René Mauricio Mejía.
En diciembre del 2014, el programa de rehabilitación de privados de libertad iniciado en el 2011 en el penal de Apanteos, Santa Ana, con el nombre “el que sabe le enseña al que no sabe” se transformó en el modelo de rehabilitación Yo Cambio, desarrollado actualmente en los centros penitenciarios de Izalco, Sonsonate, San Vicente, Sensuntepeque, Metapán, Quezaltepeque, La Unión, Jucuapa, La Esperanza, en Mariona, el centro de Readaptación de Mujeres de Ilopango y la Penitenciaría Occidental, por supuesto también en Apanteos.
El programa erradica el ocio carcelario y otorga a los privados de libertad en fase de confianza o de baja peligrosidad la oportunidad de obtener herramientas y conocimientos que faciliten su reinserción a la sociedad a la cual le prestan servicios aun antes de recuperar su libertad plena.
Yo Cambio, desarrolla habilidades y competencias entre los internos participantes, quienes logran terminar estudios de bachillerato, perfeccionar un oficio para calificarse como obrero, artesano o artista en tanto además de talleres productivos, Yo Cambio, crea espacios para músicos, creativos escultores, compositores y cantantes, quienes integran excelentes grupos musicales entre mariachis, orquestas, grupos de cuerda y conjuntos de rock.
El programa perfecciona las destrezas de los internos, les descubre y desarrolla otros intereses incorporándolos a trabajo comunitario para la reparación de escuelas, calles, centros deportivos, limpieza de tuberías, participación en actos culturales y ferias de productos que elaboran en los talleres penitenciarios, actividades que generan un cambio en la conducta de los privados de libertad y nuevas perspectiva de vida.
Yo Cambio es un modelo de rehabilitación participativo que toma los conocimientos y habilidades que ya tienen los privados de libertad, lasperfecciona hasta donde es posible de tal forma que los mejor preparados sirven de modelo para otros y todos juntos con el gobierno trabajan para construir un sistema penitenciario, que tienda a erradicar el hacinamiento y se convierta en una real oportunidad de resocialización y reinserción social.