La víspera, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estimó que el promedio internacional del Producto Interno Bruto (PIB) crecerá en 3, 7 por ciento este año y el próximo, una y dos décimas menos respectivamente de lo estimado a inicios de año por esa entidad.
Para la Eurozona, por ejemplo, la guerra tarifaria implicará un crecimiento estimado en dos por ciento, lo que representa una disminución de dos décimas frente a los vaticinios realizados antes por la OCDE.
En el caso del conjunto de los países que integran el G20 se prevé una ralentización, al considerar un registro de 3,9 por ciento en 2018 en relación a los cuatro puntos porcentuales calculados previamente.
Irónicamente, para los países protagonistas de la guerra comercial, los pronósticos de crecimiento en 2018 se mantienen inalterables con 2,9 por ciento para Estados Unidos y 6,7 puntos porcentuales para China.
Para la OCDE, que esperaba que durante este año se consolidaran los ritmos de crecimiento e incluso se pudiera alcanzar una media del 4 por ciento a nivel global, la guerra comercial crea un panorama de alta incertidumbre.
Durante esta jornada, la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings, rebajó su pronóstico de crecimiento del PIB mundial en 2019 hasta el 3, 1 por ciento, una décima menos que el estimado por esa entidad en junio.
Ese organismo, con sede en Estados Unidos, considera que el gigante asiático verá caer su crecimiento en dos décimas en 2019 (al pasar de 6, 3 por ciento a 6, 1) mientras el gigante norteño aumentará hasta los 2, 9 puntos porcentuales, una décima más que la cifra arrojada por el estudio anterior.
La aprobación de aranceles sobre 200 mil millones de dólares de productos importados desde China tendrá un impacto material en el crecimiento global, puntualizó en el informe el economista jefe de Fitch Ratings, Brian Coulton.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, estimó en días recientes que el pugilato chino-estadounidense tendrá un costo económico significativo para el mundo.
A juicio del portavoz del FMI, Gerry Rice, si la escalada no se detiene acarreará consecuencias negativas para el crecimiento global y también para Washington y Beijing.
Previamente, el FMI advirtió a la administración estadounidense sobre los perjuicios que una guerra comercial desataría sobre las principales economías del mundo con un costo estimado en 430 mil millones de dólares.
Si bien las manifestaciones de una política proteccionista defendida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacían temer el surgimiento de tensiones comerciales, no fue hasta marzo, cuando la administración lo divulgó públicamente con el decreto de aranceles a las importaciones de 25 por ciento al aluminio y de 10 al acero, que estas amenazas se volvieron reales.
A pesar de que los líderes de Beijing y Washington acordaron tomar medidas el pasado 20 de mayo para limar sus asperezas comerciales, a finales de ese mes, Trump anunció que introduciría aranceles por un valor de 50 mil millones de dólares a bienes importados de China.
No obstante las advertencias de entidades financieras sobre los daños que un conflicto con el gigante asiático podrían generar, el lunes pasado, Trump incrementó los gravámenes a importaciones chinas hasta en 200 mil millones de dólares anuales con entrada en vigor para una semana más tarde.
China, en respuesta, orientó la aplicación de aranceles por un monto de 60 mil millones a los productos norteamericanos que se harán efectivos también el próximo 24 de septiembre.