(Por: Elson Concepción Pérez)
Los presidentes de Brasil y Estados Unidos –tal para cual– se reunirán en la Casa Blanca, entre otras cosas para hacer planes y ejercer mayores presiones contra la Revolución Bolivariana de Venezuela
Nunca el asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, el ultrarreaccionario John Bolton, había dicho una verdad mayor: «ellos tienen mucho en común y pueden darse muy bien».
Se refería al encuentro que sostendrán este martes en la Casa Blanca los presidentes de Brasil y Estados Unidos.
Bolsonaro no se ha escondido para decir, incluso antes de ser elegido presidente, que es «un gran admirador de Trump» y los elogios al magnate inmobiliario estadounidense han sido tantos que hasta se ha ganado el mote de «Trump del trópico».
Fue el propio presidente norteamericano, tras el triunfo electoral de Bolsonaro, el que dijo que el brasileño ya era conocido como el «Donald Trump de los trópicos» y que a ninguno de los dos les disgustaba la comparación.
El sitio argentino Infobae, este domingo 17 de marzo refiriéndose al citado encuentro, señaló que el «aventajado alumno» visitará a su maestro.
Por su parte, el diario español El País destacó que en octubre de 2017, en momentos en que Jair aspiraba a la presidencia, dijo: «Trump es un ejemplo para mí. Sé de la distancia que nos separa, pero pretendo aproximarme por el bien de Brasil y de Estados Unidos».
El líder ultraderechista brasileño ha admitido que escogió Washington como el primer destino de una visita oficial desde que asumió el mandato, el 1ro. de enero pasado, para dejar claro el deseo de su Gobierno de acercarse a la mayor economía mundial y de alinearse a las políticas de Trump.
El diario colombiano El Espectador, al resaltar las coincidencias entre ambos, recuerda algunas de las frases de Bolsonaro en sus discursos políticos: «las mujeres deben ganar menos porque se quedan embarazadas»; «los artistas deben ser fusilados»; «las minorías tienen que inclinarse a las mayorías», «los negros no sirven ni para reproducirse», y que «sería incapaz de amar a un hijo homosexual».
Por si fuera poco, añade la publicación, apoya la venta libre de armas, la tortura de delincuentes, pues para él «el mejor delincuente es el delincuente muerto». Y reivindica la dictadura, «cuyo error –dijo– fue el de torturar y no matar».
Según la agencia efe, Bolsonaro considera a Trump como un modelo, con el que se identifica y comparte alineamientos políticos e ideológicos.
En el propio despacho noticioso aparecen las declaraciones de John Bolton, donde anuncia que este martes se reunirán «los líderes de las dos mayores democracias de América». Se refería –no lo podemos olvidar– a dos «democracias» cuyos mandatarios abogan y realizan acciones racistas, fundamentalistas, xenófobas, y que en el caso de Estados Unidos, tiene a su haber las guerras, invasiones, bombardeos, sanciones económicas y otras medidas contempladas en cualquier legislación internacional como «crímenes».
Para efe, algunas de las posiciones que identifican tanto a Trump como a Bolsonaro son su nacionalismo, el derecho a que cada ciudadano porte armas, desprecio a los medios de difusión, contrarios a convenios internacionales, de tal manera que rompen con los acuerdos sobre cambio climático y otros; aliados de Israel y defensores de Jerusalén como capital de ese país.
Este martes, en la Casa Blanca, Jair Bolsonaro tendrá la oportunidad de pararse frente al espejo… y constatar cuánta coincidencia existe entre él y ese similar, con mayor poder, con el que se va a reunir para hablar, fundamentalmente, de cómo ampliar las presiones contra Venezuela para que la Revolución Bolivariana sea derrotada.