Dos revelaciones obscenas

El audio de una conversación telefónica filtrado la semana pasada, donde un diputado de ARENA propone hacer “cualquier m… cosa” para evitar un posible triunfo de Nayib Bukele en las elecciones presidenciales de febrero próximo, contiene dos revelaciones obscenas que deberían tener escandalizado y preocupado al país.

La primera es que, para ARENA, la Fiscalía General de la República es un instrumento al servicio de sus estrategias y objetivos electorales. El diputado Arturo Simeón Magaña sugiere usar a la Fiscalía para detener al candidato de GANA, es decir, procesarlo para inhabilitar su candidatura.
Las palabras de este impresentable “padre de la Patria” confirman que, para el partido oligárquico, la Fiscalía no es la instancia responsable de garantizar la legalidad, perseguir los delitos y defender los intereses del Estado y la sociedad; sino que es un instrumento que puede servirle, entre otros fines, para proscribir la candidatura de Bukele.

El diputado Magaña confirma lo que organizaciones sociales han venido denunciando a partir del sesgo y las omisiones de la Fiscalía, sobre todo en el manejo de los casos de corrupción: que Douglas Meléndez es el “Fiscal de ARENA”.

Si esta revelación es obscena, la otra es todavía más. Cuando el diputado arenero pide “hacer cualquier cosa”, puede referirse a muchas cosas: ¿se refiere a hacer fraude, aprovechando la correlación favorable para ARENA en el Tribunal Supremo Electoral? ¿Qué es exactamente o qué opciones incluye hacer “cualquier cosa”, señor Diputado?, ¿acaso habla de asesinar a Bukele?

Las expresiones del diputado fueron en reacción a la publicación de la última encuesta de la Universidad Tecnológica (UTEC) que mantiene a Bukele liderando las preferencias electorales y con amplia ventaja sobre el candidato de ARENA Carlos Calleja.

El país no debería pasar desapercibidas las expresiones del diputado de ARENA. No son simples malcriadezas indignas de un legislador, sino lo que piensa un partido reaccionario desesperado porque pensaba que -ante el declive de su rival histórico (el FMLN)- ganar la elección sería puro trámite, pero ve impávido cómo eso que consideraba fácil se le va de las manos.

La oligarquía salvadoreña representada en ARENA, cuando se desespera, comete fraudes electorales, soborna con sus millones y hasta mandó a asesinar a un Arzobispo que hoy es Santo. Desesperada, ARENA, puede hacer “cualquier cosa”, como dice el diputado.

Eso hay que tenerlo en cuenta siempre. (Arpas)

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