Darse un abrazo parece un comportamiento simple y frecuente, pero en realidad es algo bastante complejo de explicar científicamente. De lo que no hay duda es de los beneficios emocionales positivos de un cálido abrazo, según una nueva investigación.
Hipotéticamente hablando, todos creemos que abrazar es bueno, pues amortiguamos de alguna forma las consecuencias perjudiciales del estrés psicológico.
Cuando nos abrazamos, nos involucramos en lo que los psicólogos llaman ‘contacto interpersonal’, que básicamente puede reducir los niveles de angustia, ayudar a prevenir las enfermedades y tiene efectos que son aún más sorprendentes.
Sin embargo, hasta ahora, gran parte de la investigación sobre abrazos se ha centrado en los abrazos dados en el contexto de las relaciones románticas, lo que limita la medida en que podemos medir los beneficios de abrazar de una forma más amplia.
Cuando los investigadores analizaron las respuestas, descubrieron que recibir un abrazo en un día en el que se experimentaba un conflicto interpersonal se asociaba con un mejor bienestar emocional, en comparación con los días en que el conflicto tenía lugar pero no se compartían abrazos.