El exasesor de Trump coopera con la extrema derecha para conspirar contra el Papa Francisco.
Esta semana, los ultraderechistas italianos de Forza Nuova, se acercaron a la plaza de San Pedro del Vaticano, cuando el Papa rezaba el Angelus, llevando una enorme pancarta. «Bergoglio como Badoglio, basta inmigración”, decía. Pietro Badoglio fue el mariscal que, gracias a un golpe de Estado, sustituyó a Benito Mussolini, por lo que los neofascistas le acusan de traición. Es la primera vez que se produce en Roma una semejante contestación contra el Pontífice.
«Hoy le ha tocado a Jorge Bergoglio, luego será el turno de los medios de comunicación, los magistrados militantes y los políticos vendidos a Bruselas», escribió Forza Nuova en su cuenta de Facebook, a la que sumaron cientos de comentarios e insultos contra Francisco. «No es un verdadero Papa», decían en resumen.
Pocas horas después del Angelus papal, Facebook Italia cerraba 23 páginas, con 2,4 millones de seguidores, por difundir notícias falsas sobre inmigrantes, mensajes antisemitas y elecciones europeas. La mitad de las páginas apoyaban a la Liga y a los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5S), según ha comunicado la red social. Los servicios secretos de Roma han detectado también, de acuerdo con un informe del Parlamento, que a medida que se acercan los comicios europeos ha aumentado el tráfico en las redes sociales, procedente del Este de Europa, como sucedió en los comicios estadounidenses.
The Movement
Hay un hilo visible, que las crónicas italianas relatan día tras día y que une a Forza Nuova, el ministro del Interior, Matteo Salvini y altas jerarquías de la Iglesia católica con la extrema derecha republicana de EEUU y a Steve Bannon, el exgurú de la campaña electoral de Donald Trump. Actualmente está afincado en Europa para orientar política y económicamente a las formaciones populistas, primacistas, soberanistas y antieuropeas, a través de lo que ha llamado The Movement. Tras las elecciones del 2018 que dieron la victória al Liga y M5S, Bannon ya dijo que «Roma es el centro de la política mundial». Pero no se quedó ahí.
En Roma, Bannon se ha entrevistado con Salvini y emisarios de los antisistema M5S. La única foto publicada del encuentro les mostraba a todos de pie en el pasillo de un palacete en la penumbra, pareciendo retratar una reunión de carboneros. En Trisulti, en la región romana, el exgurú ha tomado posesión de una abadía cirtercense y después cartuja, reducida a monumento nacional por falta de monjes, para transmitir «el pensamiento de Bannon a las próximas generaciones«, según dijo su lugarteniente en Italia, Benjamin Harnwell. Es decir, una escuela-universidad de 350 plazas para futuros ultranacionalistas europeos. Se la adjudicó la fundación Dignitatis Humanae Institute (DHI) por 100.000 euros anuales y durante 19 años. Dinero que, según Harwell, procede de las varias fundaciones y asociaciones vinculadas a Bannon.
El cardenal Raymond Leo Burke es presidente de almenos una de ellas, alejado de su puesto por el papa Francisco. Junto con los cardenales Carlo Caffarra, Walter Brandmüller y Joachim Meisner, Burke firmó lo que se conoce como una serie de «dudas» sobre posicionamientos del Papa respecto a la moral católica que expuso en la encíclica Laudato si’, la más novedosa y global de Francisco. Los cuatro religiosos constituyen la oposición más intensa contra Bergoglio.
Burke es, además, un mentor del Tea Party, la extrema derecha estadounidense, vinculada a su vez a multinacionales de la energía y asociaciones antiinmigrantes, citados por Francisco cuando critica «la economía de las sobras» o los desheredados de la tierra. Para Burke existe una Iglesia y una antiiglesia, esta última representada por el Papa actual, al que los cuatro cardenales y sus emisarios acusan de ser «herético» y piden explícitamente su «dimisión».
Monasterios, en el origen
Idéntica acusación y petición a la que a principios de este mes escribieron numerosos profesores universitarios y teólogos en una carta publicada en distintos idiomas en varios portales católicos tradicionalistas. Los mismos que el pasado agosto también habían publicado la petición al Papa para que dimitiera, escrita por el exnuncio de la Santa Sede en Washington, Carlo María Viganò, buen amigo de Burke.
«No les leo», respondió Bergoglio al preguntarle sobre la iniciativa. Sin embargo, fuentes internas de la cúpula vaticana dan por hecho que ese conjunto de críticas y peticiones «proceden del mismo álveo conservador estadounidense de Bannon», que considera a Francisco como un problema para sus políticas sociales y económicas.
Mientras, en otra cartuja lejana, a 800 km de la de Trisulti, está surgiendo la primera respuesta a la escuela-universidad de Bannon. Se encuentra en la localidad de Avigliana, en plenos Alpes. Inspirándose en la encíclica Laudato si’, alumos procedentes de toda Europa estudian la complejidad del mundo contemporáneo. Parece lo que sucedió mil años atrás, cuando la Europa del futuro también empezó a construirse en los monasterios.
La rebelión de las sábanas
Todo empezó en Salerno y Bembrate, al sur y al norte de la península itálica. El pasado jueves se repitió en Campobasso, en la región de Molise, en la Italia meridional. Cuando el ministro del Interior, Matteo Salvini, llegó para un mítin electoral, de 200 balcones colgaban sábanas pintadas con proclamas como «Esta Liga es una vergüenza», «Permanezcamos humanos». El viernes la escena se reprodujo en Nápoles y este domingo sucederá en Milán con la acogida de Salvini para un mitín electoral con la presencia de varios cientos de sábanas colgadas. «Cuarenta y nueve millones de balcones», ha escrito la CGIL, primer sindicato del país, en referencia a los 49 millones de euros que el Supremo reclama a la Liga por ser dinero público usado para su financiación de manera irregular. En el acto debían estar Marine Le Pen y Viktor Orban, pero han causado baja.
En más de un año en el Gobierno italiano, Salvini, también vicepresidente del Ejecutivo, habría estado solo 17 jornadas completas en Interior, según ha contabilizado el diario La Repubblica, priorizando su presencia en los 211 mítines y actos electorales y eventos oficiales en los que se vuelca. El Tribunal de Cuentas de la región de Lazio (Roma) está analizando si ha cometido algún delito, toda vez que se desplaza a dichos actos a bordo de un bimotor estatal de siete plazas, que en el mercado privado cuesta entre 4.000 y 5.000 euros por hora.
Al principio, unos diligentes funcionarios alertaron a los bomberos para que descolgasen las sábanas, pero ahora ya no dan abasto. «Ofrezco un café al que escriba la pancarta más irónica», ha bromeado el ministro, rechazando que haya ordenado la retirada de sábanas. «¡Salvini, quita también estas!», le han desafiado con una sábana colocada en el balcón…de un quinto piso.