Te has preguntado alguna vez qué tienen en común la forma de gobernar un país y la de administrar un centro comercial?
Por: Miguel A. Saavedra
A simple vista, puede parecer que nada, pero si analizamos con más detalle, podemos encontrar algunas similitudes y diferencias que nos harán reflexionar sobre la realidad política y social que vivimos.
Seguramente habrás notado que las tiendas se esfuerzan por llamar tu atención. Colocan sus productos en las mejores posiciones, utilizan colores llamativos y música pegadiza a alto volumen a una chica atractiva con vestimenta corta y en otros casos hasta un payaso colorido multicolor o con disfraz de alguna caricatura un superhéroe de moda. El objetivo fundamental ,es que te detengas y te fijes en lo que tienen que ofrecer.
La política también se ha convertido en un espectáculo. Las autoridades utilizan estrategias similares a las de los centros comerciales para llamar la atención de los ciudadanos. Por ejemplo, utilizan pantallas en lugares públicos, organizan eventos y espectáculos, y utilizan un lenguaje llamativo.
«Pero cuando la ilusión se vuelve la ÚNICA OFERTA, es porque algo anda mal.» Los centros comerciales muestran productos inalcanzables para muchos. ¿Nos servirán también como escaparate de necesidades insatisfechas? donde, Miles pasan, unos cuantos compran. ¿Y el resto? Un jubilado desechado, desempleados en busca de rutas truncas. Detrás de cada rostro, historias de aspiraciones postergadas. La vida no puede ser solo apariencia y distracción.
Gobernar es responder con dignidad a quienes gobiernan. Implícito está el deber de escuchar, abrir cauces reales de participación y atender agendas sentidas. No basta con que «se diviertan» algunos. Hace falta que todos puedan acceder a satisfacer necesidades reales. Donde esto no ocurre, la frustración se siembra cual mala hierba.
Invito a la reflexión sincera. ¿Estamos creando las condiciones para que cada quien desarrolle su máximo potencial? Mientras tanto, seguiremos siendo una vitrina donde pocos compran y muchos siguen esperando ser vistos y escuchados de verdad. Pero detrás de esta fachada, se esconden las verdaderas necesidades de la población. Una pareja ,que busca su primer electrodoméstico para su nuevo hogar. Pero no pueden pagarlo. Jubilados que han sido despedidos como descarte por su edad ,y no tienen cómo sobrevivir.
Hay desempleados que buscan trabajo, pero no lo encuentran. Hay personas que vienen del campo, y buscan oportunidades en la ciudad, pero solo encuentran frustración. Y hay quienes tienen dinero, pero no lo gastan en lo que realmente necesitan. En esos espacios desfilan muchas personas, con intereses diversos, que al menos se distraen del hambre, del desempleo, de la persecución de sus familias, también desfilan algunos de los 25,000 despedidos ordenados por el nuevo gobierno, los del desalojo de su centro de trabajo, de la calle o del cuarto del mesón.
La política la han convertido en un espectáculo, en el que las autoridades se esfuerzan por distraer al pueblo, con la esperanza de que éste se olvide y no se fije en sus problemas cotidianos. La política de servicio del Estado convertida en una estrategia comercial, sin vocación del bien común. ¿Es eso lo que queremos y nos complacemos que pase? ¿No deberían las autoridades preocuparse por atender las verdaderas necesidades del pueblo?
¿No deberían las autoridades trabajar para crear una sociedad más justa y equitativa? La política y el actuar de un gobierno no debería ser el de un centro comercial. Pero el pueblo es más inteligente de lo que creen. Ya está entendiendo que la política del engaño, el show de luces ,la distracción es la que tiene a la sociedad en este caos anunciado; pero que en silencio ya está comprendiendo que:
-Debe ser una oportunidad para mejorar la vida de las personas. Las autoridades deben centrarse en resolver los problemas reales de la población, como el acceso a la educación, la salud y la vivienda y cientos de demandas en el campo y la ciudad no cumplidas
-Sabe que la política debe ser algo más que un espectáculo. Y también sabe que la política debe ser un instrumento y oportunidad para mejorar la vida de todos.
-La política no es un lugar para escapar de la realidad. es un lugar para construir una sociedad mejor.
-Una sociedad en la que todos tengan las mismas oportunidades. en la que nadie tenga que pasar hambre. Y en la que nadie tenga que vivir en la calle.
-Una sociedad en la que todos sean respetados, independientemente de su origen, su religión, preferencia política o de su condición social.
-La política es un lugar para crear un futuro mejor para todos. Una política que sea inclusiva y accesible para todos, sobre todo para las personas más vulnerables.
Que no solo se centre en el entretenimiento, sino también en la satisfacción de las necesidades básicas de la población. Vista como instrumento para la justicia social, y no una herramienta para la manipulación.
¿Cómo podemos construir una política así?
-Participando. Exigiendo nuestros derechos.
-Organizándonos para defender nuestros intereses.
La política es de todos, Hagamos que sea una política para todos. Por lo tanto, no podemos aceptar que un país siga siendo gobernado como un centro comercial, donde se privilegie el consumo ciego y desmedido sobre lo prioritario, la apariencia sobre la realidad, y la diversión sobre la reflexión.¿Participación ciudadana o espectáculo?
La política actual se ha convertido en un espectáculo, en el que las autoridades se esfuerzan por distraer al pueblo con imágenes y promesas vacías.
¿Pero hay condiciones plenas para participar? ¿Se están tomando en cuenta las necesidades de las mayorías?
Si no estás dispuesto a permitir que este camino destructivo siga adelante, participa en la política con tu voto consciente y razonado.