A este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el mundo llega con mayores retos sobre la consecución de los derechos humanos de las féminas. La pandemia de la COVID 19 mostró cuánto falta por avanzar en la igualdad de género, un objetivo todavía distante en muchas regiones.
Por: María Josefina Arce.
A lo largo de más de dos años de la emergencia sanitaria mundial por la COVID 19, diversos informes de organismos internacionales han revelado como la dolencia ha incidido con mayor fuerza en este segmento poblacional, víctima, por demás, de estereotipos y normas patriarcales.
El confinamiento, el desempleo y el brutal incremento de la carga de trabajo en el hogar que sufren las mujeres desde el inicio de la pandemia ha provocado un retroceso en muchos de los logros alcanzados.
Un informe de la OIT, Organización Internacional del Trabajo, de febrero último reveló que por ejemplo, solo en América Latina y el Caribe más de cuatro millones de mujeres no han podido recuperar sus empleos, perdidos en estos más de 24 meses.
Se estima que en la región apenas se alcanzará la participación laboral femenina del 2008, situada en 49,1%.
La emergencia sanitaria mundial desencadenó igualmente una ola paralela de violencia contra las mujeres en todo el orbe, con un notable incremento del maltrato en el hogar.
No podemos ignorar que en el planeta, al menos una de cada dos féminas reportaron algún tipo de violencia, ya sea física o psicológica.
ONU Mujeres ha advertido que la violencia contra este sector de la población es una crisis mundial que crece con otras crisis, como la vivida a nivel sanitario, conflictos armados y desastres naturales asociados al cambio climático.
Peor remuneradas que los hombres, sin embargo, millones de ellas han estado y están en la primera línea de enfrentamiento a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus. De acuerdo con organismos internacionales, 70% de quienes trabajan en los sectores sanitarios y sociales son del género femenino.
Al margen de la COVID 19 y sus efectos negativos en todos los ámbitos, al mundo todavía le falta mucho camino por recorrer en el reconocimiento que se merecen las mujeres y en la observancia de sus derechos humanos.
Es una deuda de larga data y la realidad es que las sociedades no pueden avanzar y lograr el desarrollo adecuado, si no incorporan a todos sus ciudadanos y velan por su bienestar, sin importar su sexo. La discriminación por género es una problemática que no debía existir en un mundo que debería garantizar oportunidades para todos por igual.
Tomada de www.radiohc.cu
