Antes de las preguntas de los periodistas de la tradicional conferencia de prensa durante el vuelo papal, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti (que viaja por primera vez con este encargo con el Papa) enseñó un texto escrito a mano: «No será un documento que entre en el magisterio del Papa, pero es un documento que a usted, Santidad, importa mucho. Esta es una canción que escribió una chica de Honduras, Marta Ávila».
Es «contra el acoso escolar». Fue un poco el signo de «un encuentro del Papa con Scholas Ocurrentes. Esto para decir cuán presente estuvo» en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) «el elemento del dolor de estos jóvenes, así como el de la alegría que hemos visto en tantas ocasiones». Gisotti contó una «imagen que me sorprendió mucho, Santo padre: cuando usted pasaba con el papamóvil y saludaba, veía a muchos jóvenes que después de haberle saludado, tal vez solo por un instante le abrazaban. Esta es, acaso, una lección para nosotros los adultos. Los jóvenes, cuando están felices, comparten la alegría, no se la tienen para sí». Gisotti después explicó que Francisco, poco antes de despedirse de Panamá, tuvo un encuentro en la nunciatura con representantes de Unicef.
El Pontífice comenzó saludando a los periodistas: «Buenas tardes y que descansen, porque estoy seguro de que todos están cansados, después de este viaje tan fuerte. Gracias por su trabajo. He vivido cosas que no me habría imaginado, sorpresas, como esta chica de 16 años de Honduras: víctima del bulismo, cantó con una voz bellísima una canción que escribió ella».
El en Vía Crucis de Panamá hubo muchas palabras fuertes sobre el aborto. ¿La posición radical respeta a las mujeres?
El mensaje de la misericordia es para todos. También para la persona humana que está en gestación. Después de haber fracasado así, también hay misericordia. Pero una misericordia difícil, porque el problema no es dar el perdón, sino acompañar a una mujer que ha cobrado conciencia de haber abortado. Son dramas terribles. Una vez escuché a un médico que hablaba de una teoría según la cual una célula del feto apenas concebido va a la médula de la mamá y allí recibe una memoria incluso física. Esta es una teoría, pero para decir, una mujer, cuando piensa en lo que ha hecho… te digo la verdad, hay que estar en el confesional y tú allí debes dar consuelo. Por ello yo he abierto a la potestad de absolver el aborto por misericordia, porque muchas veces deben encontrarse con el hijo. Yo aconsejo muchas veces, cuando tienen esta angustia: “Tu hijo está en el cielo, habla con él. Cántale una canción de cuna que no pudiste cantar”. Y ahí se encuentra un camino de reconciliación de la mamá con el hijo. Con Dios ya está el perdón, Dios perdona siempre. Pero la misericordia, que ella elabore esto. El drama del aborto, para comprenderlo bien, hay que estar en el confesionario.
En estos días usted dijo que se sentía muy cerca de los venezolanos, y el domingo pidió «una solución justa y pacífica, en el respeto de los derechos humanos». Los venezolanos quieren saber qué significa esto. ¿El reconocimiento de Juan Guaidó, nuevas elecciones libres? La gente siente que usted es un Papa latinoamericano y quiere sentir su apoyo.
Yo apoyo a todo el pueblo venezolano, que está sufriendo. Si me pusiera a decir “háganle caso a estos países o a esos otros”, me pondría en un papel que no conozco. Sería una imprudencia pastoral por parte mía y haría daño. Las palabras que he dicho las pensé y volví a pensar, expresé mi cercanía y lo que siento. Yo sufro por todo esto. Ponerse de acuerdo, ¿no se puede? Una solución justa y pacífica. Me da miedo un derramamiento de sangre. Y por ello pido que sean grandes quienes pueden ayudar a resolver el problema. El problema de la violencia me aterroriza. Después de todo el esfuerzo que ha hecho Colombia, lo que sucedió en la escuela de los cadetes de la policía es espantoso. Tengo que ser un pastor. Y si necesitan ayuda, que se pongan de acuerdo y la pidan.»
El Papa, al final de la conferencia de prensa quiso añadir, como en Colombia, en Panamá «he visto que levantaban a los niños, como diciendo “este es mi orgullo, mi fortuna”. En el invierno demográfico que estamos viviendo en Europa (en Italia está debajo de cero), ¿cuál es el orgullo? ¿El turismo, la casa, el perrito? ¿O levantar a un niño? Pensemos en ello».