A raíz de interpretaciones y dudas sobre el actual proceso de “reforma” a la Constitución de El Salvador, que encamina el gobierno del presidente Nayib Bukele, surge la interrogante si merece un referendo en el país.
Por: Luis Beatón
El referendo, por definición, es el mecanismo de votación y consulta ciudadana, objeto de disciplina constitucional en torno a la aprobación o rechazo referente a la creación, modificación, derogación o abrogación de leyes.
Algo parecido pasa cuando hay profundas modificaciones en un total de 218 propuestas contenidas en un documento que un denominado equipo “ad hoc” propone a la actual Carta Magna de El Salvador, la cual tiene sus cimientos en la de 1950, reformada en 1962 y 1983.
Según una amplia explicación sobre el tema, dada por el vicepresidente Félix Ulloa en entrevista con el diario El Salvador, afín al gobierno, la Modernidad del Estado y empoderamiento del ciudadano forman parte de las reformas. Crea un preámbulo que define qué es el Estado.
El proceso actual, según Ulloa, incluye opiniones de estudiantes, docentes y el equipo “ad hoc” para dar los aportes históricos que se toman en cuenta.
De cada conversatorio, elaboran un documento luego entregado al equipo “ad hoc”, y confeccionan una nueva adenda, la cual será entregada al presidente Nayib Bukele a finales de este año, aseguró el vicemandatario, un abogado con amplia experiencia en estos trajines.
Estos conversatorios probablemente terminarán a finales de octubre, y luego nos quedaremos sistematizando todos los aportes. La respuesta es altamente positiva, con una gran cantidad de conversatorios en San Salvador y en el interior del país, expuso el alto funcionario. “Se abordan temas específicos”, dijo.
DEBATE AL MÁS ALTO NIVEL
“Logramos el objetivo de la discusión, del debate al más alto nivel, el universitario. En San Miguel nos decían que la libertad de cátedra es una de las conquistas más grandes en la libertad de pensamiento; por eso se invita a que haya una total y absoluta libertad en la discusión de los temas. Estamos satisfechos con esta etapa”, explicó. El ejercicio es calificado por el vicemandatario como una “nueva forma de trabajo”. Se abrió una plataforma para permitir la participación a todos los salvadoreños en el territorio o fuera del país que pudieran hacerlo.
“Recibimos más de tres mil 800 propuestas de salvadoreños de 25 países. Por primera vez, la diáspora pudo participar en la elaboración de una propuesta de reformas constitucionales”, resaltó.
Organizaron cuatro mesas: la primera fue la dogmática; la segunda, el sistema económico y político; la tercera, sobre la parte orgánica del Estado; y la cuarta, acerca de los procesos y los plazos dentro de la Constitución que no estaban definidos. Estuvieron conformadas por profesionales, líderes de gremiales sociales y empresariales.
“La gente venía y solicitaba participar, y así escuchamos a las iglesias, los sindicatos, el sector privado, las instituciones públicas; y a varios ministerios: Defensa, Gobernación, Educación, Salud, a la Fiscalía, a ambas procuradurías”, señaló.
Todas las propuestas se tomaron en cuenta. “La primera fase fue abierta, transparente. Y esas formulaciones las entregamos al presidente Nayib Bukele el 15 de septiembre de 2021, pero le solicitamos el espacio para presentar a las universidades dichas propuestas y recibir sus sugerencias, y es lo que estamos haciendo”.
TEMA DE POSIBLE CONTROVERSIA
¿Hablamos de una nueva Constitución o de reformas a la Constitución?, preguntó el diario para marcar lo que pudiera ser un tema de controversia en próximos meses.
“…nada más que son reformas integrales. Se revisó desde el artículo 1 hasta el 274, y se agrega un preámbulo que define qué es el Estado”, contestó Ulloa.
“En la Constitución actual no se define qué es el Estado. Nosotros lo hacemos desde los tres elementos constitutivos: el territorio, la población y el sistema normativo”, aclaró el vicepresidente.
Le damos una connotación en la visión integracionista para que El Salvador pueda formar parte de la gran nación centroamericana. El derecho a tener una patria grande. Hoy por hoy está contemplado en el artículo 89 como una aspiración, y nosotros lo ponemos como un derecho, dijo.
Proponemos 218 reformas a la Constitución. No estamos convocando a una Constituyente, sino que se siga el proceso ya establecido, que una Asamblea apruebe las reformas y otra legislatura las ratifique, puntualizó.
Y el pueblo, donde quedará, preguntan analistas que creen necesaria la convocatoria a un referendo, lo cual permitiría a quienes se oponen, expresar sus posiciones en favor o en contra de este ejercicio de reformas, parecido más a una constituyente que otra cosa.
Según expertos, la labor de interpretación de la Constitución no es una actividad exclusiva, sino una función en la cual deben participar todos los sectores de la vida social.
CRÍTICA DESDE LA OPOSICIÓN Una de las críticas desde la oposición es que el texto constitucional actual tiene ambigüedades. ¿Se resuelven estas?, preguntó el diario El Salvador.
Respondió Ulloa que, en efecto, hay artículos con ambigüedades, quedan oscuros, se contradicen, y eso obliga a que una Sala de lo Constitucional los esté interpretando. Y agregó: Y como no somos filólogos ni expertos en gramática, le pedimos a la Academia Salvadoreña de la Lengua que revisara el texto, para aclarar las interpretaciones antojadizas.
De acuerdo con las respuestas del vicemandatario, el propósito es “dejar un legado a las nuevas generaciones, una nueva Constitución. Sabemos que la Constitución actual se redactó en la guerra, y tiene ese sentido histórico del momento”.
A su entender, proponen un Estado más moderno, en respuesta a las demandas de estos tiempos. “Me siento satisfecho de haber dado a la sociedad este documento, que va a servir para diseñar ese país que soñamos”, subrayó.
Vemos, aseveró, no solo al presente, el diseño del país que visualizamos. No es solo los derechos a las profesiones, sino a la participación del ciudadano, que se empodere, que sea sujeto de la política y no objeto.
El ciudadano tendrá la facultad de proponer cambios en las políticas públicas, derecho a decir no o sí a una medida de Gobierno cuando se le consulte, remarcó el alto funcionario y experto jurista salvadoreño.
Entonces, ¿es una nueva Constitución o una reforma?, e incluso, ¿habrá algún referendo?, se preguntan algunos lugareños, y más cuando el actual gobierno tiene en sus manos todos los resortes del poder.
Tomada de: Resume Latinoamericano
Fuente: Prensa Latina