Cualquier replanteamiento de la División Político-administrativa de una nación, debería enmarcarse en un amplio debate de todos los sectores, incluidas, las mayorías populares.
Por: Edwin Felipe Aldana Aguirre*
Y dicho replanteamiento debería partir de una visión crítica e histórica, de cómo se conformó la antigua división de la nación. En consecuencia, la nueva División Político-administrativa conllevaría a hacer justicia a las identidades que fueron aglomeradas sin consentimiento, siempre y cuando, sea social y económicamente viable para éstas.
Es decir, cualquier replanteamiento de una división territorial, debería suponer un salto cualitativo en los planos del progreso y del desarrollo social de la nación.
El carácter absolutista del régimen de los Bukele y sus aliados, desconoce olímpicamente todo un proceso histórico de Descentralización que el mismo sistema capitalista de los países desarrollados impulsó desde los años 90 del siglo pasado.
La finalidad de dicha orientación descentralizadora, era precisamente, un tipo de gobernanza más democrática y, que la nueva reformulación de los Estados, facilitara la llegada o la gestión de los recursos en todos los territorios de las diversas naciones, logrando con ello un mayor nivel de igualdad, tanto en los servicios, como en los recursos.
Era también una forma de combatir la creciente corrupción de los grupos políticos que de hecho habían convertido al Estado en un jugoso botín.
En Centroamérica esto es harto evidente y para el caso de El Salvador, es fácil constatar todo el proceso de descentralización llevado a cabo en el país: La Descentralización de la Salud, la Descentralización de la Educación, la Descentralización de muchos servicios públicos prestados por el Estado, y en buena medida la descentralización del poder político.
En este sentido, las alcaldías eran llamadas a jugar un papel preponderante, al ser un gobierno más al alcance de la mano por parte de sus ciudadanos. Recordemos la descentralización de la alcaldía de San Salvador con sus diversos Distritos.
Ello dio por resultado, una lucha por el incremento del FODES, el fondo para el desarrollo que se les otorgaba a las alcaldías como gobiernos locales. Ya que todo mundo entendió que los Recursos económicos eran parte de la estrategia del Modelo Descentralizador que se estaba impulsando.
Este proceso de Descentralización impulsado también por el Espíritu de los Acuerdos de Paz, jamás estuvo exento de errores y vicios, que fueron trasladados y permitidos desde el nivel central; pero que dada la cercanía de la gente dio por resultado, una creciente denuncia de la población respecto a los actos de corrupción que se cometían no solo en los territorios, sino que, también en el nivel central.
De suyo la palabra Transparencia se fue haciendo campo en la conciencia de la ciudadanía. El control fiscalizador de los organismos públicos y privados, y sobre todo la creciente conciencia en la ciudadanía de su derecho a fiscalizar y reclamar, iba dando resultados, lentos pero reales.
Dado el carácter Absolutista del régimen -lean sobre eso en Google-, la centralización del poder y del dinero, es connatural a su carácter.
La Corrupción que es real en todos los órdenes, es una de las excusas para el desmontaje del proceso democrático. Pero es la misma corrupción y la conciencia que de ella tiene la ciudadanía, la que ha dado por resultado el merecido castigo a los partidos políticos que estaban de espaldas a la gente mientras en lugar de gobernar, saqueaban a la nación.
En ese sentido, la Descentralización jamás puede ser considerado el problema. El problema real es la corrupción. Es decir, quitan la salida o solución y dejan el Problema.
Éste no les interesa, es parte de la moneda de cambio para los acuerdos políticos que lleven a la conservación del poder absolutista. De los otros rasgos del absolutismo, ya hay gente hablando y escribiendo sobre eso. ¿Cuántos leyendo o escuchando?
Entre 1996 y 1997, El Dr. Rafael Guidos Béjar y la Dra. Evelyn Yacir Simán, realizaron una investigación sobre la Gestión Municipal y la Descentralización; y fui asistente en dicha investigación. Y uno de los hallazgos en las alcaldías fue, que varias de éstas eran sumamente rentables.
Es decir, que de hecho no necesitaban del FODES. Lo cual mostraba la poca racionalidad que se tenía desde el gobierno central, en la aplicación de la política descentralizadora y de la misma gestión municipal.
Una de esas alcaldías era Metapán, no sabemos si la destruyeron y ahora sea diferente. Pero dicha alcaldía era uno de los botines fuertes que incluso, entró en la mira de los grupos del narcotráfico dado el buen negocio que representaba.
Visto lo anterior en positivo, habría que identificar esos polos de desarrollo que hay de hecho en el país, para potenciarlos y extenderlos en los demás territorios como buenas prácticas y asumiendo superadoramente aquello que sea negativo.
¿Ahora bien, hay en verdad en el país actualmente un plan de modernización, progreso y desarrollo para todos? ¿Realmente la “nueva” División Político-Administrativa del territorio garantizará una mejor gobernanza y mayores niveles de Desarrollo? ¿Acaso bastó quitarle el FODES a las alcaldías para hacerlas todavía más inoperantes y una carga para la gente, para justificar de hecho, una reconcentración del Poder?
El objetivo parece indicar que es precisamente esto último; la concentración y reconcentración del poder político, coherente sistémicamente con la reconcentración del Capital que vamos viendo.
Hay un reacomodo en la oligarquía, pero el grupo ahora dominante, ve de soslayo a otros agrupamientos que no sólo tienen recursos, sino que, también cultura. Misma que parece ausente en el grupo de gobierno actual.
Ahora imaginemos a las alcaldías que ya de por si, por corrupción y desintereses en su población, estaban haciendo un pésimo gobierno.
¿Qué va a pasar ahora, en donde un solo alcalde o alcaldesa tendrá que ver con un grupo de municipios, en los cuales nombrará un representante, pero sin poder de decisión? ¿Cómo se van a repartir los recursos desde el nivel central? ¿Qué pasará con los municipios que antes han sido rentables y auto gestionables?
Todo poder Absolutista supone que cuenta con el mandato divino, y este gobierno y su presidente han dado muestras de ello. En todo caso, no nos atrevemos a pensar, que la gente, los ciudadanos y ciudadanas de este país, van a culpar al buen Dios, de los resultados de este régimen que dice consultar con el buen Dios.
*Investigador social y Columnista.