II Parte: ¡Juventud, familia y estado: realidades! *

Dr. Carlos A. Escalante

Podemos seguir exponiendo más elementos psicodinámicos que explican los comportamientos desajustados de algunos jóvenes, pero en estas reflexiones que hacemos en esta ocasión el objetico es otro.

Buscamos que entendidos o no en la materia, hagan consciencia de que el fenómeno de la violencia y la criminalidad en los jóvenes es aún más complejo de lo que se cree, y se corre el riesgo de que al analizarlo solo desde el punto de vista jurídico, resulte que los jóvenes vengan a ser los chivos expiatorios de la criminalidad en otros grupos etarios humanos.

No hay duda de que a través de la historia se ha visto que, si alguien comete un delito, tiene que ser castigado, pero cualquiera que sea su edad tiene el derecho de recibir apoyo, ayuda según sus necesidades, incluyendo desde luego las psicológicas para su rehabilitación.

Sabemos los psiquiatras que tratar la sociópatia, resulta un tanto frustrante por no contar con la capacidad de arrepentirse ni de enmendarse en los individuos, pero mis maestros decían, “neuroticemoslos” y ya con “angustia” y algún sentimiento de culpa y arrepentimiento podremos influir en ellos, para modificar sus patrones de conducta desadaptados, a la vez que su autoestima sea gratificante a su yo interno y externo.

Finalmente, decididamente nos oponemos a que el adolescente sea considerado independiente de la familia, y si se le quiere ayudar tendrá también que apoyarse al grupo familiar. Por otra parte, mi interés de que los ministerios de Salud y Educación establezcan alianzas en materia de salud mental es porque deben comprometerse a que mientras uno atiende el nacimiento y crecimiento temprano, el otro de manera preventiva detecte oportunamente alteraciones conductuales que puedan evolucionar a patologías; bajo esa relación estrecha, ambos sectores sean complementarios en la perspectiva de cuidar de manera integral la salud y la educación de los individuos en el proceso de crecimiento y desarrollo; y de ser posible en todos los ciclos de vida.

Ya hubo una experiencia piloto en M. de Educación en el rango de “habilidades y destrezas para la vida”, y me correspondió coordinarlo, tuvo el apoyo del Ministro y la complacencia de los beneficiarios; es deseable que continúe, pues las necesidades psicosociales son permanentes y deben atenderse oportunamente en ese gran sector público.

Y finalmente, si a la juventud se le quiere acusar, también hacerlo con la familia, la sociedad y el Estado, pues los tres tienen responsabilidad, y esa condición real, sobre todo en nuestro medio,” es un atenuante a favor de los sectores aludidos.”

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