René Rodríguez Mina*
En Austria, uno de los países más pequeños de la Unión Europea y cuatro veces más grande que El Salvador; a más de 10 mil kilómetros de distancia de San Salvador, un grupo reducido de salvadoreños conmemoraron la muerte del ahora Beato Oscar Arnulfo Romero.
La embajadora de El Salvador, en Viena, Austria, Rosella Badía, envió invitación para asistir a una misa en la Parroquia Católica Santa María, a cargo del padre andaluz, Jesús David Jaen.
Un sacerdote joven que nos trajo a cuenta cómo en España el asesinato de Monseñor Romero, fue una noticia de primer orden hace 38 anos. Habían transcurridos solo 5 años después de la salida del franquismo y eran noticias desgarradoras para los católicos españoles. Cuando él apenas tenía 5 años de edad.
Empleados de la Embajada y de entre los presentes, participaron de la misa con lecturas bíblicas y algunos cantos alegóricos.
Fue la Embajadora, Rosella Badía quien ofreció una lectura de la vida de Monseñor Romero, bastante emotivo y lleno de afecto histórico sobre la humanidad y obra que le caracterizó al ahora Beato y muy pronto San Romero de América.
En Austria, la comunidad de salvadoreños es muy pequeña, no pasa de 60 y en Viena aproximadamente 25. Aun así, los asistentes, un grupo representativo de salvadoreños acompañados de las respectivas parejas e hijos.
Al final de la misa, se departió y disfrutó de un ÀGAPE, que la Embajada ofreció para los presentes: Pupusas acompañadas del típico repollo curtido, jugos, agua, café salvadoreño y un par de postres que nos permitieron permanecer juntos por un par de horas.
La contribución, legado y compromiso pastoral a favor de los más necesitados, se ha visto reconocido por el Papa Francisco, quien el pasado 7 de marzo de 2018, aprobó el decreto que hará posible la canonización de Óscar Arnulfo Romero y Galdámez.
*Corresponsal de El Independiente en Viena, Austria