Después de los resultados electorales del 4 de marzo/2018, la representación sindical se ha visto cuestionada por los intereses oligárquicos que pretenden asignar culpa por la falta de diálogo social y al funcionamiento cabal de determinados espacios tripartitos, por la razón que el Gobierno no ha dado cabida a aquel sindicalismo ligado a los intereses patronales, que durante largos años había mantenido una corresponsabilidad con la clase empresarial en detrimento de un desarrollo humano y condiciones económicas y socio-laborales justas y progresistas.
La representatividad sindical en los diferentes espacios de diálogo social, ha estado cooptada por el sindicalismo corrupto que se había mantenido hasta el 2016, favorecido en sus intereses personales, que mantuvieron ahogados y en clara opacidad por largo tiempo, los intereses más representativos de los sectores laborales en diferentes actividades económicas.
Es a partir de estos cuestionamientos que los espacios han perdido fuerza y credibilidad en su funcionamiento con transparencia, la sociedad en general reclama que la representatividad sindical en dichos espacios no ha cumplido un rol efectivo y de representación cabal, en tanto que los resultados no son en un favorecimiento efectivo para toda la clase trabajadora.
Con el ámbito negativo, dada una correlación no favorable para la representación sindical que busca defender sus derechos laborales y colectivos; luego de la toma de posesión de diputados y concejos municipales desde el uno de mayo pasado, los espacios tripartitos tienen una presión para que dispongan de un diálogo social efectivo, con agenda tripartita de consenso; y en un ánimo de trabajo con apertura democrática y, para resolver la situación de atraso que existe en la lógica laboral, privada de desarrollo, dado que se ve mermada por una economía neoliberal, donde impera el mercado y no el derecho humano al trabajo, la seguridad social y las libertades sindicales.
Los empresarios de la ANEP, se han encargado de debilitar la posición gubernamental (junio2009-a la fecha) alegando que no favorece el diálogo, por cuanto alegan mantiene a propósito un control administrativo en pro y en contra de la representación sindical, que a su parecer violenta el convenio 87, en cuanto a disponer de cierta injerencia, anulando la autonomía e independencia para elegir representantes tanto empleadores como sindicales.
La representación sindical es un criterio de valoración de la capacidad de una organización sindical para representar los intereses gremiales, que surgen cuando en los sistemas en que existe libertad sindical, es necesario determinar cuál es la representación más calificada de la profesión, para efectos de la representación de ésta en diferentes campos tales como: Integración de órganos de la OIT; participación institucional; consultas de los gobiernos e instancias de diálogo. Así como la titularidad de la negociación colectiva. De conformidad al C144, el diálogo entre el Gobierno y los dos «interlocutores sociales» deber estar claramente identificada la promoción de los consensos y la participación democrática de los actores clave del mundo del trabajo, es por eso de tanta importancia que en el tripartismo debe existir diálogo con toda la información pertinente para derivar en un consenso, sin embargo la experiencia recoge que en dichos espacios el consenso en la toma de decisiones, ha servido para que sectores empleadores veten el funcionamiento del espacio tripartito, y es el caso de mantener desde julio pasado la posibilidad de una anulación efectiva del Consejo Superior del Trabajo, el cual se habían realizado gestiones de gobierno, con los sectores sindicales y sacarlo de la acefalía que viene arrastrando desde feb2013.
La normativa convencional de la OIT, que encauza las consultas efectivas y significativas, con las organizaciones representativas, garantizando una representación de forma equitativa, y se trata de una decisión final que compete al gobierno. Niveles de diálogo en estos espacios requieren de un tripartismo que rebasa el ámbito de la empresa; implicando a los empleadores y trabajadores organizados y puede tener lugar en los planos: nacional, sectorial y regional, en tanto que ninguno de las partes pudientes—empresarios y gobierno—se pueden arrogar que la representación sindical es de menor peso y no se requiere su concurso para la toma de decisiones económicas, sociales, jurídicas y medio ambientales, dentro de un diálogo social transparente y en igualdad de condiciones.
Es por tanto importante que luego de un panorama negativo de diálogo social—2013 a la fecha— se reactiven claramente y en equidad de trabajo, los espacios tripartitos, sobre todo aquellos que su participación requiere de decisiones de concertación económico y social, de políticas públicas, y de legislaciones que necesitan sustancialmente crearse y mejorarse para una diferente dinámica que lleva a decisiones claras y efectivas de consenso para beneficio de la sociedad y no de un empresario o sector en particular.
*Sindicalista salvadoreño.