Más de la mitad murieron al tratar de cruzar la frontera por el sureste de Texas, entre Laredo y Brownsville, y los condados al norte, y 48 de los decesos ocurrieron sólo en el condado de Brooks, que se encuentra unos 130 kilómetros al norte de la frontera entre Texas y México.
Según el informe, el condado de Brooks se ha vuelto el área más mortal para los inmigrantes a lo largo de la frontera con México, que suelen caminar decenas de kilómetros por áreas desiertas para evadir un punto de revisión de la Patrulla Fronteriza, ubicado en la comunidad de Falfurrias, sobre la carretera 281.
La entidad confiesa que se desconoce el número exacto de muertes de migrantes porque muchos de los fallecidos nunca son encontrados. Con excepción de los dos niños guatemaltecos que murieron recientemente, después de cruzar la frontera hacia Nuevo México, las muertes de los otros 374 migrantes atrajeron poca atención de la prensa estadunidense, se lamenta Missing.