La nutrición marca la diferencia a la hora de reducir el compuesto y esto significa limitar o evitar los alimentos procesados.
L os niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés, tienen una conexión con una disminución de la salud general y aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes y presión arterial alta.
Según los expertos, la nutrición marca la diferencia a la hora de reducir el compuesto y esto significa limitar o evitar los alimentos procesados.
Una revisión publicada en la revista Lifestyle Med habló de la importancia de consumir los ácidos grasos Omega 3 para reducir la ansiedad a través de mecanismos antiinflamatorios y neuroquímicos.
Por otra parte, la fibra dietética, presente en frutas, verduras o semillas, granos integrales, reduce el estrés y la depresión.
Consumir productos fermentados, como kimchi o yogurt, aporta bacterias beneficiosas que promueven la salud intestinal y la correcta conexión entre el microbioma y el cerebro.
Las hierbas adaptogénicas generan beneficios al ayudar al cuerpo a restablecer el equilibrio después del estrés.
También la autorregulación es una práctica intencional que estabiliza las emociones, pensamientos, estado de ánimo o energía y gestiono el malestar.