La rueda es considerada uno de los más grandes inventos en la historia de la humanidad. Los antecedentes más concretos señalan que esta invención tuvo sus orígenes entre los años 3,350 y 3,100 a. c., y ahora en el siglo XXI, miles de años después, fue reinventada.
El Centro de investigación Glenn de la Nasa logró elaborar una rueda conformada por un neumático de metal que no se deforma, se desgasta o se pincha. Tampoco tiene cámara o caucho que la altere y que se vea en la necesidad de cambiar cada cierto tiempo por el desgaste.
El objetivo principal de este desarrollo va dirigido a los vehículos que enviará la Nasa a Marte en sus próximas misiones, y aunque su fabricación no es barata, su eficacia puede servir en un futuro para verla en automóviles convencionales.
El cambio en su imagen es notorio, y no tiene nada que ver al modelo tradicional del cual estamos acostumbrados, ya que es completamente hueca. La superficie contiene una fina malla metálica, por lo que puede considerarse la más elástica del mundo.
El titanio es el principal material con el que fue creado este neumático y en realidad no es nuevo. Algunos fabricantes de automóviles lo usan en los modelos de gama más innovadora, ya que es una aleación de níquel y titanio.
Una vez forjada la pieza de metal, conforma una sorprendente elasticidad a nivel molecular que hace que recupere la forma que tenía, aún y cuando se someta a fuertes tensiones y deformaciones.
Además de esto, este sensacional neumático tiene la capacidad de soportar más peso que cualquier llanta convencional gracias a la gran capacidad de absorción ante el impacto. Tiene también una tracción como ninguna otra, ya que no se hunde en terrenos lodosos o arena.
