El uno de mayo de 1886, en Los Estados Unidos de América, comenzó una huelga general en apoyo a la vigencia plena de la jornada laboral en 8 horas, que regulaba la Ley Ingersoll promulgada en 1868 por el entonces presidente Andrew Johnson; pero que no era acatada por todos los empresarios, ya que en muchos Estados se mantenían extensas jornadas de hasta 18 horas diarias de trabajo.
La huelga con manifestaciones de calle fue apoyada por miles de trabajadores, extendiéndose por varios días. El 4 de mayo de ese año, 1886, una multitudinaria concentración en la Plaza de Haymarket, en Chicago fue reprimida por la policía estadounidense, luego que una explosión provocara la muerte de uno de sus efectivos. Durante la represión policial un número indeterminado de obreros fueron heridos, muertos o desaparecidos y 31 capturados, de los cuales ocho fueron acusados del incidente y juzgados sin pruebas, tres de ellos condenados a penas de prisión y los otros cinco; tres periodistas, un tipógrafo y un carpintero a ser ejecutados en la horca, hecho consumado el 11 de noviembre de 1887.
Desde entonces a estos obreros luchadores y defensores de los derechos laborales se les conoce como los mártires de Chicago y en homenaje a ellos en 1889, el Congreso Obrero Socialista de la II Internacional señaló el 1 de mayo como Día del Trabajador, conmemorado a lo largo y ancho del planeta, excepto en EE.UU. y en Canadá que para desvincularlo del movimiento socialista lo celebran el primer lunes del mes de septiembre; no obstante miles de trabajadores en los 50 Estados, realizan actos de homenaje.
Los trabajadores salvadoreños tienen una alta tradición manifestándose en las calles en demanda de sus reivindicaciones laborales y en la lucha por el establecimiento de una sociedad democrática con equidad económica y justicia social, alcanzando importantes conquistas en materia de participación política, sindicalización, libertad de expresión y la mejora del salario mínimo, que aún deben ser profundizado para una mejor equidad económica.
Este uno de mayo particularmente tomaron posesión los nuevos concejos municipales y la nueva legislatura para el período 2018/2021, que traerá para la clase trabajadora los desafíos propios que ocasiona el cambio de autoridades y de correlaciones políticas que podrían afectar derechos adquiridos que deben defenderse sin vacilación, manteniéndose siempre en pie de lucha.