Al cabo del segundo día de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y el ucraniano, Volodímir Zelenski, expresaron públicamente su deseo de negociar.
Al respecto, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que, de acuerdo con «las instrucciones del presidente (Putin), se conformó una delegación de los ministerios de Defensa y de Asuntos Exteriores, y de la Administración Presidencial. Esta información fue comunicada a los ucranianos», citó Russia Today.
Zelenski había declarado su disposición a discutir el estatus neutral de Ucrania, ante lo cual Putin dispuso lo dicho por Peskov. Pero Zelenski dijo que estaban reconsiderando la sede y que quería Varsovia, tras lo cual abandonaron la comunicación, reflejó Russia Today.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, reiteró que la operación que Moscú está llevando a cabo desde el jueves último fue provocada por las propias autoridades ucranianas. Los objetivos son claros: la desmilitarización y la desnazificación del territorio ucraniano, dijo.
A la par, el Consejo de Europa suspendió la membresía de Rusia, propuesta por Polonia y Ucrania, que obtuvo el consenso de 42 de los 47 miembros del comité, y la secretaria de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, advirtió que Londres seguirá tomando medidas hasta que la economía rusa se vea deteriorada. Varias entidades deportivas, incluido el Comité Olímpico Internacional, han vetado la participación de atletas rusos en eventos.
La OTAN, aunque ha insistido en que no enviaría efectivos a Ucrania, anunció un despliegue de sus tropas en la parte oriental del bloque, y el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, confirmó nuevas sanciones –el segundo paquete en menos de 48 horas– para Putin y Lavrov.
La personalización de las medidas ha sido secundada por el Gobierno de Canadá, en tanto Estados Unidos, además de al estadista y al Canciller, sumó en sus sanciones al ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, general de Ejército Valery Gerasimov.
En su argumentación, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet L. Yellen, apeló a las palabras del presidente Biden, quien dijo que «Putin rechazó todos los esfuerzos que de buena fe hicieron Estados Unidos y nuestros aliados y socios para abordar nuestras preocupaciones mutuas de seguridad a través del diálogo, a fin de evitar conflictos innecesarios y el sufrimiento humano».
La invitación al diálogo ha sido, en realidad, una voluntad constante del Gobierno de la Federación de Rusia, no solo por razones de seguridad e intereses geopolíticos ante la expansión de la OTAN, que, durante años, ha pretendido cercar a la potencia euroasiática, sino, además, por detener los ataques permanentes sobre la población de la región del Donbás, mayoritariamente de origen ruso.
Estados Unidos solo ha sido el gran instigador de un conflicto que, llevado a las actuales consecuencias, le permite a Occidente presentar a Rusia como invasor injustificado.
También en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, este viernes se presentó un proyecto de resolución propuesto por países occidentales que condenan el operativo militar, pero Rusia, en su condición de miembro permanente, lo vetó.
A última hora del viernes, Hungría se ofrecía para acoger las conversaciones entre negociadores de Rusia y Ucrania, informó el ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Péter Szijjártó. «Ninguna de las dos partes rechazó (la propuesta), ambas se mostraron agradecidas y la están considerando», aseguró, según RT.
En la segunda jornada de operaciones, las tropas rusas llegaron hasta la periferia de Kiev, donde tomaron el control de un aeródromo. También entraron en la ciudad ucraniana de Melitópol sin encontrar resistencia, comunicó el Ministerio de Defensa. «Mientras se desplazaban por la ciudad, los habitantes de Melitópol dieron la bienvenida a los soldados rusos. Algunos ciudadanos mayores salieron a la calle con banderas rojas», agregaron.
RT informó que Vladímir Putin se dirigió a los integrantes de las Fuerzas Armadas de Ucrania y les instó a no permitir que los neonazis usen a «sus hijos, esposas y ancianos como escudos humanos». El Jefe de Estado afirmó que, como se esperaba, los enfrentamientos no son contra tropas regulares, sino con las formaciones nacionalistas armadas por el Gobierno, quienes están desplegando armas pesadas en zonas centrales de grandes ciudades, incluidas Kiev y Járkov, para provocar fuego de respuesta de los militares rusos contra barrios residenciales.
«Actúan de la misma forma que los terroristas en todo el mundo: se escudan en la gente con la esperanza de culpar a Rusia de víctimas entre la población civil», subrayó.
El conflicto mantiene vivas las llamas que Occidente hizo arder, sin embargo, Rusia busca una salida que garantice su seguridad nacional y frene el cerco que hace años la OTAN empuja hacia sus fronteras, a fin de imponer su hegemonía.