A dos años de pandemia, la Renovación Carismática mexicana retoma actividades masivas de manera presencial a través del XXXVII Encuentro Nacional de Jóvenes en el Espíritu Santo (ENJES) con dos eslogan “Te llevaré al desierto y te hablaré al corazón” de la cita bíblica Oseas 2, 6 y “Ustedes son la sal de la tierra y la luz del mundo” de Mateo 5, 13.
Por: María Fernanda Ugarte Espinosa y Norma Barranco Torres*
La primera relacionada con los dos encuentros anteriores realizados de manera Online y la pérdida de seguidores a consecuencia del confinamiento por el COVID-19 y la segunda sobre “ir contra corriente” el despertar del estado de indiferencia al que el joven católico se enfrenta en este tiempo de post pandemia.
La sede fue el Santuario de los Mártires Mexicanos en Guadalajara, Jalisco los días 5, 6 y 7 de agosto. Se estima que tuvo la asistencia de 8 mil jóvenes en el recinto y, al mismo tiempo, se llevaron a cabo transmisiones en vivo a través de las páginas oficiales del movimiento con 60 mil reproducciones en promedio durante los tres días. Por los eslogan y lugar de la sede, es indiscutible el interés de la iglesia católica mexicana, hacia los simpatizantes jóvenes del clericalismo, y al que el papa Francisco mencionó en su visita a Río de Janeiro (2013) como la anestesia que aleja a la Iglesia de los problemas de los pueblos.
¿Una vez más la iglesia católica mexicana niega el Hagan Lío propuesto por Francisco hacia los jóvenes? Evidentemente no comparten la idea del papa de no aceptar la exclusión y a organizarse a favor de la dignidad, la justicia y la plenitud humana, llamada la Teología para la Vida; donde los LOS JÓVENES, son exhortados a no rendirse a formarse y organizarse a fin de recuperar la capacidad de vida solidaria, el fin, difundir y educar sobre la base de la teología de la vida. Por lo que no es de extrañar que durante el encuentro se abordara la importancia del papel de los jóvenes en las comunidades de la Renovación bajo la idea de un católico renovado que pertenece a una familia y ha encontrado en la oración la auténtica conversión. Muy alejada de la propuesta de Francisco de la teología centrada en la vida, “en nosotros, en nuestras acciones y en el modo de interrelacionarnos como seres humanos”, y que demanda una propuesta pastoral al lado del pueblo.
En cambio se abrazó una postura teológica relacionada al COVID-19, señalado como una enfermedad más a la que se enfrentan las comunidades, responsable de “la enfermedad de la apatía y del enfriamiento espiritual”, siendo la secuela del confinamiento, la disminución de seguidores al movimiento. Ignorando que los síntomas son resultado del clericalismo y desinterés hacia la feligresía, que expone la preferencia como sostiene el papa por “los de arriba”, que se ocupan de “enmascarar” los problemas, de ocultar los síntomas. Para la iglesia católica mexicana, el problema lo tiene el COVID-19; vaya que es desenfadada su postura que sugiere a los jóvenes continuar con sus redes sociales en la búsqueda de más jóvenes que crean en el evangelio y en edificar la Iglesia a partir del testimonio de vida.
“La iglesia debe despertar de este estado de adormecimiento, tenemos que salir de nuevo a las calles a proclamar que el tiempo de muerte ya ha terminado y que nuestra esperanza está puesta en un Jesús vivo.” Sostuvo uno de los líderes del movimiento. Otros testimonios más sugerían: “El ENJES me ayudó a darme cuenta en las cosas que estaba mal. Jesús no nos quiere tristes. Él quiere que renovemos nuestra fe y seamos jóvenes con propósito para llevar la luz al mundo” Diana (18 años). “Yo me sentía desanimado y el ENJES fue un regalo de Dios. El Espíritu Santo actuó en mí y me quitó la enfermedad de la asedia. Ahora soy libre.” Jorge (20).
«Yo pensé que mi historia se dividía en un antes y un después de la pandemia; con el ENJES me di cuenta de que no es así. Al aceptar a Jesús en mi vida entendí que sólo en Él es quien reina en mi vida.” Alfredo (32). Los testimonios dejan claro el fuerte interés por las cuestiones personales, y no por los cambios de la sociedad, al punto que ignora el apostolado propuesto por Francisco, que los pueblos se organicen para construir alternativas que cambien las actuales condiciones en las cuales se encuentran, en términos de su santidad: “Avanzar hacia una civilización rehumanizada”.
*Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) – México
