¿Quiénes somos en la sociedad? Somos la clase trabajadora que produce bienes y servicios para la sociedad

Mucho del asunto que nos compete es la cuestión de las relaciones laborales, el empresario asume que trabaja y por ello se lleva la ganancia, acumulando la riqueza que producen las personas trabajadoras.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Pero somos los asalariados que integramos la clase proletaria lo más importante en esa ecuación laboral; por tanto, esa posición nos debe hacer sentir fuertes y si lo hacemos en unidad seremos invencibles.

No obstante, el patrón, quien es tal por cuanto es el propietario de los medios de producción, cree que por poner la inversión (el dinero) representa lo más importante de una sociedad, la cuestión no es así, éste necesita de la fuerza de trabajo, de todas aquellas personas que con su energía hacen un trabajo, y por la cual venden su tiempo y habilidades, a esa persona empresaria que lo necesita. El dinero nunca hará riqueza, porque no puede, son quienes venden su fuerza de trabajo, los que la hacen.

Sin embargo, esas personas que trabajan, no son valoradas en la sociedad y viven en condiciones de pobreza, algunos pocos llegan a salir de la pobreza, pero es la excepción, Por toda esta implicación de la necesidad de comprar fuerza de trabajo, es que los dueños de los medios de producción, asumen una lógica de dominación que intimida y presiona a quienes venden su tiempo y energía para hacer el trabajo.

Las relaciones sociales de producción, no son equitativas y existe explotación laboral, el propietario de los medios de producción en esa relación obtiene plusvalía (trabajo realizado no pagado). Pero un poco más de 135,000 empresarios no pueden ser quienes se lleven toda la riqueza y más de tres millones que comprender la población económicamente activa, no se lleven nada. Este es un problema que puede superarse, en tanto la clase trabajadora entienda que el temor infundido por el patrón a ser despedido, puede ser enfrentado con fuerza, si lo hacemos de forma unitaria, bajo la sombrilla del sindicato.

No tiene sentido que el patrón se oponga al sindicato per se, lo hace por la razón que el sindicato es la estructura de personas que luchan por y para las personas trabajadoras, en un conflicto constante con el patrón que se lleva todo, obligando a través de leyes que favorecen sus intereses en detrimento de los intereses de la otra parte—la clase trabajadora—se necesita del sindicato para recoger las necesidades de las personas trabajadoras en unidad y solidaridad; y, mediante el diálogo y la negociación resolverlas con el empresario y el gobierno.

En ninguna parte de las leyes laborales en tanto son hechas por el gobierno, quien a la vez representa a los empresarios, recoge el asunto de la distribución de riqueza; y por ello se incrementa el problema del empleo, de los bajos salarios, del desempleo; así como crecimiento de la informalidad laboral. Existe una inequidad en las relaciones laborales, que es tolerada por los gobernantes, en tanto estos responden a las personas propietarias de los medios de producción; y no a la clase trabajadora.

El movimiento sindical debe entender que su lucha no puede ser aislada, debe incorporarse a la sociedad con propuestas y en base a una lucha unitaria, solidaria y por la justicia social. Las cuatro paredes de la empresa y el cuadrado del puesto de trabajo, no es la realidad; las condiciones de pobreza y de un continuo empobrecimiento en que viven las personas trabajadoras, es resultado de la acumulación de la riqueza que producen, en tanto gobiernos y empresarios se unen para anular y reducir el valor monetario de la energía y el tiempo de trabajo.

Los salarios no aumentan, no obstante la riqueza se va acumulando sin ninguna redistribución para quien la produce—hay intenciones y acciones claras de gobernantes y grupos empresariales para no aumentar el salario mínimo, que todos sabemos no cubre el costo de vida, el aumento de los precios de la mercancías que la clase trabajadora necesita para vivir es de todos los días, lo que hace difícil la subsistencia vital: alimentación, vivienda, salud, educación, transporte, servicios de agua potable, energía, comunicaciones y otros y los salarios no alcanzan, ni las prestaciones y derechos mejoran.

Pero la riqueza sigue concentrándose en pocas manos, los políticos que gobiernan no hacen mayor cosa, es por tanto necesario impulsar la lucha sindical y organizar a toda persona trabajadora que sabemos está siendo violentada en sus derechos vitales como ser humano(a). El Sindicato, y el movimiento sindical deben llegar a la comprensión y concienciación de que todo lo que usamos en el mundo, desde las tareas más elementales a las más sofisticadas que producen un bien y/o servicio, es hecho con fuerza de trabajo, que sirve a la sociedad y produce riqueza para alguien.

*Sindicalista salvadoreño

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