Mauricio Mejía
El refinanciamiento de préstamos que tanto utilizan los bancos con sus usuarios para proveerles de ingresos de forma personal, es la receta que se debe aplicar para lograr que el Estado de El Salvador, actualice su deuda y disponga de fondos para completar los ingresos propios y alcance un funcionamiento equilibrado entre los ingresos y egresos del presupuesto nacional.
Para lograr ese equilibrio en el presupuesto del 2018, estimado en cinco mil quinientos veinte millones de dólares, es necesario que se apruebe un financiamiento externo con un préstamo calculado en 554 millones de dólares, el cual sólo podrá ser menor, si se sacrifican algunos programas previstos en dicho presupuesto.
Es claro que los programas sociales como los paquetes escolares, los uniformes, los zapatos, el vaso de leche, la dotación de computadoras a las escuelas, los subsidios al agua, la energía eléctrica, al gas, al transporte público y programas de salud y de beneficio a los adultos mayores, no deberán ser afectados, deben mantenerse a pesar de que ARENA les llame despilfarro, a los programas sociales de beneficio popular.
Tampoco se debe aceptar la reducción de empleados públicos, a los cuales ARENA, despectivamente les llama la grasa del Estado; debe protegerse el desarrollo del personal de seguridad tanto en la PNC como el que destaca la Fuerza Armada, para ésta tarea; asimismo, proteger el crecimiento de personal de salud y de maestros, ámbitos en los que los dos gobiernos del FMLN han centrado la contratación de nuevo personal por ser estratégicos para el país.
Un factor importante para aumentar los ingresos del Estado es el impulso de medidas como la aprobación del delito fiscal, que se publique la nómina de los evasores; que se ponga en práctica el cobro coactivo y se exija la declaración patrimonial, permitiría erradicar o reducir la evasión, elusión y la apropiación de impuestos y de esta forma hacer llegar al Estado entre 1500 y 2000 millones de dólares que por ahora se quedan entre los malos empresarios evasores. Esto es vital que se incluya en el pacto fiscal.
De seguro que muchos elementos más deberán ser considerados; sin embargo lo fundamental es que las finanzas públicas dejen de estar secuestradas por la polarización política y se comiencen a construir unas finanzas públicas estables y confiables.