Con el paso de los años, el organismo absorbe y procesa las ingestas de una forma diferente. Una nutricionista brinda consejos sobre lo que se debe y lo que no se debe hacer en la primera comida del día.
A partir de los 30 años, el organismo comienza a debilitar algunas de sus funciones vinculadas por ejemplo, a la absorción de nutrientes, fortificación o tonificación. A los 50, imaginen que esto se acentúa más. Por eso, es bueno tener en cuenta algunos consejos para que podamos mantenernos saludables y el desayuno es una comida clave.
Consultamos a la nutricionista peruana Roxana Fernández, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición, quien explicó la importancia del desayuno para el organismo, y cuáles son los componentes que no pueden olvidar las personas mayores de 50 años.
“El desayuno ideal debería estar formado por carbohidratos que contengan una buena cantidad de fibra, en este caso serían cereales. Debería estar compuesto también por una porción de lácteos, básicamente leche o derivados. Frutas, incluir verduras, y una porción de proteínas (…) como carnes”, dijo la entrevistada.
Muchas personas tienen la costumbre de levantarse y salir corriendo a trabajar porque se les hace tarde por ejemplo, y dejan el desayuno para después. O comen algo en el camino, por ejemplo un bollo o un bizcocho y un café negro. Ese termina siendo el desayuno, poco nutrido en comparación con lo que sugiere la nutricionista, y algo que puede tener consecuencias negativas en la salud, según la experta.
En estos casos se apela a las “calorías vacías”, es decir, estos alimentos que solemos consumir cuando estamos con poco tiempo tales como panificados o gaseosas. Fernández también aconseja no abusar de los “nutrientes críticos” como la sal o el azúcar, que pueden generar enfermedades como sobrepeso, diabetes o cáncer.
La licenciada también mencionaba el incluir verduras en el desayuno, un hábito que quizás muchas personas no tienen incorporado. Pero Fernández nos comentó que por ejemplo se puede comer un sándwich que incluya este tipo de alimentos, y una cucharada de aceite de oliva.
“Las preparaciones que se hagan tienen que ser coloridas porque eso hace que se estimule nuestro cerebro y nos abra el apetito y a comer saludable”, dijo la entrevistada.
Para complementar esto, Fernández recordó la importancia de “dormir entre seis y ocho horas al día, hacer ejercicio, consumir agua y tomar sol a cierta hora para que podamos absorber la vitamina d que nos permita asimilar y fortificar el calcio”.