El pasado 20 de agosto, Sánchez Cerén informó a la nación sobre la inesperada decisión, tomada tras un proceso de análisis y consulta, para afianzar la cooperación Sur-Sur.
‘En lo inmediato se entablará un diálogo entre ambos países para comercio, infraestructura, micro y mediana empresa’, declaró el jefe de Estado, quien destacó la potencia económica del Gigante Asiático.
‘Hemos hecho una cuidadosa revisión de nuestra relación interna y externa’, expresó el gobernante, quien destacó que el propósito final es dignificar la vida de los salvadoreños.
El canciller Carlos Castañeda viajó a Beijing para firmar el acuerdo, y lo acompañó Medardo González, secretario general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Así, este país centroamericano se sumó a los otros 177 que aprobaron la Resolución 2758 de Naciones Unidas, la cual reconoce la existencia de una sola China, la República Popular de cuyo territorio es parte Taiwán.
De inmediato comenzó un proceso para identificar nichos en comercio, inversión, desarrollo de infraestructura, turismo, cooperación científica, económica y técnica, de salud y educación.
Amén de trascendental, este paso fue calificado de ‘valiente’, pues entraña un enfrentamiento directo con Estados Unidos, cuyos voceros de inmediato cuestionaron esta decisión soberana.
Tampoco faltaron las críticas, provenientes de ciertos sectores de la ultraderecha que se beneficiaron de la política de Taiwán de comprar reconocimiento, con sonados casos de corrupción.
Sin embargo, el sentido común gana terreno ante la insensatez que, a juicio del embajador de las exportaciones salvadoreñas, Sigfrido Reyes, inspiró las críticas iniciales a la medida.
Reyes, presidente del Organismo Promotor de las Exportaciones e Inversiones de El Salvador (Proesa), ratificó que aliarse a China ha sido la decisión más valiente de El Salvador en política exterior.
‘Nadie puede abstraerse de que China es una potencia mundial en todo sentido, que juega un papel central en asuntos globales’, enfatizó Reyes.
Reiteró que las relaciones responden al interés común de crecer económicamente y van más allá de ideologías, pues China es un mercado de un gran potencial que ya mostró su buena voluntad con un aporte inicial de 150 millones de dólares.
Además, El Salvador como marca país, justamente promovida por Proesa, comienza a ser conocida en el Gigante Asiático, un importante mercado emisor de turistas que también mostró interés en Centroamérica como destino vacacional.
Para Reyes, la reciente participación salvadoreña en la Exposición de Shanghái y la recién concluida rueda de negocios en San Salvador son acciones positivas que demuestran que este paso largamente esperado es correcto y valiente.
En el evento de Beijing estuvo el presidente Sánchez Cerén, durante su visita oficial a China, en la que se reunió con las máximas autoridades políticas de la potencia asiática.
A su vez, la viceministra salvadoreña Merlin Barrera afirmó que para su país ser socio comercial de China es un honor, aunque las estadísticas muestran que también es un buen negocio.
La viceministra de Comercio e Industria destacó que en apenas cuatro años el Gigante Asiático pasó del lugar 33 al octavo puesto en la lista de destinos de las exportaciones salvadoreñas.
Las exportaciones salvadoreñas a China pasaron de 45.92 millones de dólares en octubre de 2017 a 85 millones en solo 12 meses, en tanto las compras al nuevo aliado rondaron los mil 179.75 millones de dólares.
Así, en octubre pasado ya China era el segundo mayor proveedor de El Salvador, cifra que podría aumentar gracias a iniciativas como la mencionada ronda de negocios entre empresarios de ambos países.
‘Estamos comprometidos en trabajar para desarrollar y facilitar los intercambios comerciales y las inversiones bajo el principio ganar-ganar, gradualidad y pragmatismo’, aseguró Barrera.
El evento dejó la firma de 14 memorandos de entendimientos y compras cercanas al millón de dólares en varios rubros de este país, amén de propiciar un acercamiento entre inversores.
‘Más vale ver una vez que oír mil veces’, sentenció Ou Jianhong, embajadora de China en El Salvador, al lanzar su invitación a quien desee constatar las múltiples oportunidades de negocios en su país.
La diplomática confirmó que el mercado de China está abierto, de forma que todos ganen.
Wang Dongtang, funcionario del Ministerio de Comercio Exterior, resaltó los beneficios de la apertura al mundo, que permitió a China convertirse en el principal socio comercial de 120 economías.
‘En apenas unos meses han florecido las relaciones entre El Salvador y China: la cooperación económica y comercial tiene un gran potencial y las perspectivas son muy amplias’, enfatizó Wang.
En tal sentido, adelantó que Beijing ampliará las áreas de cooperación, creará un entorno más favorable y protegerá los derechos legítimos de las partes, entre otras iniciativas.
Por lo pronto, las ventas proyectadas en estos primeros encuentros confirmaron que los compradores chinos mostraron gran interés en productos cuscatlecos como azúcar, café, cacao y ron, entre otros. (PL)