Francisco Parada Walsh.
Que mi firma en el artículo anterior. Después de vivir momentos de profunda tristeza, confusión, desaliento, frustración, ira y asco al darme cuenta del robo de nuestro dinero por administraciones anteriores es para preguntarme ¿Qué deseo para mí y para mi país?, ¿Quién soy?, ¿Soy un apátrida o soy un patriota? O soy una mezcolanza de ambos.
Hace poco renové mi documento único de identidad no para votar en las próximas elecciones presidenciales sino que su deterioro y vencimiento me doblaron el brazo obligándome a obtener el nuevo documento pero quiero devolverlo pues ese “Salvadoreño por”: Nacimiento no me representa, prefiero vivir en el limbo, vivo entre Honduras y El Salvador de qué y cómo en un desdoblamiento astral desde la altura de mi montaña puedo ver la tragedia que vive El Pinochini de América; hay oficinas para obtener dicho documento pero no hay oficinas para entregarlo, creo que al único lugar que puedo entregarlo es a los pies del Divino Salvador del Mundo y por ahí cerquita tendría que haber una oficina de quejas para reclamarle al Divino Salvador cómo ante sus ojos dos personas naturales y anti naturales se apropien de casi 700 millones de dólares salvadoreños, mis reclamos al Divino Salvador en la oficina de quejas sería algo así:
Apátrida: Querido padre, querido Divino Salvador del mundo, ante ti me postro y te reclamo como a mi padre; Divino Salvador del Mundo: Hijo mío, déjame escuchar tus reclamos, veré que puedo hacer, no me comprometo a nada, que quede claro.
Apátrida: ¿Cómo es posible que siendo el Salvador del Mundo no puedas salvar a este país que lleva tu nombre?; Divino Salvador del Mundo: Hijo mío, ese es el libre albedrío, deberías de leer más la biblia.
Apátrida: Leo y re leo la biblia y no entiendo tanta veneración y adoración y que haya tanto ladrón; Divino Salvador del Mundo: Hijo mío, ese es el libre albedrío; Francisco: Mucho bla bla bla, aquí está mi DUI, no lo quiero y no lo necesito; Divino Salvador del Mundo: Pecador, insolente, el averno será tu destino.
Apátrida: Padre mío, ese es el libre albedrío. Si gano colones americanos y gasto dólares salvadoreños es imperativo multiplicar esos 700 millones por 8.75 siendo lo saqueado más de 6, 125, 000 millones de colones americanos; esto equivale que a cada ciudadano salvadoreño se le ha robado en menos de 15 años un aproximado de 875 mil colones, ¿Cómo voy a sentirme orgulloso de ser salvadoreño?.
Que por dos o mil ladrones no se puede juzgar a un país entero pero fueron electos por usted y por mí y si esa fue, es y será su y mi máxima aspiración de funcionarios que no funcionan las cosas andan mal, muy mal: ¿Será que ir al desfile del 15 de septiembre es ser patriota?: Menuda vergüenza que un docente pierda tiempo valioso en ensayos para una fecha que en realidad no existe y de una independencia de un país cuyo nombre fue copiado.
¿Será que mi pecho se hincha de orgullo cuando escucho el Pájaro picón picón y me emborracho porque vencimos a México?: Eso es patético. Por eso es el título de este artículo que en que me declaro apátrida. Wikipedia define al apátrida como: AQUEL QUE CARECE DE NACIONALIDAD LEGAL. Según la Convención sobre el estatuto de los apátridas de las Naciones Unidas firmada en Nueva York el 28 de septiembre de 1954 un apátrida es definido como: “Cualquier persona a la que ningún Estado considera destinataria de la aplicación de su legislación” (Muchos destinatarios del saqueo Saca-Funes se consideran patriotas y no pueden ser apátridas por que no carecen de nacionalidad legal).
“Poseer la nacionalidad de un Estado que ha desaparecido” (Pareciera que tenemos un Estado pero estamos viviendo y muriendo en un Estado fallido que falló a sus representados. Físicamente no ha desaparecido pero legalmente y jurídicamente no es un Estado capaz de garantizar una cumplida constitución). “Cuando se ha perdido la nacionalidad por decisión gubernamental” (No he perdido la nacionalidad por decisión gubernamental, soy yo el que no siente orgullo alguno de la nacionalidad salvadoreña y es en esa franja de tierra que viviré y moriré). “No pertenecer a minoría étnica o de otra índole” (Es esa minoría étnica que desde nuestra conquista tomaron todo lo que brilla o es finito al ojo humano).
“No ha nacido en territorios disputados” (No nací en territorios disputados pero actualmente se nace, se vive y se muere en territorios disputados por pandillas y partidos políticos). El término puede hacer también referencia a quien reniega voluntariamente de su nacionalidad, evento llamado Apatria.
¿Deseo renunciar a mi nacionalidad y buscar otro país que me dé su nacionalidad?: No, no quiero otra nacionalidad, sencillamente haré un acto simbólico y entregaré mi D.U.I. al Divino Salvador del Mundo y volveré a esa franja donde viven los olvidados, aquellos que tienen D.U.I. y cédula de identidad hondureña, aquellos que no saben dónde pasar consulta pero sí saben que en ambos países se les maltrata, a esos pertenezco porque decir que soy patriota cuyo significado dice: “Persona que ama profundamente la patria propia y trabaja y se arriesga por ella.
Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien” es para preguntarse si: ¿Asistir al desfile del 15 de septiembre es ser patriota?; ¿Cantar el pájaro picón picón es ser patriota?; ¿Gastarme el salario en guaro es ser patriota?; ¿Echarle el carro al peatón es ser patriota?: Es la de no terminar. Dudo que esas personas que han robado amen a El Salvador de qué y es que cuando yo tomo algo que no es mío me convierto en ladrón y a la vez en asesino porque cuando una adolescente de 13 años es mordida por una serpiente y es referida al Hospital Rosales no hay suero anti ofídico que cuesta 5 dólares salvadoreños es para sentir vergüenza y ese ladrón-asesino-patriota anda suelto, visten elegantemente, comen finos guisos, visitan iglesias pero realmente no son patriotas ni apátridas.
¿Por qué me declaro el patriota –apátrida?: No considero que por escribir merezca dones y galardones, ni fama y menos fortuna, escribo desde la trinchera más vulnerable o más fuerte que puede haber como es mi alma; no hay egos que me protejan ni reconocimientos que embriaguen, hay pasión, mucha pasión. Pocas veces me gusta hablar de mi persona pero vale la pena contar una experiencia personal para aclarar que fui patriota: “Increpar a un ex –vicepresidente por 7 minutos frente a 300 personas para que lo sufrido por mi persona no le sucediera a otra persona”, eso me trajo pobreza, desempleo, persecución, amenazas de todo tipo y no logré nada, nada, nada. Todo sigue peor sin embargo mi corazón palpita sopa de pollo calientita cuando recuerdo que no me amilané por nada y creí, creí en un país mejor. Una vez que ajotaron el mal mi vida fue una pesadilla por eso escribo que fui patriota y ahora soy un patriota-apátrida que vive y muere a orillas del río Sumpul.