La entidad responsable de aumentar el salario mínimo es el Consejo Nacional del Salario Mínimo, instancia que depende del Ministerio de Trabajo y Previsión Social –MTPS- y que está compuesta por 7 personas: 3 representantes del gobierno, 2 representantes de las personas trabajadoras y 2 del sector empleador, todos con sus respectivos suplentes.
En 2017 los salarios mínimos aumentaron entre 19% y 142%, según la rama de actividad económica. Los criterios para hacer el aumento fueron el costo de la vida y el posible impacto en la inversión, el empleo, la productividad laboral la competitividad de las empresas, la inflación, la redistribución del ingreso y la reactivación económica. El costo de la vida es igual a una canasta básica ampliada, que la Dirección General de Estadísticas y Censos calcula a partir de 21 productos en el área urbana y 16 en el área rural, más el costo de la vivienda, los vestuarios y los servicios básico.
Es importante destacar que a partir de este 2018 están en vigencia los Decretos Ejecutivos que regulan las tarifas de los salarios mínimos para la clase trabajadora a domicilio, la referencia específicamente para los Decretos N° 5, 6, 7 y 8 que contienen el estipulado por rubro, el pago de las personas trabajadoras a domicilio, este aparecerá publicado en el Diario Oficial N° 240, Tomo 417, con fecha veintidós de diciembre del año 2017.
La fijación y el desarrollo de la temática se incrementó en el Consejo Nacional de Salario Mínimo tras una reunión solicitada por el Sindicato de las Trabajadoras de Bordado a Domicilio de El Salvador (SITRABORDO), el Consejo definió esta reunión para acatar el fallo de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), para fijar un salario mínimo para las personas trabajadoras a domicilio.
El aumento salarial fue rechazado por la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), que vaticinó que el mismo provocaría un alza generalizada de precios, una caída de la inversión privada y un aumento del desempleo. Pasado un año, se puede constatar que el gobierno y la representación sindical en el CNSM tenía razón sobre los impactos esperados y que la ANEP se equivocó.
Entre diciembre de 2016 y noviembre de 2017, el costo de la vida disminuyó -3.12 dólares en el área rural y aumentó 10.38 dólares en el área urbana, un valor muy inferior al del ajuste salarial. Además, la inflación acumulada en 2017 fue de apenas 2.04%, según datos del Banco Central de Reserva.
Se informó que, con respecto al Consumo interno, el mismo aumentó, pues 2017 el BCR estimó un crecimiento de la masa salarial de 461 millones de dólares (4.5%). El poder adquisitivo aumentó 4.1% hasta septiembre, el ajuste del salario mínimo contribuyó a que aumentara en 4.5% el salario nominal (en dinero) en el sector formal de la economía, entre enero y agosto de 2017.
Es importante señalar que entre enero y noviembre de 2017 las empresas anunciaron una inversión de 1,724 millones de dólares. La mayor inversión se concentró en los sectores donde se pagan los mejores salarios mínimos: comunicaciones, electricidad, construcción, sistema financiero y comercio. La inversión extranjera aumentó 5% y el crédito a las empresas aumentó 6.5% hasta noviembre.
El Producto Interno Bruto (PIB) aumentó 2.4%. La mayor expansión se registra en el sector agropecuario y en algunos servicios, PROCAÑA aseguró que la cosecha de caña creció entre 15% y 20%.; y el MAG estimó un aumento de 8.3% en la producción de café y de 25.5% en la producción de granos básicos. También aumentaron las exportaciones, en 6.11% entre enero y noviembre de 2017. Las de Café crecieron 9.37%, las de azúcar 50.31%, las que se venden en Centroamérica 4.8% y las de fuera de Centroamérica 10.18%.
El empleo, aumentó en 3,501 plazas hasta el mes de septiembre 2017, con respecto a septiembre de 2016. Posiblemente creció más debido a la reactivación del agro.
Concluyendo que: El ajuste salarial redujo la brecha entre salarios mínimos y costo de la vida; El aumento salarial no disparó los precios, pues la inflación fue muy baja. El valor de la canasta básica rural disminuyó y el de la urbana aumentó poco; Al mejorar el poder adquisitivo de los salarios, crecieron el consumo, los beneficios de las empresas, la inversión privada, el PIB y el empleo privado; El aumento salarial no afectó la competitividad de las empresas, pues también mejoró la productividad laboral. Las exportaciones crecieron 6.1%.