió que «si Italia no lo hace ahora, me temo que nunca lo hará». «Hay un silencio total en los medios italianos y del gobierno en Roma», lamentó Zanardi.
A los curas abusadores, el Papa y el Estado no los une amistades personales, sino vínculos políticos de disciplinamiento social, que la iglesia cumple sobre todo en tiempos de ajuste y hambre. Por eso se les garantiza impunidad cuando abusan de niñes y adolescentes.
Está planteada la necesidad de profundizar un camino de organización contra la impunidad eclesiástica y estatal, de lucha contra el Estado, que ni siquiera cumple las leyes vigentes, como se ve en la subejecución del presupuesto para educación sexual mientras proliferan los convenios y subsidios estatales para el clero. Vamos por la separación de la iglesia y el Estado, para terminar con el status jurídico privilegiado de esta institución oscurantista y encubridora.
Vamos por la real separación de las Iglesias y el Estado.
Tomada de https://prensaobrera.com