Para muchos salvadoreños resulta chocante ver a los representantes de dos de las familias más acaudaladas del país posando con impostado paternalismo, haciéndose pasar por gente humilde y de pueblo.
Arena echó a andar su engrasada maquinaria publicitaria, pese a violar el artículo 175 del Código Electoral, que prohibe a los partidos políticos y coaliciones hacer propaganda antes de los plazos constitucionales.
Por lo pronto, el Tribunal prohibió la transmisión televisiva de nuevos debates entre Simán, Callejas y el otro pre-candidato, Gustavo López, así como la eliminación de los spots y material electoral.
La medida cautelar atañe a todos los canales salvadoreños de televisión, empresas publicitarias, de radio y comunicación, y les exige informar si algún aspirante a la presidencia pauta la difusión de spots o notas.
Según las leyes los partidos que hagan campaña presidencial adelantada corren el riesgo de sufrir recortes a la financiación asignada en concepto de deuda política, así como multas económicas.
Sin embargo, el ‘pisto’ (dinero) nunca ha sido un problema para Arena, que ya ha pagado multas irrisorias y mantiene la promoción de sus candidatos mucho antes de lo estipulado por ley.
Por ley, la campaña para elegir al presidente y al vicepresidente de la República comienza cuatro meses antes de los comicios, o sea, en octubre del 2018. (PL)