LA LECTURA EN LA NIÑEZ
Por: MIGUEL BLANDINO. *
El fin de la historia que planteaba el politólogo gringo Francis Fukuyama, para justificar la implantación del modelo neoliberal, afirmaba que con la desaparición del llamado socialismo real y la realización de la hegemonía global de los Estados Unidos, el futuro era de un eterno capitalismo sin fin, o sea, la aniquilación de los más débiles y la concentración acelerada y continua de la riqueza cada vez en una menor cantidad de individuos. Esa idea era absolutamente opuesta a la escuela económica dominante entre los comunistas, que planteaban que al llegar a la etapa comunista de la sociedad, el motor de la historia seguiría encendido porque las aspiraciones humanas de autorrealizacion son infinitas.
Está claro que para unos la victoria del capitalismo es el fin de la historia, porque al “volverse imposible” aspirar al socialismo y al comunismo -por haberse demostrado su “inviabilidad” e “inferioridad” frente al capitalismo- la gente se convencería de que es inútil luchar y, por lo tanto, va a cesar la lucha de clases, y que con la “muerte de las ideologías” ya nada es cierto, y todo se vale, y lo único que importa es lo lúdico y la satisfacción inmediata de los deseos individuales.
Por supuesto que frente a la aniquilación de las sociedades del llamado “socialismo real” ningún medio discutió ni refutó tales afirmaciones, ni la escuela, ni la iglesia, ni la prensa. Todos agacharon la cabeza acobardados. Todos, menos unos pocos que se mantuvieron en el poder a pesar del bloqueo feroz y las agresiones. Unos fueron aniquilados, como Libia y su liderazgo fue asesinado, como Kadafi. Otros abrieron sus fronteras al capital, como Vietnam.
Ante la derrota y el estupor de los comunistas, todos los políticos del mundo “coinciden” hoy en afirmar que el experimento fracasado ni siquiera debe mantenerse como propuesta y que todos los métodos o vías para alcanzarlo deben ser negados, comenzando por la lucha armada.
¡Claro! Ya no hay que seguir teniendo esperanzas ni utopías del tipo que pusieron frente a nuestra mirada Marx, Engels, Lenin, Mao y Fidel.
Pero, vamos por partes, en el discurso burgués muerte de las ideologías no significa muerte de todas las ideologías, solo de las que cuestionan al capitalismo en general y al capitalismo salvaje neoliberal, en particular.
O sea, nadie debe pensar distinto ni mucho menos tener una ideología que no sea la veneración del dinero como dios creador de la vida y su acumulación como motor de esa vida. El mayor volumen de dinero como sentido de la vida.
El problema es que a pesar de los esfuerzos por anular el pensamiento, el ser humano sigue siendo un ser pensante y la escuela sigue motivando el ejercicio de pensar. Y es obvio que mientras unos disfrutan de todo, otros carecen de todo, y estos entonces comienzan a hacerse preguntas, haciendo uso de su facultad de pensar.
Entonces, hay que anular esa facultad y sustituirla por el hábito de creer. No ciencia, solo fe.
Justamente eso es lo que estamos observando en El Salvador: cierre de escuelas y apertura de iglesias.
La reducción de un diez por ciento del personal docente adscrito a las escuelas del sector público de educación y el crecimiento de las partidas para la secretaría de comunicaciones y la secretaría de prensa (¿dos secretarías para lo mismo?) de Casa Presidencial, más el financiamiento de los presupuestos para las granjas de troles que funcionan en todos los ministerios y para la publicidad en el extranjero que pagan las embajadas, más el financiamiento para las iglesias son parte del mismo rubro de la agenda de control social.
A lo largo del siglo XX hubo importantes descubrimientos en relación con el funcionamiento de la mente y la generación del pensamiento. Neurólogos, psiquiatras, psicólogos, pedagogos hicieron sus estudios, plantearon sus hipótesis, elaboraron diferentes teorías y todos concluyeron en que la educación era el método por excelencia para la promoción del desarrollo integral del ser humano al proveerlo de mejores herramientas para enfrentar los retos de la vida.
Skinner, Thorndike, Piaget, Bruner, Wertheimer, Koffka, Pavlov, incluso nuestros pedagogos latinoamericanos, como Jesualdo Sosa y Paulo Freire, entre otros muchos, todos desde diferentes enfoques e intereses, aportaron a la comprensión del fenómeno del aprendizaje y propusieron métodos para su mayor y mejor aprovechamiento desde la primera infancia.
Incluso Maslow, con su pirámide, dejó un modelo gráfico que ilustra las dos condiciones básicas de existencia humana: la de las carencias que deben ser satisfechas y la de la autorrealización.
Cualquiera que sea el que mejor representa para nosotros el mejor camino, cada uno propone una estrategia para la elevación del ser humano, y todos al unísono dicen que para lograrlo es por medio de la enseñanza-aprendizaje.
De una o de otra manera, todos sugieren el lema “hacia la libertad por la educación y la cultura”.
Por el contrario, en El Salvador de bukele, y a contrapie de la formación de su mujer que como profesional de la Psicología no ignora el valor de la Educación en el desarrollo integral de la personalidad, el tirano lleva a cabo un sistemático proceso de destrucción de las instituciones educativas y culturales del país.
Desde el recorte presupuestal hasta el cierre de las instalaciones y la destrucción física de centros escolares, bibliotecas y casas de la cultura, incluso , la anulación de la Universidad de El Salvador que ha permanecido cerrada desde 2020 y cuyo campus central ha sido convertido en hotel para delegaciones de prensa y yutuberes que son invitados para alabar al gobierno, todo está orientado al objetivo de sumir en la ignorancia a la mayor proporción posible de la población.
El magro presupuesto para Educación Pública no ha sido entregado totalmente por el ministerio de hacienda y la ejecución apenas alcanza a la mitad al final del año lectivo. Lo mismo en el caso de la universidad y, a partir del año próximo, su presupuesto será congelado.
Hace pocos meses fueron cerradas todas las casas de la cultura que existían en los doscientos sesenta y dos municipios del país y todos sus trabajadores fueron despedidos. Ni siquiera dejaron una como pieza de museo.
Desde el inicio del gobierno de bukele en 2019 la última prioridad ha sido la educación y, pese a que su mujer es bailarina, ninguna manifestación de las bellas artes está siendo apoyada por el gobierno.
Ni siquiera el Parque Zoológico Nacional se salvó, fue cerrado desde el primer año del gobierno de bukele.
Hasta el deporte ha sido afectado y desde el próximo año también sufrirá recortes en su presupuesto.
No solo han cerrado escuelas y bibliotecas sino que han desaparecido los libros. En su lugar, los alumnos de las escuelas públicas han recibido “tablets”, o sea, dispositivos para la transmisión de la información que el gobierno quiere difundir para moldear las mentes infantiles y juveniles.
Prohibido leer, parece ser la consigna en esta etapa del proceso de dominación y control social.
Los informes mundiales de resultados en materia de Educación de la OCDE ya revelan sin ninguna duda los logros del gobierno de bukele: El Salvador ocupa el antepenúltimo puesto en la prueba PISA. Para la UNESCO, los resultados no son más alentadores.
Pero es que eso es justamente el propósito del gobierno de bukele: reducir a la mínima expresión la capacidad de razonar del pueblo. En cinco años ya ha dañado las bases de toda una generación completa de estudiantes que iniciaron su educación primaria en 2019. En cinco años ha destrozado sus bases fundamentales: pésima capacidad en lectoescritura, bajísimos niveles de comprensión lectora y fallas absolutas en el dominio de los rudimentos de la Aritmética.
La peor predicción de la novela de Orwell ya está en marcha.
Pronto será necesario enseñar la lectoescritura en la más rigurosa clandestinidad, porque leer va a convertirse en el mayor acto de rebeldía popular.
Nuestra consigna debe ser formar un rebelde enseñándole a leer y a escribir desde su más tierna infancia y regalando libros a diestra y siniestra.
¡A leer y a escribir hasta la victoria final!
*Especial para El Independiente SV