El lado oscuro del liderazgo”, es el trabajo final de graduación de Jeannette Alvarado Soto, para obtener el grado de licenciada en comportamiento organizacional por parte de la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología de Costa Rica. El lado oscuro del liderazgo, son impulsos y disfunciones de personalidad, que alimentan y construyen estructuras de pensamiento y delimitan el estilo de liderazgo.
Por: José Guillermo Mártir Hidalgo
Los rasgos de personalidad, se traducen en comportamientos mostrados por líderes y pueden deberse a conductas aprendidas en la niñez. Existen tendencias humanas que contribuyen a la formación del lado oscuro como el orgullo y el egoísmo. Las necesidades insatisfechas, son importantes para la construcción del lado oscuro del liderazgo.
Ya que el estado de tensión, por las necesidades no satisfechas, produce reacciones emocionales como la ira, la ansiedad, el nerviosismo y la agresividad física y verbal. Un líder puede utilizar el poder, para manipular a las personas y presionarlos para darle el reconocimiento que necesita. Para que un líder ejerza un liderazgo balanceado las necesidades de logró, afiliación y de poder deben concurrir en forma moderada.
En las experiencias de la niñez y la adolescencia se funda su lado oscuro. Las experiencias en la vida, pueden llevar a desarrollar deudas existenciales. Estas son creencias que, las necesidades no satisfechas son culpa propia.
Por otro lado, se llama paradoja del lado oscuro, a los elementos que ayudan a la formación del lado oscuro del liderazgo e impulsan, al mismo tiempo, un estilo de liderazgo que influye positivamente en la vida de otros.
Las diversas manifestaciones del lado oscuro del liderazgo, puede agruparse en categorías amplias en referencia a diversos trastornos de personalidad. El líder compulsivo, puede ejercer poder coercitivo sobre las personas, cuando no está a gusto con el resultado de las cosas. Ya que siente la necesidad de tener todo bajo control y en orden absoluto.
En líder narcisista, todo gira alrededor de su ego y utiliza a los demás para alcanzar sus egoístas intereses. Los líderes paranoides tienen pensamientos irracionales que los llevan a actuar irracionalmente. Viven con temores y desconfianzas de que algo o alguien real o imaginario, les quitara la atención o socavará su liderazgo.
Un líder codependiente no sabe decir no, esta situación conlleva a que experimente frustración e ira reprimida. Un líder pasivo-agresivo tiene como objetivo encubierto controlar o castigar a otros. Acepta realizar tareas que en realidad no desea hacer y luego, procede a minar sutilmente la finalización de esas tareas.
Un líder no consciente de su lado oscuro, utilizará el proceso de comunicación para buscar la satisfacción de sus propios intereses. Sus disfunciones no le permiten desarrollar la habilidad de coaching.
En el manejo de conflictos puede ver a estos como oportunidad para satisfacer sus intereses personales. El líder debe iniciar un viaje de autoconocimiento, para desarrollar su inteligencia emocional.
EL TRIÁNGULO TOXICO
Los estadounidenses Art Padilla, Robert Hogan y Robert B. Kaiser, expertos en el tema de liderazgo, han escrito el artículo “The toxic triangle: Destructive leaders, susceptible followers and conducive environments” (El triángulo tóxico: líderes destructivos, seguidores susceptibles y entornos propicios). Este artículo apareció en “The Leadership Quarterly” (El Liderazgo Trimestral), del mes de junio de dos mil siete (Volumen 18, Número 3, páginas 176-194). Revista bimestral dedicada al estudio científico del liderazgo.
El interés en el liderazgo negativo se debe a los recientes abusos de autoridad en los negocios, en la política y en la religión. Comportamientos destructivos comunes a los líderes ególatras son ignorar la realidad, sobreestimar las capacidades personales y hacer caso omiso a las opiniones de los demás.
El liderazgo destructivo, como proceso, supone que las malas intenciones de un líder son un componente esencial de su destructividad. Pero son las ramificaciones negativas a largo plazo, las que dan lugar a la etiqueta de “destructivo”.
La esencia del liderazgo destructivo se refiere a resultados negativos en las organizaciones. Padilla, Hogan y Kaiser definen liderazgo destructivo, en términos de cinco características.
Primero, el liderazgo destructivo, como proceso y sus consecuencias, rara vez es total o absolutamente destructivo.
Segundo, este implica dominio, coerción y manipulación en lugar de influencia, persuasión y compromiso.
Tercero, hay una orientación egoísta, centrada en las necesidades del líder.
Cuarto, comprometen la calidad de vida de los integrantes y resta valor a los objetivos de la organización.
Y quinto, los resultados no son exclusivos de los líderes destructivos, el producto se logra con la ayuda de seguidores susceptibles y entornos propicios.
La característica de los líderes destructivos son carisma, uso personalizado del poder, narcisismo, temas negativos de vida y una ideología de odio. El carisma, es la característica central del liderazgo destructivo.
Sus tres componentes que se aplican a los líderes destructivos son visión, habilidad de autopresentación y energía personal. Los líderes destructivos articulan una visión de mundo caracterizado por la amenaza y la inseguridad.
De acuerdo con su orientación egoísta, los líderes destructivos, suelen promocionarse a sí mismos y se preocupan por generar apoyo para ellos mismos. La energía es otra característica que los líderes políticos parecen compartir, la generalidad trabaja muchas horas.
Los líderes con necesidades personalizadas de poder, usan la autoridad con fines de auto engrandecimiento, en detrimento de sus subordinados y organizaciones. El narcisismo está relacionado con el carisma y el uso personalizado del poder. El narcisismo maligno se asocia con la hiperagresividad y relaciones personales sádicas y explotadoras.
Una historia de vida negativa refleja hasta qué punto, el líder tiene una imagen destructiva del mundo y de su papel en el universo. Una infancia traumática puede predisponer a los individuos a un liderazgo destructivo. Y la visión y cosmovisión de los líderes destructivos comprenden imágenes de odio.
Los seguidores han sido estudiados con menos frecuencia que los líderes. La autoestima, el locus de control y la auto eficiencia, están relacionados con una vulnerabilidad al liderazgo destructivo.
La autoestima, es una valoración básica que, las personas hacen de su valor como seres humanos. El locus de control es la creencia que, uno determina su propio destino, frente a la creencia que los resultados, están determinados por factores externos. La auto eficiencia se refiere, a la creencia sobre la capacidad de uno para desempeñarse bien.
Personas con baja autoestima, con locus de control externo y baja auto eficiencia, son susceptibles a los líderes destructivos. Aunque los liderazgos destructivos generan resultados negativos para las organizaciones, algunos miembros pueden prosperar. Estos son individuos cercanos al líder.
En tiempos de inestabilidad, los líderes pueden aumentar su poder, abogando por cambios radicales para restaurar el orden.
Relacionada con la inestabilidad estructural y organizacional, está la percepción de una amenaza inminente. Cuando las personas se sienten amenazadas, están más dispuestas a aceptar un liderazgo efectivo.
LIDERAZGO DEMOCRATICIDA
La mexicana Ana Paula Sandoval Motilla, licenciada en administración pública, escribe el artículo “Nayib Bukele: ¿Liderazgo Democraticida?”. Inicia definiendo dictadura.
Ésta es un régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, con facilidad de promulgar y modificar leyes son ningún tipo de límites. Ella considera que las causas de este régimen son a través de un golpe de Estado, por la concentración del poder después de elecciones legislativa y por acciones de parte del ejecutivo, que desbalancean el sistema democrático de equilibrio de poderes.
Desde su victoria electoral de dos mil diecinueve, es notorio el empeño de Nayib Bukele por desmantelar todos los controles institucionales al poder presidencial.
Sandoval considera que un liderazgo democraticida, es un modo de dirección para liquidar la democracia. Por tanto, el liderazgo democraticida de Bukele, se ha fortalecido con su discurso beligerante y anti derechos. La autora define telecracia, a la democracia operada por los medios teledirigidos que pone a disposición de gobernantes y gobernados, la revolución digital.
Ella opina que Bukele ha impuesto una telecracia, donde su mejor instrumento es su celular y su más grande foro, las redes sociales, especialmente twitter. Utilizando estas plataformas a su favor, como experto en mercadotécnica y publicidad, ha logrado posicionarse como un presidente muy “accesible” para sus ciudadanos.
Pero, la comunidad internacional se muestra preocupada ante la falta de institucionalidad y deterioro de los procesos democráticos en El Salvador.
*Psicólogo salvadoreño