Científicos británicos hallaron evidencia preliminar de un vínculo evolutivo entre los comportamientos sociales de los pulpos y los humanos, al estudiar el genoma del Octopus bimaculoides y probar su reacción al éxtasis, publicó la revista Current Biology.
El cerebro de los pulpos es más similar al de los caracoles que al de los humanos, pero los estudios realizados evidencian que estas especies pueden exhibir algunos de los mismos comportamientos que las personas, aun cuando están separadas por 500 millones de años en el árbol evolutivo, explica Gül Dölen, líder de la investigación. Lo anterior sugiere que ciertas sustancias químicas del cerebro, o neurotransmisores, las cuales envían señales entre las neuronas, necesarias para los comportamientos sociales, se conservan evolutivamente. De acuerdo con los especialistas, los pulpos son criaturas inteligentes que aprenden por observación y tienen memoria episódica, pero la mayoría son animales asociales y evitan a otros de su especie, como es el caso del Octopus bimaculoides.
Mediante un vínculo entre la genética y la conducta, el equipo de Dölen descubrió que los pulpos y los humanos tienen códigos genómicos casi idénticos para el transportador que une la serotonina (regulador conocido del estado de ánimo) a la membrana de la neurona.
Se conoce además que el transportador de unión a la serotonina es el lugar donde el fármaco MDMA, o éxtasis, se une a las células cerebrales y altera el estado de ánimo.