El 16 de octubre de 1979, cuando en América Central los pueblos tomaban las armas para liberarse de dictaduras sanguinarias y violadoras de los derechos humanos. Se produce en El Salvador, un golpe de estado que derrocó al General Carlos Humberto Romero. Uno de los protagonistas fue el coronel Adolfo Arnoldo Majano.
Por: Igor Iván Villalta Sorto*
Siendo miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno de El Salvador, y por sus convicciones democráticas y dialógicas con los sectores civiles considero que este hecho necesita más estudio y debate. Aprovechando la visita al país, ya que tiene su residencia en Canadá, ofreció entrevista a Walter Raudales, en el programa El Independiente Radio. Indudablemente el semblante de aquel joven militar que conocimos al final de la década de los setenta ha cambiado mucho, pero no su análisis y memoria histórica que se mantiene intacta.
Nos visita, con un regalo bajo el brazo. Su libro de más de quinientas páginas, “Una oportunidad perdida” ya el titulo dice mucho de cómo él observa los hechos dolorosos de esos días de tribulación y angustia. La lectura de los sectores populares era que la guerra se veía venir y que se percibía mucho más tremenda que la guerra civil en Nicaragua.
A los sectores oligárquicos se les documentaba sobre lo sucedido en Nicaragua. El temor era evidente entre los poderosos, como militares y los dueños del capital. Como lo relata en la entrevista el coronel Majano, se unen los diferentes sectores involucrados de la vida nacional para recomponer el país.
En este re acomodo encontramos a los sectores intelectuales representados por El Rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) Román Mayorga Quirós, el representante de la empresa privada Mario Antonio Andino Gómez, como presidente del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) Guillermo Manuel Ungo y los representantes de la Juventud Militar Adolfo Arnoldo Majano como representante de los sectores más progresistas y democráticos en las Fuerzas Armadas y Jaime Abdul Gutiérrez de los duros y conservadores.
El golpe de estado fue una maniobra planificada por Los Estados Unidos, para detener la revuelta. De acuerdo con el libro de Héctor A, Ibarra Chávez “El golpe de estado del 15 de octubre de 1979” se dio debido a que cada vez las organizaciones populares crecían y se desarrollaban, lo que ponía una fuerte presión sobre los militares y los sectores oligárquicos, además que en el Ejercito existía gran descontento desde la imposición del coronel Arturo Armando Molina, que de acuerdo con la tradición militar no le correspondía en ese momento tomar la presidencia por situaciones generacionales dentro del ejército.
En declaraciones del capitán Marcelo Cruz Cruz (comandante Juan) en la presentación del libro de Héctor A, Ibarra Chávez (Genaro) Brigada Rafael Arce Zablah ¡MISIÓN CUMPLIDA! en el Museo de la Palabra e Imagen.
Ilustraba Marcelo: en el ejército se vivían los mismos avatares de la sociedad entera, se dividían en sectores que propugnaban unas u otras soluciones de acuerdo a su ideología y forma de pensar, algunos más progresistas; otros más conservadores.
La sociedad civil de la época propone en una amplia alianza de sectores, ser el interlocutor válido para conducir las negociaciones. Pero como señala Cruz Cruz, no era nada fácil proponer un dialogo entre las partes debido a que ambos bandos sostenían mucha desconfianza.
Dentro de los sectores populares conformados en el Foro Popular, surge la propuesta de un gobierno de salvación nacional, por la poderosa Federación Sindical Nacional de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS) a esta propuesta le llovieron críticas, aduciendo que eso era como doblegarse ante los sectores poderosos y a los Estados Unidos.
En ambos bandos hablar de dialogo era visto como traición. Los sectores progresistas son eliminados de la Junta y se conforma la Segunda Junta de Gobierno con la cual se abandona todo acercamiento a los sectores populares, las posiciones se radicalizan. Estos acontecimientos son acompañados por una feroz represión, en donde los Escuadrones de la Muerte no cesan en su accionar criminal.
Las fuerzas de izquierda también radicalizan posiciones. Los sectores de masas se militarizan y las condiciones objetivas y subjetivas estaban dadas para desatar un conflicto armado que duró a partir de este momento doce años y costó a la sociedad salvadoreña cien mil muertos.
En la entrevista, el coronel Majano dice que siempre que visita el país se encuentra las mismas quejas. Que es un gobierno malo, que es corrupto, y esto es algo lamentable de nosotros como salvadoreños que no hemos logrado conformar una sociedad que no continue perpetuando los mismos vicios de doscientos años atrás.
Si revisamos la historia veremos un elemento que se repite, como dice el coronel Majano, el atropellar la constitución conduce a la división de la sociedad. Los espacios que se les proporcionan a las mentes afiebradas que consideran que su poder radica en aplastar al contrario. Razonamientos de esta naturaleza no conducen a nada bueno.
El golpe de 1979 fracasó porque ninguno de los sectores consideró que la paz y el entendimiento era posible. El ejército, los oligarcas y Estados Unidos consideraron que podían aniquilar y eliminar la insurgencia con el poderío militar. Por otro lado, la guerrilla consideraba que podía insurreccionar a las masas y derrotar al ejército.
Ninguna de esas tesis tuvo éxito, y se provocó un tremendo sufrimiento para la población y se perdió una oportunidad para la paz.
*Biólogo e investigador