Luego del terremoto magnitud 6.8 que sacudió El Salvador, la madrugada de hoy ( 30 de mayo 2019) y con las respectivas advertencia de tsunami y constantes réplicas, no queda duda que seguimos siendo vulnerables y de alto riesgo.
El epicentro del seísmo, según fuentes oficiales, fue localizado frente a la costa de La Libertad. Ocurrió a las 3:06 a.m. originándose a 66 kilómetros de la playa Mizata, frente a la costa del departamento de La Libertad. A una profundidad de 48 kilómetros.
Este nuevo evento sismológico nos coloca ante una vulnerabilidad y esta realidad nos provoca una enorme cantidad de preguntas. ¿Hasta qué niveles se pueden disminuir los efectos de terremotos? Recientemente en países asiáticos como Taiwan, Indonesia, Japón y otros, han sido sacudidos por seísmos devastadores, sin embargo los efectos respecto a destrucción y víctimas es mínimo. ¿Está El Salvador a ese nivel? Cuáles son los requisitos para la construcción, que calidad de hierro se exige. ¿La realidad social de pobreza en muchas zonas aumenta la vulnerabilidad? ¿Las construcciones de viviendas alcanzas los parámetros mínimos requeridos? Hay muchas pregutnas que rondan el ambiente, lo seguro es que seguimos siendo vulnerables. A continuación un extracto de la historia de los estudios simológicos en El Salvado.
Los primeros estudios sismológicos
Desde la fundación de La Villa de San Salvador en 1524 era muy común encontrar relatos e historias sobre diferentes terremotos y erupciones volcánicas que sucedieron una tras otra vez y narrada por diferentes personas que lo experimentaron a lo largo del tiempo. siempre estas historias estaban relacionadas con hechos divinos o mitos y leyendas que explicaban el fenómeno.
Sin embargo las primeras observaciones sismológicas ya como parte de la ciencia comenzaron a finales del siglo XIX en una pequeña oficina de extensión Geofísica en el Instituto Nacional dirigido por el Dr. Darío Gonzales en la capital San Salvador.
Por orden del Ministro de Instrucción Pública Dr. Hermógenes Alvarado se fundó el «Observatorio Astrológico y Meteorológico» por medio de un decreto Oficial con fecha 25 de octubre de 1890.
En 1905 tomó la dirección del Observatorio el Dr. Santiago I. Barberena hasta el año de 1917.
El 6 de septiembre de 1915, el territorio es sacudido por un sismo que destruye la población de Juayúa en Sonsonate y causó daños considerables en muchas otras poblaciones. Los sismógrafos del Observatorio no se encontraban en uso por lo que dificultó obtener información más precisa del temblor.
Entre junio y noviembre del año 1917 el Volcán de San Salvador entró en un periodo eruptivo muy intenso con un terremoto inicial que afectó a las poblaciones cercanas como San Salvador, Quezaltepeque, Nejapa, Apopa y Armenia en Sonsonate entre otras.
El día 17 de septiembre de 1959, a las 15.24 se produjo el más fuerte sismo en los últimos cuatro años en esa época y fue el primer sismo mejor registrado y documentado en la historia de la sismología en El Salvador. Pues se obtuvieron registros con los instrumentos de las dos estaciones: San Salvador (SSS) y Santiago de María (SDM), además se contó con la colaboración de las oficinas del Telégrafo quienes enviaron alrededor de 70 reportes de observaciones del fenómeno; con esta información se dibujó por primera vez un «mapa de isosistas» en donde se mostraba los diferentes grados de sensibilidad del sismo en el territorio nacional.
En el mes de marzo de 1961 se terminó la construcción e instalación de una nueva estación sismológica en el occidente del país. La estación se instaló primeramente en el interior del cuartel de Infantería de Ahuachapán, para su instalación se contó con la colaboración de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL)
El 3 de mayo de 1965 nuevamente San Salvador es sacudido por un violento terremoto que destruyó gran parte de la ciudad y causó gran cantidad de muertos y heridos; con respecto a los instrumentos sismológicos se tuvo que lamentar la destrucción de los instalados en la estación San Salvador (por la cercanía al epicentro) y por ser sus piezas mecánicas y de gran tamaño; razón por la que en el sismograma solo aparece el inicio del terremoto.
A partir de 1965 se marcaría un nuevo rumbo en la historia de las investigaciones sismológicas en El Salvador pues se puso de manifiesto la fragilidad de los instrumentos ante movimientos fuertes y la tardanza para reunir información sísmica en las oficinas centrales proveniente de las estaciones del interior del país por diferentes motivos como por ejemplo accesos obstruidos por deslizamientos de tierra, falta de suministros en las estaciones, etc. Fue sobre la base de lo anterior por lo que se pensó en modernizar la red y ampliar la cantidad de estaciones.
A esto se le agregó un año más tarde la erupción del Volcán de Izalco y la urgente necesidad de instalar equipo portátil para monitorear los numerosos sismos sentidos por la población cercana al volcán.
Desde 1967 hasta 1971 se trabajó en la elaboración de un Mapa Geológico de la República de El Salvador; esto gracias a la colaboración de la Misión Geológica Alemana que estuvo en el país y al personal del CIG.
A finales de 1975 se hizo el primer estudio para instalar una Red telesísmica automática que cubriera todo el territorio salvadoreño y que enviara la información hasta las oficinas centrales.
Es hasta octubre de 1983 cuando se realizan pruebas nuevamente desde sitios diferentes y se pudieron instalar únicamente seis estaciones de una componente.
A finales de 1984 se aumentó el número de estaciones instaladas hasta completar un número de doce.
El 10 de octubre de 1986 San Salvador es sacudido otra vez por un terremoto con epicentro local que produjo enormes pérdidas humanas y materiales; esta vez los equipos sismológicos sufrieron daños parcialmente pues el registro en papel termosensible se pudo obtener, aunque de difícil interpretación por la magnitud del evento, el equipo mecánico de la estación San Salvador solo sufrió pequeños daños, el único equipo que quedó totalmente dañado fue el registrador de película fotográfica pues los químicos para el revelado se mezclaron entre ellos y la película se echó a perder de toda la información recibida de las estaciones automáticas.
Durante 1993 se consideró a El Salvador como el país con la mayor cantidad de estaciones sismológicas en funcionamiento continuo a nivel centroamericano con un total de veinte estaciones telemétricas automáticas con registro totalmente digital, seis señales acelerométricas digitales continuas, cuatro estaciones «de registro en el lugar» (una de ellas considerada como la No. 95 de la Red Mundial de Estaciones Sismológicas Estandarizadas), cincuenta estaciones acelerográficas de registro en película fotográfica del tipo SMA-1 instaladas en las principales ciudades del país.
Para el mes de enero de 2001 un panorama incierto se dibujaba pues diez de los doce empleados del Departamento de Investigaciones Sismológicas se habían acogido al decreto Ejecutivo de retiro voluntario para los empleados del Ministerio de Obras Públicas que pretendía reducir el personal de esa cartera de estado.
Para el terremoto del 13 de enero de 2001 la red sismológica de El Salvador solo contaba con seis estaciones automáticas para el registro de sismicidad local y un acelerómetro digital para registrar movimientos fuertes, esta fue la razón principal por la que los datos brindados por el Centro de Investigaciones Geotécnicas variaron mucho con respecto a los datos reportados por otras agencias internacionales. Sin embargo, a pesar del reducido equipo con el que se contaba, se logró registrar casi el cien por ciento de las réplicas que siguieron al sismo principal.
Nace el Servicio Nacional de Estudios Territoriales SNET
En octubre de 2001 por decreto legislativo se crea el SERVICIO NACIONAL DE ESTUDIOS TERRITORIALES (SNET) como una institución científica adscrita al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales MARN absorbiendo al Departamento de Investigaciones Sismológicas y el Departamento de Investigaciones Geológicas del Centro de Investigaciones Geotécnicas del Ministerio de Obras Públicas y al Servicio Meteorológico Nacional de la Dirección Nacional de Recursos Naturales Renovables DGRNR del Ministerio de Agricultura y Ganadería MAG.
El SNET vuelve a fusionar nuevamente el Servicio Meteorológico con el Servicio Geológico después de 46 años y se convierte en una institución técnico-científica en el campo de las investigaciones Geológicas, Hidrológicas, Meteorológicas y la Gestión del Riesgo en la República de El Salvador.